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lunes, 21 de septiembre de 2015

El arte parasitario


Insomnia — Kojiro Ankan Takakuwa

¿No está derivando el arte moderno cada vez con mayor rapidez hacia el parasitismo? Es como si las vanguardias, agotadas, se dedicaran a vivir de la grandeza pasada intentando extraer de ella sus nutrientes. No sé si esto es bueno, malo o regular. Tampoco conozco el arte moderno lo suficiente para asegurar que esto es un hecho. Esta es sólo una pregunta que tendré que dirigirle a la Sección de Estética, que allí sí que saben.

1 comentario:

  1. Con la aparición de las vanguardias hubo y hay una creencia que es errónea, que consiste en pensar que, al igual que en la ciencia, su deber es el avance y la superación. El arte se mira en el ser humano y lo retrata, su vida, sus emociones, sus creencias, actos y realizaciones, tan parecido en todos los tiempos. Pero además, el arte tiene como principal referente al propio arte, como en un espejo de infinitos reflejos. A partir del arte conceptual y sus precuelas, mucho de todo lo que se muestra ahora son sesudas reflexiones plásticas. Es como si se pusiera más atención en las estrategias del partido de fútbol que en la simple emoción de las jugadas con su belleza, sorpresas y carambolas. Algo parecido le ha pasado a la música. Sin embargo, ahí está también el arte popular en toda su extensión, tanto en artes visuales como musicales, para poder disfrutar del hermoso gol.

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