viernes, 11 de marzo de 2022

Sor María de Ágreda

Llovizna y yo estoy perezoso, preso de una de esas perezas gelatinosas que te llevan de libro en libro y no pasas en ninguno de media página de confusa lectura. Dejo mi estudio, enciendo la tele, voy de aquí para allá, miro por la ventana, bebo agua, como un par de almendras y vuelvo a mi estudio. Arrastro, es cierto, el peso ligero de una mala conciencia de andar por casa, una cosa leve, pero murmuradora, que no me quita la mandra. De hecho, un poco de mala conciencia es como la salmodia que acompaña a la galbana. Tengo sobre la mesa, abiertos, cuatro libros sobre sor María de Ágreda. Conozco bastante bien lo que dijo esta mujer en las cartas conservadas de ella, pero sigo sin saber quién fue esta monja, quizás la mujer más activa de su tiempo, a pesar de no haber salido de su convento. Ante la duda, le concedo el prejuicio de la honestidad y entonces su figura se me agiganta. Pienso en ella a retazos en mis idas y venidas desnortadas por la casa. Admirar a Sor María de Ágresa debe ser una de afecciones menos modernas que se pueden padecer hoy en día.

2 comentarios:

  1. En aquesta entrevista es parla de don Gregorio:

    https://www.vilaweb.cat/noticies/clara-ponsati-un-dels-problemes-que-te-especialment-la-politica-es-que-es-treballa-molt-poc/

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    1. Em quedo amb això: "ens hem tornat tan poc exigents que al final els pares tampoc demanen més perquè el que volen és que el nen sigui feliç. I a vegades, amb això de la felicitat i aprendre a llegir i escriure hi ha un cert conflicte. No vull dir que els nens no hagin de ser feliços, vull dir que els nens han d’aprendre bé a llegir i a escriure, a sumar i a restar. Són coses molt bàsiques, que ara mateix no estan garantides en el sistema escolar".

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