y a rumiar lo leído. El párrafo que acabamos de leer se nos hace bola y si no lo disolvemos y digerimos es imposible pasar página.
Por ejemplo:
"Hay en la izquierda más intelectuales dispuestos a aceptar el filofascismo de Ezra Pound y el filonazismo de Martin Heidegger, o la retórica comunista de Brecht y de Neruda, que a reconocer la importancia tanto política como literaria de Georges Orwell y de Simone Weil"
Alfonso Berardinelli, El intelectual es un misántropo.
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