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miércoles, 17 de agosto de 2022

Drive my car

Ayer por la noche pude ver, finalmente, Drive my car, la película de Ryusuke Hamaguchi (2021) basada en un relato de Haruki Murakami que tan buenas críticas ha tenido (con la notable excepción de la de Boyero). Es un relato sobre la representación, sobre el hombre como un actor que está representando, inevitablemente, papeles de sí mismo más allá de los cuales no hay ninguna autenticidad que recoja una supuesta verdad. Lo auténtico es el reto de representar el papel que estás reprenetando en este momento de la manera más verosímil posible.

De ahí que, a mi parecer, la clave de la película se encuentre en la penúltima escena, que representa una representación: la del monólogo final de Tío Vania, de Chéjov, uno de los textos más emocionantes, a mi manera de ver, de la literatura universal y que más exigen a los actores:

 

VOINITZKII. -(A SONIA): ¡Cuánto sufro!... ¡Si supieras cuánto sufro, pequeña mía!...

SONIA. -¡Qué se le va a hacer!... ¡Hay que vivir! ¡Y viviremos, tío Vania!... ¡Viviremos una larga, larga sucesión de días, de largos anocheceres... Soportaremos pacientemente las pruebas que nos depare el destino. No descansaremos nunca. Trabajaremos para los demás, ahora y también en la vejez. Y cuando llegue nuestra hora, moriremos resignadamente. Luego, más allá de la tumba, diremos que hemos sufrido, que hemos llorado, que hemos conocido la amargura... Y Dios se apiadará de nosotros. Y entonces, tú y yo, tío..., conoceremos una vida maravillosa..., una vida de ensueño. Nos sentiremos gozosos y, con una sonrisa en nuestros rostros, volveremos con emoción la vista a nuestros actuales sufrimientos, y, por fin, ambos, descansaremos. ¡Yo tengo fe en ello! ¡Lo creo apasionadamente, con todo mi corazón! Y cuando llegue ese momento, descansaremos.  (El telón desciende lentamente.)

4 comentarios:

  1. Un monólogo para pensar. Espero que la vida sea algo más. Un beso

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  2. En mi opinión, lo esencial y deseable, es que la señora guadaña se te presente cuando ya estés agotado, cansado, pero aún no aburrido de vivir.

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    Respuestas
    1. ... y aún estando aburrido ya de vivir, la muerte podría tomarse como una distracción novedosa contra ese aburrimiento.

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  3. Sepa usted que al crítico de cine Carlos Boyero no le gustó nada la película, aunque cierto es que de hecho no suele gustarle casi ninguna. Yo creo que lo que no le gusta es el cine, o no entiende nada de cine, que también podría ser.

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