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lunes, 24 de abril de 2017

Museos de arte contemporáneo

Una de las características más singulares de nuestro tiempo es nuestro afán por erigir museos a la vanguardia que, en cierta manera, son museos melancólicos, pues recogen la rápida obsolescencia de la novedad o, si se quiere, el impulso innovador negándose a sí mismo en sus productos, como Cronos devorando a sus hijos. Son, pues, museos al hambre. Lo que nos dice un museo de arte contemporáneo es que todo lo que está allí, está para ser superado. Más aún: cuando lo que está en un museo de arte contemporáneo está para ser relatado, el museo deja de ser de arte contemporáneo. En este sentido, nada más normal que la desorientación que siente el visitante. Un museo de arte contemporáneo es un umbral de salida a algo que no puede, por definición, ser programado: el arte de mañana. Todas las contradicciones de nuestro presente se guardan en un museo de arte contemporáneo. Ahí está su valor: son museos de antropología.

9 comentarios:

  1. Han intentado arreglarlo llamándose "Centros de Arte Contemporáneo", pero sin una colección, serían tan "fluidos" que se autodestruirían, con lo que son "Centros de arte" y tienen una "Colección": es lo que pasa en Santiago con el CGAC

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  2. Cierto. No sé si he ha dado cuenta pero en los museos y exposiciones de arte contemporáneo la presencia femenina -como autoras- es casi inexistente, cosa curiosa y que no parece preocupar a nadie.

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  3. En los años cincuenta, no recuerdo quien, ya envaso su propia mierda en latas y la etiqueto como "mierda de artista". Contenia 30 gramos de mierda que fueron puestos a la venta al precio de 30 gramos de oro. Segun wikipedia "estas latas estan valoradas en cifras de 4 o 5 digitos en euros y rara vez se subastan. Eso en 1961.

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    1. Manzoni:http://elcafedeocata.blogspot.com.es/2006/10/merda-dartista.html

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  4. Me comentan una cosa paradójica al respecto que ignoro si es literal: los conservadores de estos museos en muchos casos ya han renunciado a controlar la luz o la humedad para que las obras no se deterioren, puesto que muchas están hechas de materiales tan perecederos que sería inútil el intento. Además, en la "época de la reproductividad del arte", ¿a quién le interesa el original?

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    1. Lo que yo conozco, porque lo he vivido, es la incomodidad de algunas instituciones con colecciones que les han costado mucho dinero y con las que no tienen ni idea qué hacer. Una famosa institución se puso en contacto conmigo para ver qué utilidad didáctica le podía dar a su colección. Yo me tomé el encargo en serio. Mi respuesta fue que ninguna.

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  5. Me parece que ya lo colgué otra vez, pero por si acaso.

    http://artecontempo.blogspot.com.es/2006/06/flix-de-aza-artculo-de-letras-libres.html

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  6. Un museo de arte moderno es un oxímoron. Desde el momento que entra es que ya ha sido asimilado y es asimilable, mientras que lo nuevo ha dado una nueva vuelta de tuerca. Ignoro si es por evitar la "reproductividad" de la obra o quizás por el espectador a quien va dirigido (en esencia el intelectual o crítico de arte) pero lo que hoy se produce como arte moderno es difícilmente museizable y con frecuencia ni siquiera se puede trasladar y montar en distintas ubicaciones (y no me refiero al mercado del arte, que es otra cosa).

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  7. Muy cierto.
    Son museos de sueños, sueños de que el tiempo no pasa ni pasará, museo de imágenes que ya no son apenas han aparecido.
    En efecto, se trata de museos del hombre -nombre de un museo en Paris que preparó Levi Strauss.
    Museos melancólicos, como bien dice Usted.

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