"Era la noche muy profunda, su tienda la alumbraba una luz no muy clara y todo el campamento estaba en silencio. Él, envuelto en sus razonamientos y reflexiones, creyó sentir que alguien se acercaba. Girando la vista a la entrada, ve una imagen terrible y singular, de un cuerpo extraño y temible, colocado en silencio a su lado. Tomando ánimo, dijo: ¿Quién, hombre o dios, eres?, ¿qué quieres de mí?. El fantasma respondió con voz baja: Bruto, soy el daimon de tu desgracia; volverás a verme en Filipos. Y Bruto dijo, sin turbarse; ¡Te veré!"
- Plutarco, Vida de Bruto.
El año 42 antes de Cristo, Bruto, al ver perdida la batalla contra los vengadores de César, se suicidó arrojándose sobre su espada para evitar ser capturado. Marco Antonio honró al enemigo caído, por considerarlo el más noble de los romanos.
En nuestra era, donde nada hay, supuestamente tan aborrecible como la tiranía, Bruto es representado como un odioso traidor y de César solo sabemos de su grandeza. No es excusa la influencia del bardo, puesto que a cuaqluier autor, por alto que sea su status, se le corrije si en algo se aparta de lo que hoy consideramos noble, bueno y justo. Creo que nuestros kaloikagathoi, al menos en este punto, están siendo algo perezosos.
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