viernes, 4 de marzo de 2022

Montando el pisito

Comida cordialísima en el antiguo restaurante Rilke, que ahora tiene un nombre del que no quiero acordarme. ¡Ojalá sean así todas las comidas de empresa! Estamos viviendo un momento dulce y es hermoso paladearlo. Las ventas van muy bien, el nombre de la editorial se va haciendo un hueco y nos llegan manuscritos muy interesantes hasta de México. Tenemos buenas perspectivas para los próximos meses y vemos con orgullo de padres primerizos cómo el proyecto va tomando cuerpo. Queremos ser, sin embargo, sumamente realistas e incluso un poco conservadores. Me imagino que esto es como los primeros meses de vida en común de unos recién casados que han entrado a vivir en un piso sin muebles y poco a poco van comprando sus primeras sillas, su primera mesa, su primer colchón de espuma, sus primeros cubiertos... En los momentos fundacionales no hay tiempo para las rutinas. Somos a la vez humildes y ambiciosos. Humildes porque sabemos dónde estamos, pero ambiciosos porque sabemos cuáles son nuestros puntos fuertes y qué es lo que debemos hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sé que estoy vivo

 I "No sé a quién votar", me dice alguien que fue un importante político catalán. No le contesto nada. ¿Qué he de decirle yo? Creo...