Este es el consejo que daba Che Guevara a sus hijos en la última carta que les escribió:
Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:
Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no estoy entre Uds.
Casi no se acordarán de mi y los más chiquitos no recordarán nada.
Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho.”
No creo que el Che viera con reticencias las canciones que los niños chinos cantan con entusiasmo en sus jardines de infancia y que dicen cosas así: "Soy un soldado pequeño, practico cada día” o “No hay nada más honorable que el trabajo” o “Cuando el maestro habla, tú no puedes hablar”. Tampoco me parece que frunciera el ceño si viese escuelas llamadas, como es habitual en China, “La sabiduría, lo primero”, “El sacrificio es oro” o “El mejor lugar para aprender matemáticas”. Y estoy seguro que no pondría ni la más mínima objeción a la “emulación socialista”, tan defendida por Lenin.
La dimensión social de la educación se mantiene viva en China y es un elemento motivador del aprendizaje, mientras parece estar desvaneciéndose en Europa, donde contemplamos la escuela desde un punto de vista cada vez más psicologizado. Los chinos saben que, como dice un refrán suyo, “una generación planta los árboles y otra disfruta de su sombra” y consideran que es un gesto muy noble plantar los árboles de cuya sombra no disfrutarán, precisamente porque ya disfrutan de la sombra de los árboles que plantaron los que les precedieron.
La piedad filial, una de las virtudes chinas más sobresalientes. Incluso existe en las escuelas el día de la celebración de la obediencia filial. ¿Y qué decir del día en que los niños traen a sus abuelos al cole para darles un masaje y lavarles los pies?
Pero la principal manifestación de la piedad filial es el esfuerzo escolar: hay que esforzarse por trabajar en clase porque es la manera de corresponder a lo que nuestros padres esperan de nosotros. Obviamente hay aquí todo un proyecto de educación emocional que asume que ciertas actividades escolares son imprscindibles aunque sepan “chicu” (amargas) o que aquello que puede aprenderse bien no debe dejar de enseñarse (el concepto de raíz cuadrada comienza a trabajarse en preescolar).
En las escuelas chinas preocupa mucho menos crear las condiciones de confort que posibiliten el aprendizaje (que es lo que hacemos nosotros) que crear aprendizajes que posibiliten el confort (que es lo que hacen ellos con naturalidad).
Lenora Chu, a quien debo las observaciones anteriores, recoge en su libro Little Soldiers (2017) una entrevista que mantuvo con Andreas Schleicher, a quien ella misma define como “el arquitecto de PISA”. Ambos se muestran de acvuerdo en que los excelentes resultados de Shangay en PISA han de ser tomados en serio, porque “el Shangay de hoy es la China de mañana”. Schleicher reconoce que “los chinos están haciendo las cosas bien” porque conocen las demandas cognitivas que pueden exigírsele a cada niño. “Los chinos -añade- memorizan lo que necesitan memorizar y usan el resto del tiempo para profundizar en la comprensión conceptual”. Aunque Schleicher no lo diga, sí lo dice Lenora Chu: al menos en matemáticas, las escuelas chinas son un magnífico ejemplo de los beneficios de la instrucción directa y el meticuloso aprovechamiento del tiempo.
Los occidentales queremos creer que en algún repliegue del alma del niño está durmiendo un genio que podrá despertar con los estímulos adecuados. Los chinos prefieren confiar en la práctica intensiva, en la diligencia y en la instrucción directa.
Creo que estamos tardando declararnos insumisos pedagógicos o reclamar el estatus de refugiado pedagógico...
ResponderEliminarTanta tonteria en las aulas no puede acabar bien...
José
José en comentarios pasados me solicitó el video de la conferencia sobre Edu? de Gregorio. Yo leo el Café de Ocata dese hace unos diez años o más, y precisamente en 2008 comencé a saber de la neopedagogía, que pronto llamaron EduPunk. Uno de sus primeros mentores fue A.Piscitelli, que ahora recupero en conferencia reciente del iutup: https://youtu.be/Ni2aRr_wV3w
ResponderEliminarpaquecompare
Se me okurre que podrían montar una conferencia-debate entre Luri y Piscitelli.
EnRi
Gracias
EliminarJosé
Meanwhile on the other side...
ResponderEliminarhttps://www.theatlantic.com/magazine/archive/2019/08/the-radical-case-for-teaching-kids-stuff/592765/