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jueves, 27 de febrero de 2025

Doy fe

Sitúense a principios de este siglo, cuando el sistema educativo de Finlandia parecía el modelo a seguir en el mundo occidental, cuando era el modelo eficiente y feliz que los europeos presentábamos como alternativa al modelo esforzado de los orientales, cuando parecía posible, en suma, aprender mucho esforzándose poco... en definitiva,  cuando lo perros se ataban con longanizas.

En aquel tiempo los políticos de todo el mundo viajaban a Finlandia y como allí era a donde había que ir un grupo de parlamentarios de una comunidad española, fue. Con los gastos pagados, obviamente.

Su manera de vestir, ya se sabe, campechana, alegre e informal, dejaba un poco que desear, así como su manera de comportarse en los actos oficiales. Por ejemplo cuando en un colegio los recibieron con un par de alumnas cantando a capela, algunos parlamentarios no pararon de hablar entre sí de manera muy poco discreta.

Pero lo llamativo vino cuando en este mismo colegio los invitaron a comer y los parlamentarios españoles, que no sabían inglés, se sentaron todos apretaditos en dos mesas, con la cabeza hundida en su plato, mientras el director del centro intentaba explicar lo que hacían.

Doy fe.

miércoles, 26 de febrero de 2025

La razón victimológica

 I

Me lo escribe mi amiga B. desde París, y como no suelen decirme cosas así, traigo sus palabras a este café para hacerlas perdurables: «Vous êtes épatant! Quelle chance j’ai de vous connaître!»

II

La razón victimológica es aquella que se considera exonerada de sus malas acciones, pero propietaria exclusiva de su bondad natural. Si esta bondad no se manifiesta en buenas acciones, la culpa es de los que hemos impedido su florecimiento con nuestra incomprensión y falta de empatía. O sea, la razón victimológica juega a la moralidad con una baraja entera dentro de la manga.

III

Cuando estoy lejos del teclado de este ordenador se me ocurren ideas magníficas para traer aquí. Lo aseguro. El problema es que en cuanto me pongo a escribir, se van volando, como una bandada de pájaros asustados y solo puedo retener su aleteo.

IV

Me llaman de Santillana de Colombia. Quieren poner en marcha un proyecto para investigar y pensar sobre la cultura del esfuerzo.

martes, 25 de febrero de 2025

La nada

 I 

He llegado a casa empapado, hecho una sopa. ¿Cuándo dejaron los coches que circulan por las calles en los días de lluvia de tomar en consideración al transeúnte? ¿Es mucho pedirles a los conductores que aminoren cuando pasan sobre un charco? Uno se encoge en la acera temiéndose la ola que le cae encima... y que fatalmente se hace realidad la mayoría de las veces. ¡Qué poca cosa es un hombre empapado!

II

El día ha sido interesante. Mañana tranquila y tarde de debate en la Biblioteca Gabriel Ferraté de la UPF, invitado por la inagotable Carme Fenoll. El tema: Frankenstein. Me ha servido para volver a constatar, una vez más, que hay un pensamiento posmoderno que se dedica a la transferencia de culpas. Todo aquel que considera maltratado por el destino -Frankenstein es el protipo- no es culpable de sus fechorías. El culpable es el que se negó a darle cariño cuando lo necesitaba, pero sí es responsable de sus buenas obras. 

III

Una vez, cuando era profesor de la UNED, una alumno me pidió por mail que le explicase en pocas palabras qué era la nada. Le dije que me sentía incapaz de hacerlo y me contesto: "Eso me lo dice porque soy ciega, ¿verdad?" Más de una vez me he sentido intentando explicar qué es la nada a quienes se consideran ciegos. Dado que insisto, me estoy ejercitando muy bien en fracasar,

lunes, 24 de febrero de 2025

B.

 I

Escribí ayer en otro sitio que hay investigaciones serias que sugieren que estamos pensando la motivación al revés. El impacto de la motivación en los resultados suele ser sorprendentemente bajo, mientras que sí es constatable un fuerte impacto de los buenos resultados en la motivación. Me reafirmo.

II

Mi querida amiga B. está en un hospital de París con varias costillas rotas y me pide que le envíe una letra. Le he enviado, por supuesto, varias. Esta es una más.

III

6 páginas ocupa el último capítulo del ensayo que acabo de terminar (provisionalmente), que es, sin duda, el más importante, porque es la clave de todo lo precedente. Como me meto por sendas teológicas, que siempre son sutiles y arriesgadas, he pedido su parecer a varios amigos de cuyo criterio confío. Algunos me dicen que les gusta lo que he escrito y eso me sirve para confiar en que no he dicho ninguna tontería. Otros me ponen alguna objeción y eso me sirve para hilar más fino. En cualquier caso, lo evidente es que cuando llevas mucho tiempo cocinando un plato a veces pierdes el sentido de la mesura con las especias y necesitas el juicio del consumidor, que es siempre más libre.

IV

Creo que si no tuviera amigos no me atrevería a escribir.


domingo, 23 de febrero de 2025

¿Qué mérito tenéis?

 I

El evangelio de hoy te deja clavado en el asiento: «Si amáis solo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? [...] Si prestáis solo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis?» Paseando por Madrid con Armando Zerolo el martes pasado coincidimos en que la empatía no es una virtud específicamente cristiana.

II

Anda el tiempo raro, voluble y antojadizo y cada variación deja su huella en mi laberinto.

III

Me comentaba el jueves el director de una magnífica escuela concertada de Barcelona que son cada vez más los padres que al informarse para ver dónde matriculan a sus hijos preguntan por los conocimientos. Hoy me aseguraba una maestra que por las redes sociales se ha encontrado con padres que preguntan por escuelas "antiguas". Ayer me dijo otra maestra que es imposible programar de acuerdo con la LOMLOE, que nadie lo hace, que todo se falsifica y que todo el mundo lo sabe. Hoy, esta misma mañana, me ha preguntado un profesor qué quiero decir cuando hablo de esfuerzo.

IV

Es más fácil amar a tu enemigo que a los enemigos de tus amigos.

sábado, 22 de febrero de 2025

Ciudadanía mundial

 I

He pasado unos días complicados, ya saben, mareos, náuseas, una sensación de frio helador incrustada en los huesos, etc. Hace tiempo que he aceptado que tengo que convivir con esto, pero estoy decidido a seguir siendo activo... es decir a seguir siendo activo en cuanto me siento recuperado. Hay muchas cosas apetecibles por hacer y el mundo solo se entrega al que va en su busca.

II

Hoy en el Culturas de La Vanguardia, firmo una colaboración extensa intentando responder a la pregunta «¿Por qué están de moda los estoicos?»

Que te encarguen cosas así es un lujo.

III

Acabo de ver, ahora mismo, La infiltrada. Me ha gustado mucho. El guión es bueno, los actores comedidos y precisos y la dirección, profesional. Entiendo que moleste a los herederos de la barbarie, pero esta película es también memoria histórica. Memoria que nunca podremos olvidar algunos y que es imprescindible que transmitamos a las nuevas generaciones.

IV

Cené recientemente en un buen restaurante de Barcelona con un grupo de amigos bien informados de la actualidad. Todos coincidían en que nos esperan tiempos muy duros. En primer lugar porque el necesario incremento del presupuesto de defensa provendrá, inevitablemente, de las partidas mayores, como las de sanidad y educación. En segundo lugar porque si Europa no reacciona pronto, pasará a ser una anécdota en la política mundial. En tercer lugar porque nos hemos estado educando contra la realidad y dudo que sepamos adaptarnos a ella. Pienso en la insistencia de la LOMLOE en promover la educación «para la ciudadanía mundial». En un mundo hobbesiano, esto de la ciudadanía mundial es un brindis al sol.

V

El trumpismo me da miedo.

martes, 18 de febrero de 2025

La clase discutidora

 I

Esta mañana ha merecido la pena. He llegado a la estación de Atocha a las 10:02. Al salir del tren me ha recibido ese huraño frío mesetario. Huraño, por cierto, tiene la misma raíz que forastero. He ido a paso ligero al metro porque Armando Zerolo me esperaba en el intercambiador de Moncloa.

II

Con Armando siempre es fácil hablar. Así que hemos hablado y caminado hasta la casa de Juan Miguel Palacios, con el que hemos pasado un rato inolvidable. Hamos hablado, por supuesto, de su padre, Leopoldo Eulogio Palacios, especialmente de uno de sus libros, La prudencia política, pero, como suele ocurrir en estos casos, nos hemos perdido gozosamente por mil circunloquios.

III

Me acabo de leer ahora mismo, en la habitación del hotel, un magnífico trabajo de Leopoldo-Eulogio Palacios titulado De la razón histórica a la razón poética, todo un festín filosófico, y me espera sobre la cama un libro primorosamente editado, una selección de artículos titulada Leopoldo-Eulogio Palacios. El juicio y el ingenio y otros ensayos.

IV

Al salir de la casa de Juan Miguel, Armando y yo hemos reanudado la conversación, centrada ahora en Europa y esos merluzos de gobernantes que se reúnen en París en una situación de crisis de una extrema gravedad, porque a los europeos nos están diseñando el futuro an Arabia, y la única conclusión a la que llegan es que son incapaces de llegar a una conclusión compartida. A veces hay que darle la razón a Donoso y acordarse de la santa madre de la case discutidora.

V

He comido cerca del hotel en un restaurante navarro. De primero, pochas de la ribera con guindillas; de segundo, callos a la navarra. De postre, torreja con helado. Y aquí estoy, como una boa después de zamparse un buey, leyendo entre cabezadas de sueño. 

lunes, 17 de febrero de 2025

Europa

 I

Europa está perpleja. Aún no nos hemos repuesto del susto: resulta que la política internacional es lo que ha sido siempre, pero que en las últimas décadas intentábamos ocultar que fuera: hobbesiana.  El pez grande se come al chico. Y punto.

II

En una política hobbesiana lo que cuenta es tu capacidad para defender tus intereses. Si eres un país grande tienes intereses comerciales, militares, estratégicos e ideológicos; si eres un país pequeño (pienso en la UE), no te puedes permitir el lujo de tener otros intereses que los comerciales. Europa tiene que decidir si quiere ser Fenicia.

III

Lo triste de las broncas que algunos relevantes políticos norteamericanos nos echan en nuestra propia casa es que lo hacen porque pueden y nosotros lo tragamos porque no podemos hacer otra cosa. El que manda quiere que se sepa que manda y que el altruismo no forma parte de sus intereses.

IV

Tengo poco de profeta. No sé cómo acabará todo esto, aunque sí sé que en política los resultados pocas veces se derivan directamente de las intenciones. Pero me parece que Europa o reacciona o se resigna a ser el museo del mundo (una Fenicia con muchas joyas heredadas).

V

Ucrania. La clave del asunto es la siguiente. Un gigante, Putin, invade Ucrania, un país europeo. Estamos dispuestos a darle dinero y armas; pero bajo ningún concepto estamos dispuestos a mandar a nuestros hijos a defender las fronteras de Europa.

VI

Europa no es la Unión Simbólica Europea. Tampoco sabe exactamente cuáles son sus fronteras, no está dispuesa a defenderlas.

Fárrago

I

El filósofo Derek Parfit pedaleaba desnudo en su bicicleta estática, leyendo filosofía; se cepillaba los dientes durante horas, leyendo filosofía; todos los días comía el mismo desayuno de muesli y yogur y la misma cena de zanahorias, queso, lechuga y apio, para maximizar su tiempo para la filosofía; preparaba café con agua directamente del grifo, para tener más tiempo para la filosofía; tomaba una mezcla de vodka y pastillas todas las noches para poder dormir, ya que no podía dejar de pensar en filosofía.

II

No soy Derek Parfit, pero lo entiendo.

III

En una cosa sí que me parezco a él: en la obsesión correctora de los textos que, fatalmente, los empeora. Los textos demasiado pensados acaban convirtiéndose en laberintos y están llenos de añadidos de última hora que torturan las frases y hacen la lectura más farragosa. Te dan ganas de romperlos, pero como hay que enviarlos aquí o allá, los envías a disgusto. ¡Cuántas veces he deseado haber guardado el primer borrador, donde todo estaba, si no completamente claro, sí más fresco y natural.

sábado, 15 de febrero de 2025

Comerse al abuelo

I

Cosas que uno se encuentra por ahí: «Los escitas siempre se comían a sus abuelos; los trataban de forma muy respetuoso durante mucho tiempo, pero tan pronto como comenzaban a hacerse viejos latosos y se ponían a contar largas historias, inmediatamente se los comían. Nada podría ser más inapropiado, e incluso irrespetuoso, que comerse a esos parientes tan próximos y venerables; sin embargo, no podríamos, con toda propiedad, acusarlos de mal gusto moral».

- Sydney Smith, On Taste, 1805

Me abstengo de cualquier comentario. Estoy comprobando si estoy en sazón.

II
«En la realidad», decía Jordi Sales en la presentación del libro de Ferran Sáez, «siempre hay más cosas que en nuestras cabezas» Esto tan obvio, tan elemental, siendo de la mayor importancia, es lo que tendemos a olvidar cada vez que nos ponemos a discutir.

III
El arte del ensayo consiste básicamente en convencer al lector de que en su cabeza hay menos realidad que en la del autor.

IV
Estaba acabando el pequeño ensayo que comencé en plena Navidad. O eso creía. Pero el último capítulo me ha salido tan de mi gusto y me parece que hay tanta realidad en él, que deja en mal lugar a los capítulos precedentes, y ahora tengo que reescribirlo todo.

jueves, 13 de febrero de 2025

Ferranismos

I

Presentación de El imprudente feliz, del gran Ferran Sáez. A mí me gustaría escribir como él, saber una décima parte de lo que sabe él, tener la cultura musical que tiene él... si fuera más alto, hasta me gustaría ser él.

II

Es admirable cómo sabe jugar con una referencia popular (Lou Reed, por ejemplo), una cita erudita y una reflexión original en un mismo párrafo.

III

Citas:

«... les habían inoculado durante años un fatalismo bovino que contrastaba con los rutilantes discursos revolucionarios de sus dirigentes».

«Simplemente, las previsiones económicas no encajan con las previsiones antropológicas».

«El romanticismo, que es una de las peores tragedias culturales que ha padecido Occidente…» 

«… a medio camino entre el leninismo y la dislexia» (se refiere al en otro tiempo tristemente famoso El libro Rojo del cole).

IV

Me gusta que reivindique El villano del Danubio, de Fray Antonio de Guevara, para situarlo, con sobrada razón, en el inicio del mito del buen salvaje. Se publicó en 1529. Fue traducido al inglés en 1531 y al francés en 1532. Tuvo muchos imitadores. La Fontaine fue uno de ellos. 

V

Hoy lo que queda del buen salvaje se ha convertido en un Puer Robustus.

VI

Una objeción:

P. 106: «La cosmovisión geocéntrica de Ptolomeo no se ajusta a los hechos, pero permitía disfrutar de un universo finito, ordenado y apuntalado vagamente en el sentido común». Esta es una afirmación casi unánimemente aceptada. Pero no es cierta. El geocentrismo es la visión correcta del cielo si lo contemplas desde la tierra. El heliocentrismo es la visión correcta del cielo si lo contemplas desde el sol.

VII

Otra:

Pág. 154: «el higienismo o el sionismo, por poner dos ejemplos de idearios desconectados que coincidieron en el tiempo...»

¿Desconectados?

Max Nordau hace triunfar un lema «Muskleljudentum» en el segundo Congreso Sionista de Basilea, el 28 de agosto de 1898. Animaba con él a su pueblo a muscular la raza, haciéndola físicamente más potente, para favorecer la emergencia de un nuevo tipo de judío, corporalmente fuerte, sexualmente vigoroso y moralmente sano, que facilitara el triunfo político del sionismo . 

Todo el mundo lo sabe

 I

Viaje a Palma. Salí de Barcelona el martes al atardecer y regresé el miércoles, cuando ya era de noche. El objetivo era hablar, dialogar (en la medida de lo posible) y escuchar hablar sobre educación, en un acto programado por los inspectores de educación de las Islas.

II

Cuanto más me enmaraño en este mundo tan extraño de los debates educativos más claro veo que nos sobra sofisticación dialéctica. Las palabras que usamos con la pretensión de sagacidad conceptual (competencias, perfil de salida, situación de aprendizaje, descriptores operativos, etc.) nos ocultan la realidad. Y la realidad es muy sencilla. Todo lo que se necesita es un maestro que conozca su oficio y un libro de texto bien articulado. Está por ver que la educación llamada competencial ofrezca resultados competencialmente superiores a los de este modelo elemental.

III

La semana pasada me decía un alto cargo del Departament d'Educació de Cataluña que tenía comprobado que la palabra que más detestan los docentes es "programación". Estoy de acuerdo. 

IV

La burocracia docente quizás esté pensada con las mejores intenciones, pero la verdad verdadera es que se falsea. Se copian programaciones y se copian informes. Y todo el mundo lo sabe.

V

Ayer les dije a los inspectores que me escuchaban que si querían conocer el estado de la educación mirasen el interior de las mochilas de los alumnos. Insisto "los" alumnos. No hay libros de texto en las mayorías, sino un caos de fotocopias, apuntes, calcetines... y el plátano olvidado de la semana pasada.

martes, 11 de febrero de 2025

A los buenos días

 I
Esto de pararse a hablar con la gente que está sola puede ser moralmente muy meritorio, pero a veces es de una pesadez...

II

La de gente que hay por ahí esperando a que le desees los buenos días para lanzarse a tu yugular y no soltarte hasta que no han consumido tu paciencia auditiva.

III

Pero lo cierto es que hay personas que están deseando contarte sus aventuras mínimas: lo que ayer dieron de merendar a sus nietos, la necesidad que tienen de encontrar un pintor barato, que han dado por casualidad con una foto de su marido que creían perdida, que las acelgas a la extremeña no se hacen como la mayor parte de la gente piensa, etc.

IV

Continuaré saludando, pero creo que me voy a poner un tope diario, que hoy me ha costado una hora recorrer los 200 metros que separan mi casa del Petit Cafè de la Plaza de Ocata.

lunes, 10 de febrero de 2025

Estados de ánimo

 I

Cada vez me pasa lo mismo. Hay un momento, cuando estoy escribiendo un libro, en el que me pregunto si las páginas que llevo escritas merecen la pena, si pueden interesar a alguien, si están bien escritas, si está la tesis clara, si... y la respuesta siempre es la misma: esto no vale un céntimo de euro. La experiencia me aconseja dejar de escribir y esperar que pase el estado de ánimo pesimista, hasta que un día al levantarme el estado de ánimo sea otro. 

II

Los estados de ánimo no son educables. Van y vienen cuando quieren y se instalan en nosotros a su antojo. Son okupas anímicos. Lo más que puedes hacer con un estado de animo pesimista es dejarlo estar, que siga su curso y esperar a que te deje la casa vacía para correr a ocuparla tú.

II

Heidegger dio una gran importancia a los estados de ánimo, porque cada uno de ellos te descubre un mundo. Las cosas, para los humanos no son nunca meras cosas. Cuando abrimos los ojos para mirarlas ya están iluminadas por nuestro estado de ánimo.

III

Josep Maria Espinàs, con quien tuve el placer de trabajar en la edición de mi libro La escuela contra el mundo, me dio un consejos que se ha mostrado muy valiosos: no hay libro que no gane reduciéndolo.

viernes, 7 de febrero de 2025

Hobbes

 I

«Mi querida madre dio a luz gemelos: yo mismo y el miedo»

Hobbes.

II

Cuando en octubre de 1679 diagnosticaron a Hobbes una enfermedad mortal, comentó: «Me alegraré entonces de encontrar un hueco por donde escabullirme de este mundo»

miércoles, 5 de febrero de 2025

El pedagogismo toca la lira

I

«Sean los que sean los sistemas de opresión que creáis que estáis desmontando, son mucho menos opresivos que el caos que está sufriendo la escuela actual». Esto es lo que les decía Doug Lemov a los pedagogistas decididos a convertir la escuela en un paraíso infantil de aprendizaje fácil, salud emocional a raudales y empatía cósmica. Tiene razón.

II

Hablo con cierta frecuencia con gestores políticos de la educación española. No me he encontrado aún a ninguno que no se muestre decepcionado con la situación de nuestras escuelas. No digo que no haya partidarios de lo que tenemos, solo digo que yo no me los he encontrado. A veces se expresan con una radicalidad que asusta un poco, no porque carezcan de razones para el cabreo, sino porque son demasiado cobardes com para actuar en consecuencia.

III

Nuestro sistema educativo, con algunas notables excepciones, hace aguas, pero mientras Roma arde, el pedagogismo toca la lira. Y los políticos, dado que ninguno quiere ser tratado de facha, siguen fomentado la lira como recurso pedagógico para un sistema en el que no creen.

martes, 4 de febrero de 2025

El buen salvaje

 


AQUÍ

En el mundo naciste

 I

Ando inmerso en el minucioso comentario de Heidegger del Sofista de Platón. Casi me he trasladado a vivir a sus páginas. En alguna de ellas me pasa lo que dicen que le pasó a Sócrates cuando leyó el Sobre la naturaleza de Heráclito: que entendió poco, pero lo que entendió le pareció sublimne.

II

Paso por aquí para recordar este soneto del inmortal Quevedo, titulado «Contra los que quieren gobernar el mundo y viven sin gobierno»:


En el mundo naciste, no a enmendarle,

sino a vivirle, Clito, y padecerle;

puedes, siendo prudente, conocerle;

podrás, si fueres bueno, despreciarle.


Tú debes, como huésped, habitarle

y para el otro mundo disponerle;

enemigo de l'alma, has de temerle,

y, patria, de tu cuerpo, tolerarle.


Vives mal presumidas y ambiciosas

horas, inútil número del suelo,

atento a sus quimeras engañosas;


pues, ocupado en un mordaz desvelo,

a ti no quieres enmendarte, y osas

enmendar en el mundo tierra y cielo.


lunes, 3 de febrero de 2025

Hablar y callar

 I

A veces pienso que los que trasteamos con la filosofía tenemos algún trastorno profundo. Lo nuestro no es normal. Lo digo porque escribiendo un texto para un proyecto aún remoto abrí el comentario de Heidegger al Sofista de Platón, que leí, no sin esfuerzo hace ahora 20 años. Es un libro de 660 páginas que no se lo recomendaría, por su meticulosa aridez, a nadie querido. Y, sin embargo, no lo he podido dejar en todo el fin de semana. He comprobado, una vez más, que lo que ahora subrayo coincide pocas veces con lo que subrayé hace 20 años. De hecho, siendo el mismo libro, su significado para mí es ahora bastante distinto. Leer es situar un texto en su contexto. Si cambias el contexto, cambias el texto.

II

Me dicen que debo pasarme a la IA porque, por ejemplo, facilita mucho el trabajo a la hora de hacer presentaciones. Lo probé y quedé decepcionado. Ciertamente hace presentaciones muy bonitas (aunque a veces con un tufillo cursi) sobre el tema que quieras. Le pides, por ejemplo, una presentación sobre la lectoescritura y en pocos segundos la tienes hecha. El problema es que es su presentación, no la mía. Lo que yo pienso hoy de la lectoescritura lo he ido construyendo a base de lecturas, conferencias, charlas, replanteamientos, observaciones, correcciones, etc. De modo que en cada dispositiva que presento hay una historia personal de conquista de alguna idea, de algún ejemplo, de algún gráfico o imagen. La IA no me da nada de esto. En las presentaciones de la IA me encuentro con ideas generales bien presentadas en las que yo no me encuentro por ningún sitio.

III

Cada vez estoy más contento de todo lo que me callo en las redes sociales.

domingo, 2 de febrero de 2025

Palma

 I

Viaje relámpago a Palma de Mallorca, donde siempre me acogen con cariño. Me gusta, si tengo algo de tiempo libre perderme un rato por sus calles. Ayer tuve que conquistar ese tiempo levantándome temprano. El tiempo no era muy apacible -9º-, pero esta ciudad se reviste a sí misma con el clima de cada momento y en cada estación te muestra perfiles nuevos. 

II

A resaltar el disgusto que se llevan los pasajeros de algunas compañías de aviación cuando descubren que tienen que pagar un dineral por el sobrepeso de sus maletas. Hay quienes reaccionan con humildad, como si los hubiesen pillado en un acto vergonzoso, y quienes se envalentonan y piden, con todo el derecho del mundo, una hoja de reclamaciones. Añadamos el descanso de los que miramos los toros desde la barrera... porque ya sabemos de qué va eso.

III

Tardo más en ir de mi casa al aeropuerto de Barcelona que del aeropuerto de Barcelona al de Palma. Lo más engorroso del vuelo: dónde encajar mis piernas.

IV

Ayer hablé de Patocka y de Ben Carson. Desayuné dos veces. Me hice 13.000 pasos. Y encontré cerrada una librería de viejo en la que suelo perderme.

Respuestas

 Las respuestas que busco se encuentran donde no quiero hallarlas, en Heidegger.