Me compré recientemente en una librería de viejo de Pamplona el Diario íntimo de González-Ruano, 1.161 páginas de festín de palabras. Nada más abrirlo uno se encuentra con la literatura. El escritor de raza rezuma literatura y da igual de lo que escriba, siempre va dejando huellas de originalidad con el surco de su trazo y una sorpresa genuina en el lector que va pasando goloso las páginas. Claro que leer a un escritor de raza es comprobar el pobre mendicante que es uno cuando se pone a hacer de escribidor. La mirada del escritor que merece este nombre siempre le abre al lector perspectivas inéditas sobre el mundo, nunca le ofrece abalorios.
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viernes, 26 de marzo de 2021
González-Ruano
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