Claudio, sin duda en The Onion planifican la realidad.
Respecto a los artículos... digamos que hay muertos que están muy vivos. He estado esta mañana en Cantonigros, hablando con un grupo de universitarios sobre la sociedad terapéutica y, sin duda, puedo confirmarlo: el conservadurismo no es una enfermedad.
na cosa sobre el magnífico articulo de Lilla: Por algún lugar leí que cuando Reagan era gobernador de California propuso que, dado que los demócratas eran firmemente partidarios de la discriminación positiva, y dado que en las universidades californianas apenas había conservadores, se aplicase el criterio de la discriminación positiva a los profesores conservadores en las nuevas contrataciones. Aunque también es cierto, y Lilla lo sugiere, que en las facultades de humanidades "duras" no faltan conservadores.
¿Viene de aquí
ResponderEliminarhttp://www.theonion.com/content/video/facebook_twitter_revolutionizing?utm_source=a-section
o es que la realidad imita a Onion?
Me he encontrado con esto:
ResponderEliminarhttp://chronicle.com/article/Taking-the-Right-Seriously/48333/
http://chronicle.com/article/Conservatism-in-Academe-An/48344/
¡Guau!
Claudio, sin duda en The Onion planifican la realidad.
ResponderEliminarRespecto a los artículos... digamos que hay muertos que están muy vivos. He estado esta mañana en Cantonigros, hablando con un grupo de universitarios sobre la sociedad terapéutica y, sin duda, puedo confirmarlo: el conservadurismo no es una enfermedad.
Aristocracia USA.
ResponderEliminarhttp://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2009/09/11/AR2009091101831.html
na cosa sobre el magnífico articulo de Lilla: Por algún lugar leí que cuando Reagan era gobernador de California propuso que, dado que los demócratas eran firmemente partidarios de la discriminación positiva, y dado que en las universidades californianas apenas había conservadores, se aplicase el criterio de la discriminación positiva a los profesores conservadores en las nuevas contrataciones.
ResponderEliminarAunque también es cierto, y Lilla lo sugiere, que en las facultades de humanidades "duras" no faltan conservadores.
Cosas como esta pusieron a Valle-Inclán en los libros de literatura.
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