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viernes, 30 de noviembre de 2018

Sobre padres e hijos

Me enviaron un cuestionario de una revista de difusión nacional. Lo contesté y lo reenvié con una condición;: si se publicaba, no se debía cambiar ni una coma. Me contestaron que de acuerdo. Hoy he visto que no han cumplido su palabra. No diré el nombre de la revista, pero estas son las preguntas y las respuestas íntegras.

1. Afirma Octavio Salazar en su libro 'El hombre que no deberíamos ser’ que su padre se comporta con sus nietos como debería haber hecho con sus hijos. ¿Crees que es cierto que los hombres de ciertas generaciones (nuestros padres, nuestros abuelos) pensaban que la mejor forma de convertirnos en "hombres de verdad" era la distancia en lugar del cariño? ¿De dónde crees que nace esa creencia?

R: Yo sé que me comporto con mis nietos como creo que debo comportarme con ellos. Y lo mismo hice con mis hijos. Me sorprendería que mis hijos añorasen haber sido mis nietos. Respecto a la distancia: estoy harto de emotivismos, empatías, inteligencias emocionales y otros síntomas de nuestra sociedad terapéutica, como el de ir abrazando árboles. La distancia justa con el otro es la forma educada del cariño y la distancia justa con nosotros mismos es la forma inteligente del egoísmo. Eso de distancia o cariño es una alternativa para ositos amorosos.

2. Alan Downs, psicólogo autor del libro 'The Velvet Rage', afirma que la relación que mantenemos con nuestros padres está marcada por una doble dualidad. Por un lado, la admiración, ya que es la primera gran figura masculina en nuestra vida. Por otro, el resentimiento por no haber podido cumplir sus expectativas, por la falta de cariño, de empatía. ¿Te parece acertada esa idea? ¿Crees que lo sentiste así en la relación con tu padre?

R: A los padres, como a los hijos, es más importante quererlos que comprenderlos. Además, si no los queremos, no los comprendemos. Eso de intentar convertir la relación paterno-filial en un objeto de análisis científico, me parece un tanto patológico. No existe el amor perfecto. Todo amor está tocado por la imperfección inherente a nuestra naturaleza. Controlar todas las variables que esa misma situación pone en movimiento es imposible. Por eso son tan importantes la fidelidad y el perdón (que es la manera de reconocer que nuestros compromisos con la palabra dada suelen estar por encima de nuestras posibilidades).

3. ¿Cómo recuerdas, en pocas palabras, a tu padre y tu relación con él, y cómo crees que te ha marcado a lo largo de los años?

R: Mi padre murió cuando yo tenía 5 años y su vacío siempre me ha acompañado como una carencia o un muñón. Si algo hubiese querido es haber tenido un padre al que poder criticar como suelen hacer los que lo tienen.

4. ¿Qué aspectos de la relación con tu padre te gustaría que se repitieran en la que tienes con tus hijos? ¿Y cuáles no?
R: Esta pregunta me parece inquietante, porque de alguna manera insinúa que me gustaría proyectar mi condición de hijo en mi condición de padre. Uno no es solo padre. Habitualmente se es padre, marido, hijo, hermano, amigo, vecino… El padre, si es padre, es, primero, una figura de autoridad, es decir, un aliado fuerte con el que los hijos pueden contar para combatir los monstruos que siempre hay debajo de la cama, y, segundo, es el protagonista de la historia de amor que vive con nuestra madre en la habitación de al lado.

5. ¿Crees que es importante que tengamos una relación sana con nuestro padre, sobre todo a la hora de hablar de emociones y sentimientos, de cuidados y cariño, para ser nosotros mejores padres?

R: Me voy a permitir recordar, como respuesta, a Ernest Thompson Seton, que dijo, con sobrados motivos, que “no había conocido nunca, ni en la realidad ni en la ficción, un hombre más egoísta que su padre”. El día que alcanzó su mayoría de edad, en 1881, su padre lo llamó a su despacho, cogió un enorme libro de un estante y le mostró todos los gastos que había hecho por él a lo largo de su vida. Todo estaba minuciosamente registrado: la cantidad, el motivo y la fecha. El total ascendía a 537,50 dólares. “Hasta ahora”, le dijo, “no te he querido cobrar ningún interés, pero a partir de hoy me parece razonable cargarte un 6% anual. Evidentemente, me alegraré mucho si saldas la deuda lo antes posible”. Ernest salió del despacho dando la espalda a las últimas palabras de su progenitor: “Dios te bendiga, hijo mío. Estoy seguro que nunca olvidarás la deuda que tienes contraída conmigo, que soy, para ti, el representante de Dios en la tierra”. Seton no volvió a hablar con su padre, pero en cuanto pudo, saldó su deuda. ¿Qué es una relación sana? Nunca tenemos plenamente garantizado ni el amor seguro, ni el trabajo alegre, ni el estado de ánimo adecuado a cada situación, ni el equilibrio entre deseo y realidad. Tal como yo lo entiendo, una relación sana es la que gestiona sus neurosis cotidianas sin excesivas gesticulaciones.

6. ¿Crees que los referentes de paternidad actuales han cambiado respecto a esos de los que hablábamos al principio, de generaciones atrás? ¿En qué crees que han cambiado?

R: ¡Claro que han cambiado! Antes los hijos los traía la cigüeña, ahora los trae la agenda; antes los niños tenían espacios autónomos donde vivir aventuras, hoy tienen ludotecas supervisadas por adultos; antes el progreso era trabajar menos que tus padres y ganar más, ahora no se sabe bien qué es; antes los padres sabían que ellos también habían sido niños, pero ante sus niños, se comportaban como adultos conscientes de que a los niños hay que proporcionarles experiencias del mundo adulto; antes se sabía que eso de querer tener hijos, tiempo libre y dinero, era una utopía; antes los padres no pretendían ser mejor que sus padres; antes los padres no alquilaban su responsabilidad a un especialista… antes, los padres, eran los padres de antes. Los padres también son hijos de su tiempo.

7. ¿Cómo te gustaría que te recordaran tus hijos?
R: Un día los descubrí riéndose a carcajada limpia de cada uno de los momentos menos honorables de mi biografía paterna… Y me sentí muy bien, porque pensé que si todo lo que había hecho mal les había proporcionado motivos para la ironía sin causarles heridas, es que soy un buen padre.

8. ¿Qué cualidades crees que tiene que tener un buen padre en 2018, y en el futuro?
R: Contesto con lo que Maquiavelo decía de los políticos: “La virtud de un gobernante la mide siempre su Fortuna”. Recuerden la gran lección de la Biblia a los padres: “Adán y Eva tuvieron dos hijos”. Y ya  se sabe lo que ocurrió con ellos, a pesar de que no tenían ni malas compañías, ni tecnologías disruptivas, ni escuelas, ni barrios complicados… vivían como el buen salvaje, en un contacto sin mediaciones con la naturaleza. Antes los hijos “salían” (“¡Qué hijo le ha salido!”, se oía de vez en cuando). Ahora queremos producirlos tecnológicamente. Pero entrando en la pregunta, diré que el primer derecho del niño es el de tener unos padres tranquilos y el segundo, a tener unos padres sensatamente imperfectos, ya que no se puede ser adulto si no se aprende a querer a los propios padres siendo plenamente conscientes de sus imperfecciones. 

9. ¿Y los hijos? ¿Cómo podemos aprender a superar ese resentimiento o esa sensación de distancia con nuestros padres? 
R: Una vez, en San Francisco, me salió el siguiente mensaje en una de esas galletitas de la suerte que sirven en algunos restaurantes chinos: “The fortune you seek is in another cookie”.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Teach like a Champion


Tesis de Doug Lemov: El objetivo de la escuela es diseñar el puente más corto posible entre A (la falta de conocimiento) y B (el conocimiento duradero). De acuerdo con esta premisa, el primer criterio para evaluar la calidad de una escuela sería la dimensión del puente que ofrece a los alumnos.

Ahora bien, si la rapidez es importante, entonces también lo es uno de sus recursos imprescindibles, la instrucción directa.

Pero los críticos de la instrucción directa alegan que fomenta la pasividad del alumno, como si fuera inevitablemente un monólogo aburrido del profesor o como si en ella la imaginación o la capacidad crítica del alumno estuviesen anuladas. Si fuera así, también lo estaría durante la visión de una película o la lectura de una novela, que son dos buenos ejemplos de instrucción directa.

Doug Lemov va más allá y defiende que todo maestro efectivo recurre, de una u otra forma, a la instrucción directa.

martes, 27 de noviembre de 2018

Actividades de comprensión lectora I

Doy por asumido que la comprensión lectora no es algo que preocupe solamente al profesor de lengua; por lo tanto, la siguiente actividad puede llevarse a cabo en cualquier asignatura. Estos son los pasos:

1) El profesor formula la pregunta a la que se debe dar respuesta al final de la clase (en didáctica siempre es bueno comenzar por el final).

2) Solicita a los alumnos que den respuestas iniciales o provisionales a esa pregunta (obviamente en las clases precedentes se han visto y aprendido cosas que permiten a los alumnos no limitarse a dar su opinión o a dejarse guiar por una ocurrencia. En la escuela nunca se comienza de cero).

2) Los alumnos leen textos complejos y desafiantes (para su nivel lingüístico), que ofrezcan  información relevante para responder a la pregunta inicial.

3) Los alumnos responden por escrito a preguntas cuya respuesta se encuentra en el texto  que acaban de leer.

4) Los alumnos modifican -si están en condiciones de hacerlo- la respuesta inicial (1). Ahora en sus respuestas deben utilizar determinados términos técnicos que han aparecido en el texto.

5) Los alumnos exponen sus ideas utilizando esos términos técnicos y responden a las preguntas del profesor o de sus compañeros: "¿Por qué...?", ¿"Cómo...?", "Para qué...?", "¿No lo podrías decir de otra manera?", "¿Qué evidencias soportan esto que dices?"

6) Los alumnos reforman las respuestas que han dado en (2) y en (4). 

Pazengo di Lacise


Estoy vaporosamente feliz en mi cuarto, tras una copiosa comida, mirando perezosamente los lomos de los libros que sé que no voy a abrir. Por la ventana veo allá el mar, disponiéndose a despedir el sol. ¡Qué dulce sopor! Y de repente me llega una invitación para viajar a Pacengo di Lasize, en el Lago de Garda. Antes de contestar, miro el mapa y observo que la ciudad se encuentra cerca de Verona. Suspiro y exclamo: "¡Qué pruebas nos manda el Señor!"

Y contesto que sí.



El Gran Piscator de Salamanca, enviando al mundo sus Pronósticos

                                                   

"Ya te engendré. ya saliste, hijo mío, de las oscuras entrañas de mi fantasía. Ya dejaste el zurrón y por fin te lavé en la prensa las manchas de tu primer original. Y pues ya estás aseado y en sazonada edad, es forzoso que vayas a correr el mundo, aunque con bastante dolor de mi alma, porque sé que vas vendido a público pregón".

He hecho muy mías estas palabras de Torres Villarroel... y, por supuesto, también las que siguen:



domingo, 25 de noviembre de 2018

Mi nieto Gabriel y los Reyes Magos

Mi nieto Gabriel, que tiene 4 años, lee y escribe bastante bien. Ha salido como su madre, que aprendió también por su cuenta a esta misma edad. Por su cuenta no quiere decir aisladamente, sino que autónomamente no deja de preguntarnos qué pone aquí o allí y va aplicando lo que sabe a todo texto que se encuentra por la calle.

Aprovechando sus habilidades escritoras ha comenzado a escribir una lista de regalos para los Reyes Magos y allí, entre juguetes más o menos previsibles, está el "móvil".


sábado, 24 de noviembre de 2018

Más apuntes sobre comprensión lectora

I
No nacemos con una predisposición biológica a la lectura similar a la que tenemos con el habla. 

II
La lectura es una habilidad infravalorada, relativamente rara y bastante complicada. 

III
Leer es poco natural. No existe la lectura natural y, por lo tanto, no conviene dejar su aprendizaje en manos de la espontaneidad infantil. Tenemos que aprender cómo leer para llegar a ser buenos lectores y esto requiere una instrucción explícita y sistemática

IV
Las famosas “Reading wars” están científicamente resueltas a favor de los métodos sintéticos (fonético-silábicos) frente a los métodos globales.

V
El número de libros que hay en casa es el predictor más fiable del progreso escolar de un niño. 

VI
El niño comprende una palabra cuando sabe usarla en contextos diferentes.

VII
No hay experiencia educativa (aunque pueda haber actividad) allí donde no hay un enriquecimiento del vocabulario del alumno.

VIII
La satisfacción lectora segrega lo que podemos llamar la “lectordorfina”. El niño capaz de leer con agilidad experimenta viva y satisfactoriamente la descarga de tensión que supone para él la liberación de los aspectos mecánicos de la lectura. Ya no se enreda en ellos. El mecanismo lector se ha convertido en hábito y puede concentrarse en la comprensión. 

IX
Las evaluaciones internacionales ponen de manifiesto una caída constante de la competencia lectora de los alumnos europeos, que coincide con una peculiaridad notable: nuestros adolescentes son la primera generación de la historia que consume más textos escritos por sus contemporáneos que por adultos. 

X
Según Andreas Schleicher, “España aparece mejor posicionada en los rankings internacionales cuando se considera la proporción de jóvenes que tienen titulación universitaria que cuando se evalúa el nivel de comprensión lectora o habilidad aritmética de estos jóvenes. Más de un tercio de los graduados universitarios españoles no supera el nivel dos en la prueba de comprensión lectora. Por tanto, no están suficientemente preparados para lo que sus puestos de trabajo exigen.”

XI

Para que podamos comprender bien un texto, necesitamos estar familiarizados con, al menos, el 90% de su vocabulario. Al mismo tiempo, si queremos que incremente nuestra competencia lingüística, ha de enfrentarnos a palabras nuevas (en su significado o en su uso). Disponemos, pues, de un margen del 10% del texto para introducir novedades. Se trata de ofrecerle al alumno lecturas que le exijan ponerse de puntillas para captar su significado. Pero sólo de puntillas. Si les pedimos un salto en el vacío, es fácil que acaben dándose de narices contra el suelo.  

viernes, 23 de noviembre de 2018

Apuntes sobre la comprensión lectora

En todo texto escrito hay algo que el autor no considera necesario explicar y se lo ahorra al lector.

Si el autor utiliza, por ejemplo, la expresión “sentarse en la mesa”, dará por supuesto que el lector sabrá, por el contexto, si ha de entenderla como “tomar la mesa como asiento”, “sentarse frente a frente en una mesa para negociar” o “sentarse en torno a una mesa para comer”.

Considérese la siguiente frase: “Aunque mi madre me prohibió llevar el móvil, lo metí en la mochila y no pude resistir el deseo de jugar con él en la biblioteca”. El autor no especifica que en la biblioteca hay que estar en silencio, que los móviles hacen ruido y distraen, que los niños no resisten muy bien la tentación de usar el móvil. El lector ya lo sabe y por eso mismo entiende muy bien por qué esa madre le prohibió a su hijo llevar el móvil a la biblioteca.
Cuanto más especializado sea un texto, más elusivo es el autor. Un artículo de economía, un reportaje sobre un parque natural, una entrevista con un futbolista, una crónica parlamentaria pueden entenderse como diferentes regímenes de elusiones.

Cuando un lego en el toreo se enfrenta a una crónica taurina no tarda en descubrir que el arte de Cúchares tiene su propio vocabulario. Exactamente lo mismo pasa con la gastronomía, la economía o la botánica. Cada dificultad revela un vacío fáctico. Es como un tropiezo en la propia ignorancia al que podemos dar el nombre de carga cognitiva.

Recientemente me encontré en Bogotá con un gran titular en la primera página del diario El Nuevo Siglo, que decía esto: “Insisten en tatequieto a jíbaros”. Con "tatequieto" y "jíbaros" me enfrentaba a dos vacíos fácticos que me hacían ininteligible el titular.

Aprender a leer no es como aprender a andar en bici. Una vez que aprendemos a pedalear, sabemos pedalear en cualquier terreno.

A andar en bici se aprende de una vez y para siempre. Es una destreza (lo que en inglés se llama “how-to skill”). Aprender a leer es más semejante a aprender a cocinar, que es un arte que necesita ser practicado con diferentes ingredientes. Cocinar y leer son “knowledge-based skills”. Por eso cuantas más cosas sabemos de cocina y de productos, mejor cocinamos y cuantas más cosas sabemos del mundo, mejor leemos. 

Así pues, si queremos facilitar la comprensión, debemos preocuparnos por llenar los vacíos fácticos de los lectores. El conocimiento es un potenciador de la comprensión lectora.

Si cada dificultad lectora es un tropiezo, la velocidad lectora del alumno puede ser vista como un índice preciso de la carga cognitiva que le supone un texto (de la cantidad de vacíos fácticos que le presenta). Normalmente leemos en torno a 300 palabras por minuto. Cada palabra desconocida nos ralentiza y si hay muchas, el texto se nos hace incomprensible. Si la velocidad es inferior a las 60 palabras por minuto, probablemente el lector no comprende nada de lo que lee.

jueves, 22 de noviembre de 2018

El deber moral de ser inteligente

De cosas varias

I
Tengo la sensación de que a medida que voy cumpliendo años mi cuerpo va dejando de ser un organismo para convertirse en una cacharrería en progresivo estado de disociación. En el cuerpo-organismo todo estaba íntimamente cohesionado, formando una unidad armónica de funcionamiento. En el cuerpo-cacharrería, las piezas se van independizando unas de otras, pero no porque tengan vocación de autonomía, sino porque el armazón que las mantenía unidas se va resquebrajando. En resumen, que ayer me sometí a una gastroscopia. Los resultados, bien; por hoy. Mañana o el año que viene habrá otra prueba. Y nadie es eterno. Me han despertado de la anestesia sin contemplaciones y les he gritado de malas maneras que me dejasen dormir tranquilo. Se han reído de mí y han continuado zarandeándome . No ha habido manera.

II
Marta Ferrero me habló e Madrid de Doug Lemov. Pedí su libro el lunes en Jaén por Amazon. Me llegó ayer.


Lo he puesto en la pila de los libros pendientes, que es urgente que vaya reduciendo si no quiero morir bajo su peso cuando un día se desmorone.

III
Esta mañana he grabado un vídeo en la sede de la editorial Planeta, un vídeo de promoción de la lectura para la campaña de Navidad. Ha recogido la charla que he mantenido con dos grandes: Sonia Fernández Vidal (autora de La puerta de los tres cerrojos, Quantic Love, Desayuno con partículas y El universo en tus manos) y José Ignacio Latorre (catedrático de física teórica de la Universidad de Barcelona, uno de los físicos españoles con más prestigio en el campo de la física cuántica). La verdad es que me siento muy cómodo hablando con científicos, entre otras cosas porque es mucho más probable encontrarse con un científico que haya leído a Platón (José Ignacio me ha demostrado conocer bien el Timeo y el Banquete) que con un profesor de ciencias sociales que haya leído a Euclides.

IV
Al terminar he pasado por el despacho del editor de Ariel, a repasar algunos detalles de La imaginación conservadora y a proponerle un par de cosas. Tengo muchas más ideas que tiempo para llevarlas a cabo.

V
Llevo varias semanas viajando con Nicolás Gómez Dávila. Me traje de Bogotá sus obras completas y he paseado con él por Salamanca, San Sebastián, Madrid, Jaén y -esta misma mañana- por Barcelona. Es una magnífica compañía. Creo que podría pasar un año sin frecuentar otra lectura que la de sus Escolios a un texto implícito. Me está enseñando muchas cosas, don Nicolás... algunas bien perversas. El ejercicio de recomponer el texto implícito que se asoma a los trozos rotos del cristal que lo contuvo es exigente y, por supuesto, condenado al fracaso, cosa que convierte esta aventura lectora en un ejercicio de caballería.

martes, 20 de noviembre de 2018

Lo que más me preocupa...

... del estado de la educación en España es que cada vez que me lo propongo, fracaso intentando convencer a un grupo de futuros maestros de que no todo es cuestión de gustos, porque cualquier cuarteto de cuerda de Beethoven es objetivamente muy superior a las obras completas de Lady Gaga y que, por eso mismo, los maestros son embajadores de Beethoven ante nuestros alumnos, no de Lady Gaga.

lunes, 19 de noviembre de 2018

En la mágica Baeza

En Baeza. Sospecho que aquí, como en otros muchos lugares de España, hay jubilados que salen de casa con la íntima esperanza de encontrarse con un forastero que les pregunte por una dirección. ¡Y pobre de ti como caigas en sus amabilísimas y prolijas manos!

Si quieres ser flâneur
por estos lares,
no te pares,
viajero,
no te pares.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Leyendo a Michael Young

Disfrutando del sabor de la heterodoxia que impregna los textos del sociólogo de la educación británico Michael Young. Dos citas y dos ideas:

“Si le vamos a dar un significado serio a la importancia de la educación en la sociedad del conocimiento, debemos convertir la cuestión del conocimiento en nuestra principal preocupación y esto implica desarrollar un currículum basado en el conocimiento y no, como la actual ortodoxia defiende, un currículum basado en el  alumno”.

“Las economías exitosas dependerán cada vez más de la autoridad de los expertos y de la autonomía que provee el liderazgo basado en las disciplinas”.

Si lo que se busca en la escuela es fomentar la innovación, hay que saber que la fuente conceptual de innovación son las disciplinas académicas, no las competencias (Michael Young)


Curiosamente los que hablan de “la sociedad del conocimiento” suelen callar sobre el papel del conocimiento en la educación.

viernes, 16 de noviembre de 2018

10 tesis sobre el valor del conocimiento

(1) El conocimiento vale la pena por sí mismo. Los alumnos no tienen que disculparse nunca por querer aprender cosas.

(2) Las escuelas transmiten el conocimiento compartido y poderoso (shared and powerful knowledge) en nombre de la sociedad. Enseñamos lo que los alumnos necesitan para dar sentido y mejorar el mundo.

(3) El conocimiento compartido y poderoso está contrastado por comunidades científicas. Necesitamos estar en contacto con universidades, investigadores y asociaciones científicas.

(4) Los alumnos necesitan un conocimiento poderoso para comprender e interpretar el mundo. Si carecen de él, serán dependientes de quienes lo posean.

(5) El conocimiento poderoso es superior cognitivamente al que se necesita en la vida diaria. La trasciende y libera a los alumnos de los límites de su experiencia cotidiana.

(6) El conocimiento compartido y poderoso capacita a los alumnos para convertirse en ciudadanos útiles. Como adultos, pueden comprender, cooperar y moldear el mundo juntos.

(7) El conocimiento compartido es la base de una democracia justa y sostenible. Los ciudadanos educados juntos comparten una comprensión del bien común.

(8) Es justo que todos los alumnos tengan acceso a este conocimiento. El conocimiento poderoso abre puertas: debe estar disponible para todos.

(9) Se necesita la autoridad reconocida de un adulto para la transmisión de conocimientos compartidos. La autoridad del profesor para transmitir conocimientos es otorgada y reconocida por la sociedad.

(10) La pedagogía vincula la autoridad adulta, el conocimiento poderoso y su transmisión. Necesitamos profesionales de calidad para todos nuestros alumnos.

Michael Young, "The curriculum and the entitlement to knowledge" (2014).

jueves, 15 de noviembre de 2018

En defensa de Mozart

Un comentario al artículo Siempre hay algo que va mal que me ha llegado al alma:
Muy bueno. Me recuerda al profesor de piano de mis hijos. El mayor, de 8 años, interpretando a Mozart, rompió a llorar tras una corrección del músico:
-¿Pero por qué lloras, J.?
-¡No me gusta cómo me hablas!
-¡Quién va a defender si no a Mozart de lo que le haces?

Siempre hay algo que va mal

Dos artículos míos aparecen hoy en la prensa:


miércoles, 14 de noviembre de 2018

Una semana ausente

I

Una semana sin pasar por aquí. No sé si ha sido algo coyuntural o un anuncio. Ya veremos... Si algo tengo claro es que esto es una diversión, no una obligación... pero viene bien el ejercicio de escribir alguna cosa cada día, practicando el viejo "nulla dies sine linea". 

II
La libertad se mide (¿también?) por la voluntad con que nos sometemos a nuestras rutinas.

III


He estado por San Sebastián y Pamplona y ando absorto en la corrección de las galeradas de la Imaginación conservadora, ejercicio que nunca me había tomado demasiado en serio, y que por eso mismo he pagado con más de una vergüenza. Tengo un empeño especial en que este libro salga bien. En cierta manera me parece que todo lo que he hecho hasta ahora no ha sido sino una preparación para este libro. Será el libro que me mida. En ningún otro me he enfrentado con más claridad a mis límites intelectuales, es decir, a lo que no sabía pensar, normalmente porque no sabía formular la pregunta correcta. En ningún otro he visto con más claridad que llamo conclusión al límite de mi capacidad de interrogación. No saldrá hasta mediados de enero y, para mi sorpresa, hoy se han puesto en contacto conmigo desde Sevilla para que vaya a presentarlo allí (gracias Ángel R.).



IV
Volviendo de Pamplona en el tren, con un resfriado bastante escandaloso, que me obligaba a tener permanentemente un pañuelo en la mano y a toser cada 5 minutos (soportando más de una comprensible mirada de preocupación de mis vecinos de vagón), me di un buen consejo a mí mismo: "Tienes que demorarte más en las cosas". Algo en mí me empuja a vivir más pausadamente. Pero algo en mí me dice que no me voy a hacer ningún caso.

V
Recibo semanalmente varias invitaciones para ir a dar charlas por aquí y por allá. Mentiría si negara que tal cosa me halaga. Pero es imposible atender ni a una cuarta parte. Necesito recuperarme después de cada viaje. Aunque me cueste aceptarlo, ya no tengo veinte años y el cansancio acumulado que tanto me pesa cuando me voy a la cama, sigue allí por la mañana, cuando me despierto. 

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Una granada viajando en un tren

No sé si estoy cabreado, perplejo, decepcionado... o todo a la vez. La culpa es del contenido de esta maleta:


O mejor dicho, de la manera como se ha gestionado el contenido de esta maleta: supuestamente una granada de mano con varios cables a su alrededor que ha viajado tranquilamente de Barcelona a Madrid en un AVE esta misma mañana.

Vamos por partes.

He dormido en Madrid y me he despertado temprano, a las 6 de la mañana. Me he duchado, he desayunado bien... y eran las 8. Mi tren salía de la estación de Atoche a las 10:30 y  estaba a hora y media caminando. Estaba lloviznando y hacía frío, pero a pesar de todo, me apetecía andar y me he armado de valor. Hora y media es un buen paseo.  He llegado a la estación a las 9:15, empapado y magullado, porque me he resbalado en una superficie metálica de una alcantarilla y he dado aparatosamente con mi autoestima en el suelo. Como hacía frío y continuaba la lluvia, he decidido comprobar primero si podía cambiar mi billete y tomar el tren de las 9:30 y, en caso de que fuera imposible, esperar tranquilamente al de las 10:30. He tenido que esperar, pero tenía un buen libro en la cartera, el segundo tomo de los Escolios a un texto implícito, de Gómez Dávila. 

A las 9:58 ha aparecido la policía, con prisas. Algunos agentes llevaban escudos. Nos han ordenado, perentoriamente, que abandonáramos inmediatamente la zona en la que estábamos y nos dirigiéramos al otro extremo de la estación. Pero en el otro extremo de la estación había personal de ADIF urgiendo a los pasajeros para que salieran a la calle rápidamente, sin perder tiempo. "¡Ya, ya!", decía una mujer. Le he preguntado a un policía qué tenía que hacer exactamente. Me ha dicho que debía salir a la calle. "Aquí no se quede. Parece que hay un objeto sospechoso en una vía". Hemos salido, unos con más tranquilidad y otros con menos. Eran las 10:03. Llegaban furgones de policía. Nos han mandado desalojar las proximidades de la estación y me he refugiado de la lluvia en una parada de autobús. Pronto han comenzado a circular rumores. Decían que en Barcelona, en la estación de Sants había habido una amenaza de bomba. Ahora otra en Madrid. ¿Qué estaba pasando? ¿Estábamos seguros donde estábamos?

A las 10:30 se ha vuelto a abrir la estación. Un pasajero que no paraba de hablar por teléfono me ha explicado finalmente que todo había sido una falsa alarma provocada porque en una maleta había una hebilla de una correa con forma de granada de mano. Le he preguntado si sabía algo de lo ocurrido en Barcelona. Me ha contestado que parecía que había pasado lo mismo. Otra falsa alarma provocada por otra hebilla con forma de granada. A los dos nos ha parecido todo muy raro, pero hemos estado de acuerdo en que en estos casos lo que hay que hacer es confiar en la policía.

¿Pero qué había pasado en realidad?

Pues que en la estación de Sants, en Barcelona, han detectado, efectivamente, en el escáner de acceso, que en el interior de una maleta había algo sospechoso y al analizar las imágenes posteriormente han llegado a la conclusión de que podía ser una granada con cables. Pero la maleta y la mujer que la llevaba ya habían subido al tren y el tren iba camino de Madrid.

Parece que a la mujer la han detenido en algún punto del recorrido del tren, pero la maleta potencialmente peligrosa, ha llegado con los inconscientes pasajeros del tren hasta la estación de Atocha. Ha sido al llegar este tren cuando a nosotros nos han mandado desalojar la estación.

¿Cómo ha podido pasar todo esto?

¿No hay aquí una falta de profesionalidad alarmante?

¿No es para estar cabreado, perplejo y decepcionado?

Al llegar a casa mi mujer me ha descubierto un hilillo de sangre reseca que me corría de la frente a la mejilla. Posiblemente haya viajado con él. Me duele la rodilla izquierda y el costado derecho. Pero, sobre todo, estoy cabreado, perplejo y decepcionado.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Platón persiguiendo a danzantes desnudos


Tenía abandonadas las postales filosóficas, pero me acabo de encontrar con esta imagen de Platón expulsando de su República a un grupo de impúdicos bailarines desnudos y me ha hecho mucha gracia. Una investigación por hacer en los estudios platónicos sería el de la recreación iconográfica de la filosofía de Platón que es, evidentemente, mucho más libre que la textual.


El moderno compás

Serafín Estébanez, A los alabarderos de la Real Casa:






“Que el moderno compás, sin aire y gala,
no alienta el corazón, no tiene historia,
ni el oído ni el ánimo regala.”

domingo, 4 de noviembre de 2018

Sobre las "fake news"

Me pidieron de La Vanguardia que contestara a estas tres preguntas:


Y estas son mis respuestas:


Nosotros y la justicia

Esto lo escribí el 3 de noviembre de 2016: A las lágrimas de Sánchez.

Si lo reescribiera hoy, le añadiría dos cosas. 

1) Estas palabras que Antonio Maura pronunció en el Congreso el día 28 de noviembre de 1905: "Es un rasgo fisionómico del pueblo español la falta de fe en la legalidad, de persistencia y confianza en el uso del derecho, una propensión innata al atajo de la arbitrariedad… Ese atávico, incorregible amor a la arbitrariedad, ese desbordamiento del albedrío, es una sed de hidrópico, un apetito moroso que se excita por la dolencia, que con él se agrava”.

2) Este editorial de El periódico del viernes pasado:


Sí, lo han leído bien: "violentar" no es "violencia".

sábado, 3 de noviembre de 2018

Vehemencia

 I Tras tres días sin poder separarme de Benjamin Labatut y su Maniac , pero ya he cerrado la última página. Y como suele ocurrir cuando has...