Mañana primaveral, pero primaveral de catálogo, de las que apetece salir de casa temprano para llenarse los pulmones con el aire nuevo del mundo. La primavera es una promesa que se cumple con cada mañana como esta. El sol calienta a fuego lento y es una delicia cerrar los ojos y dejarse cocinar mientras los pensamientos se pierden por vaguedades.
Me ha soprendido la repercusión del artículo de ayer en El Mundo. Por supuesto, no escribo para pasar desapercibido, pero los comentarios agradables sientan de maravilla. Me ha quedado el ego de lo más satisfecho y no me cuesta admitir esa satisfacción porque sé muy bien que todo lo que aparece en la prensa es efímero, volátil y, en el fondo, sin sustancia. La prensa es el espectáculo de la caducidad instantánea de lo nuevo. La prensa es socialdemócrata en su esencia.
Me he pasado un buen rato dándole vueltas al artículo que tenía que enviar para el Subjetivo de mañana. Quería que tuviese algo que ver con la Semana Santa, pero no de manera explícita, sino como una insinuación que diera un poco que pensar. Me he decidido por escribir sobre el filósofo Paul Ludwig Landsberg y, como suele ocurrir, lo primero que he hecho ha sido ponerle el título: "Jueves Santo en Oranienburg". Si el título funciona, el texto también funcionará.
He de reconocer que el Diario íntimo de Ruano se me está haciendo bola. Lo comencé con voracidad, pero me estoy cansando de masticar. Llevo 460 páginas y no he llegado a la mitad. Estoy acostumbrado a que 50 páginas equivalgan casi a medio libro y aquí con 50 páginas no se adelanta nada. Es verdad que de vez en cuando uno se encuentra con perlas que compensan la marcha lenta, porque a Ruano el oficio no le falta. Por ejemplo, hablando de una joven, La Eléctrica, añade que era amiga "de la pobre Fe la Romántica, con quien viví un episodio intrascendente en cuya acuarela desvaída lo más bonito es el marco". A veces me encuentro con sopresas inesperadas, como esta que sigue, que no deja de ser una confirmación de lo que ayer recogía de Elisabeth Loftus y el poder creador de la memoria: "Estamos ante una exaltación permanente del fraude, ante un recuerdo falso fundado en el sentimiento". Hay, por supuesto, muchas más cosas a resaltar, pero basta por hoy de Ruano.
He pasado la mañana en el Petit Café de la plaza de Ocata e incluso he comido allí. Hoy ha sido uno de esos días en los que no oigo nada -tengo una sordera caprichosa, que va y viene a
su aire- y me he limitado a asentir a los que se han acercado a mi mesa a contarme no sé qué cosas. A veces noto en su cara un ligero gesto de sorpresa porque no se esperan mi asentimiento. Pero la gente no por ello deja de hablar. Yo miro de reojo a Ruano pensando que ya podría llevar leídas 10 páginas más.
Después de comer he dado un paseo por la playa para acabar de perfilar el artículo del Subjetivo y le he mandado una foto a B., como respuesta a la que ayer me envió ella de la parisina Place des Vosges. En París tendrán muchas cosas, pero no tienen playa.
Esta tarde a las 6 he ido al ayuntamiento, que el alcalde del pueblo quería hablar conmigo y contarme sus proyectos, cosa que le agradezco sinceramente. A las 9:30 vuelve de Plamplona mi agente provocador.
Tarde primaveral. Plácida y relajante. La gente camina sin prisas y todo el mundo parece satisfecho. La primavera es el único socialismo que convence.
No es mala técnica lo de asentir con una sonrisa
ResponderEliminar¿Cómo que "en París tendrán muchas cosas, pero no tienen playa"?
ResponderEliminarhttps://www.terrafemina.com/article/paris-plages-2016-horaires-programme-et-plans_a315168/1
"le he mandado una foto a B., como respuesta a la que ayer me envió ella de la parisina Place des Vosges."
ResponderEliminarA los españoles, la Place des Vosges nos impresiona muy poco. B. no debe de conocer muy bien nuestras Plazas Mayores...
Pero ocurre que los lugares guardan la impregnación senrimental de nuestro paso por ellos y yo no olvidaré nunca el acceso a la Place des Vosges desde los jardines del Hôtel de Sully siguiendo a B.
EliminarEl argumento inatacable de "la impregnación senrimental" me recuerda la historia de aquel duque inglés que, atravesando una plaza de Venecia en compañía de un amigo, dejó caer un anillo con un diamante en un lugar preciso. Y cuando el amigo, muy sorprendido, le preguntó por qué hacía eso, el duque le respondió: "Para que quien lo encuentre sea en este preciso lugar tan feliz como yo cuando vi aquí mismo por primera vez a Lady..." (y seguía el nombre de la mujer de la que estaba enamorado).
EliminarCreo que Lady B. me perdonará si traigo aquí este comentario suyo: "Je ne veux pas commencer un débat nationaliste avec Balthazar. Je connais un petit peu certaines Plazas Mayores de votre beau pays. Elles sont magnifiques, mais la place des Vosges a son charme particulier. On ne peut les comparer, mais au moins ça m’a donné le plaisir de lire votre charmant et touchant commentaire. Je passe par là presque tous les jours, et je pense souvent avec mélancolie à cette unique promenade." Ya ve usted...
Eliminar@ Lady B.
EliminarJe vous taquinais un peu, comme à notre philosophe à propos de Paris Plages. Mais c'est vrai qu'habitant Paris depuis plus de 30 ans j'ai souvent entendu les Espagnols auxquels je montrais la Place des Voges en leur faisant l'éloge me dire: "Bof, pas terrible ta place...". Et c'est aussi vrai que passant souvent très près d'elle avec le bus 96 je ne m'arrête jamais pour y prendre une bouffée d'air frais, et cela parce que j'habite pas loin des Buttes Chaumont, où il y a un peu plus de verdure... ;-)
(Moi ce qui m'impressionne le plus de la Place des Voges est la maison de notre ami V.Hugo).