Buscar este blog

martes, 1 de septiembre de 2015

Quintano, de nuevo

En su delicioso “¿Matar a Sócrates?” recuerda Gregorio Luri la leyenda socrática según la cual un orador demócrata, Lisias, ofreció a Sócrates un eficaz discurso de defensa, pero él lo rechazó porque, según Cicerón, no lo encontró “fortem et virilem”, pues se trataba de una súplica lacrimosa al jurado que Sócrates, por dignidad, no podía aceptar.

    –Prefirió morir siendo Sócrates a continuar viviendo como Lisias.

2 comentarios:

La felicidad

I La mejor definición de felicidad que conozco lleva la firma de San Agustín: La felicidad es seguir deseando lo que ya se tiene. II Pero si...