Me cuesta entender las críticas culturalmente puritanas a Halloween.
En realidad, si Halloween es una fierta norteamericana, lo es porque la exportamos allí los cristianos europeos. El Halloween norteamericano es una franquicia de la cultura europea.
Debo reconocer, además, que si yo fuese niño encontraría mucho más estimulantes los rituales y la iconografía de Halloween que la celebración de ritos populares, como la castañada en Cataluña. Y, dicho esto, añado que parece más que probable que la degustación de frutos otoñales (castañas, boniatos, granadas...) el día de los difuntos y Halloween tengan un origen común.
Y ahor avoy a enceder el horno. De postre habrá castañas.
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