domingo, 20 de marzo de 2011

El Heliogàbal

Del número 158 al número 80 de la Calle Ramón y Cajal hay una travesía etnográfica de un altísimo interés cultural. Comienza en el establecimiento de bebidas Verema i Collita, que anuncia en el escaparate “Catalans a bon preu” y continúa con Il Piccolo de Gracia, el Centre de Tai Chi Taoísta, los dos locutorios de El Rincón Ecuatoriano, La Paladar del Son (que es un restaurante cubano), la Associació de Dansa Tribal de Barcelona, el Döner Pollo a l’Ast, una peluquería sin nombre y el Heliogàbal, que está cerrado, y que es a donde vengo con la intención de tomar unas notas para un artículo. En la peluquería anónima un joven que chapurrea un mal castellano me informa de que hasta las nueve no suelen abrir el  local. Son las siete de la tarde. Así que decido, ya que estoy allí, cortarme el pelo. Hay un argumento convincente para ello escrito en la entrada: “Corte de pelo, 5 euros”. Así conozco al paquistaní Arslan Talib que tiene 22 años y me cuenta que antes de venir a Barcelona, estuvo varios años trabajando de camarero en Dubai. “¿A qué edad saliste de Paquistán, entonces?”, le pregunto. “A los diecisiete”. “¿Y dónde aprendiste el oficio de peluquero?” “En ningún sitio. Viendo cómo se hace.” Compruebo que efectivamente tiene razón cuando me pasa la navaja por el cuello mientras me cuenta que me parezco mucho a su padre.

6 comentarios:

  1. Ahí, en el 101, en 43m2, vivimos mi mujer y yo 17 años, al ladito de la Pl. Joanich... Y de allí nos sacaron los libros, que ya no cabían..., como quizá acaben sacándonos de éste, que triplica el espacio de aquél. Allí, casi al final, tuvimos un Panda35 que, al recorrer la Bretaña francesa, atraía las miradas sorprendidas de casi todo el mundo, tal que hubiera pasado un Ferrari, y al revés lo digo... Mucha Gràcia es...

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  2. Casi me despelleja, Juan.Imagínate una navaja de afeitar no muy afilada intentando acabar con los pelos de la parte posterior del cuello sin crema ni jabón de ninguna clase. A pelo, y nunca mejor dicho.

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  3. ¡Toda una señora experiencia-limite! Lo peor, desde mi punto de vista tan antifamiliar, es que le refordaras a su padre...
    Esos pelos del cogote, por cierto -déjame ejercer de filólogo en agraz-, se llaman "abuelos" o "tolanos". Lo sorprendente de la segunda denominación es que la palabra se relaciona con "tonsilitis", es decir, con la amígadalas... Se admiten interpretaciones...

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  4. Fuiste valiente al probar con un peluquero nuevo, Gregorio, y más si es un paquistaní joven, y más si le recordabas a tu padre, tuviste suerte de que no tuviera algún complejo de Edipo o algo así.

    Encantadora descripción de los comercios de la calle.

    ¿Qué será la dansa tribal de Barcelona? ¿Es una forma rara de referirse a la sardana?

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  5. Don Juan: le agradezco la erudición, que me permite poner nombre al escozor que siento: tonsilititis.

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  6. Fernando: tengo una sección fija de dos páginas en "Barcelona Metrópolis", que es una revista trimestral de gran prestigio y pobre distribución, sobre lo que yo llamo "rincones vivos" de Barcelona. Lo que me interesa resaltar no es tanto un local determinado (en este caso el heligàbal) como su ubicación y para ello me gusta hablar con la gente que vive o trabaja cerca. No me queda más remedio que bajar la cerviz, pero siempre obtengo información interesante. La gente te abre el corazón cuando la escuchas con respeto. Obviamente a un barbero armado con una navaja mal afilada hay que escucharlo con el máximo respeto.

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