Me resulta difícil de entender el pánico de los profesores a la difusión pública de los resultados académicos de los alumnos. Y me resulta escandaloso que el Consejo Escolar del Estado considere que la información pública perjudica los intereses educativos del país. ¿No es sorprendente que sea tan fácil conseguir datos objetivos sobre los talleres mecánicos de un lugar o sobre la relación entre calidad y precio de los diferentes hoteles, mientras que sobre las escuelas todo lo que una familia puede conseguir es la declaración de buenas intenciones de los distintos centros a los que acude en demanda de información?
"Si me pedís cuáles son las tres principales prioridades de mi gobierno, os lo diré: educación, educación, educación." Estas fueron las muy aclamadas palabras de Tony Blair en la conferencia laborista de 1996 en Blackpool. "Decidme qué lugar ocupa hoy internacionalmente el sistema educativo de un país -añadió- y os diré qué lugar ocupará su economía mañana". A lo largo de los 13 años que dirigió el gobierno británico, el incremento del presupuesto educativo fue espectacular, sin precedentes. De 39 mil millones de libras (4,5% del PIB) se pasó a 89 mil millones (6,2% del PIB). ¿Cumplió Blair su palabra? Evaluemos los resultados. PISA 2012 situó a los británicos en el lugar 23 en lengua, en el 26 en matemáticas y el 21 en ciencias. La evaluación de las competencias de la población adulta puso de manifiesto que Inglaterra era el único país del mundo desarrollado en el que el dominio lingüístico y matemático de los jóvenes de 16 a 24 años no era mejor que el de los adultos entre 55 y 65 años. Más del 55% de los empresarios británicos se queja de que sus empleados presentan problemas con el dominio del inglés y de las matemáticas. Más de uno de cada cinco alumnos tiene necesidades educativas especiales. Según el Teacher Support Network, el 92% de los profesores cree que el comportamiento de los alumnos ha empeorado en las últimas décadas. En el año 2010 fueron hospitalizados 44 profesores agredidos por sus alumnos. El 43% de los profesores abandona la profesión en los primeros 5 años de docencia.
Creo que deberíamos aceptar que sólo con el incremento de los presupuestos no se mejora la calidad de la enseñanza. Esta constatación sitúa hoy los debates educativos en un terreno muy diferente del que lo había situado la UNESCO a mediados del siglo pasado, cuando se consideraba evidente la relación entre gasto educativo y crecimiento económico. La evaluación es necesaria, pues, para liberarnos de tentaciones demagógicas:
- Porque quien más puede beneficiarse del conocimiento exacto de los errores es el que más hace.
- Porque en un contexto de economías internacionalizadas, para saber dónde estamos necesitamos datos comparativos.
- Porque debemos saber con precisión si estamos incrementando o reduciendo nuestro capital social.
- Porque si queremos conocernos a nosotros mismos debemos entender nuestras trayectorias, saber de dónde venimos y a dónde vamos y, especialmente, saber si nos dirigimos o no hacia donde decimos que queremos ir. Las trayectorias son educativamente más valiosas que la acumulación de experiencias puntuales porque sólo las trayectorias crean hábitos. Si no hay evaluación no hay conciencia del progreso.
- Porque las buenas intenciones no significan nada si no pueden ser evaluadas.
- Porque sin una cultura de evaluación interna y externa es imposible desarrollar prácticas reflexivas, que son la clave de la calidad de la educación.
- Porque es imprescindible alejar de la educación las metodologías pseudocientíficas que prometen maravillas ... a condición de que no evaluamos sus resultados.
- Porque debemos exigir a nuestros legisladores que nos digan exactamente qué quieren conseguir, cuando proponen una reforma educativa.
- Porque si nuestros niños se sienten estresados ante una prueba de evaluación objetiva, deberíamos preocuparnos por el tipo de niños que estamos educando.
- Porque hemos de rendir cuentas a la sociedad de lo que hacemos con el dinero que la solidaridad pública -y no el gobierno- pone en nuestras manos.
- Porque no somos todos diferentes. Los seres humanos tenemos más cosas en común que diferencias y esto es cierto incluso en nuestra manera de aprender.
- Porque la finalidad principal de la escuela es conducir la intención del niño hacia el resultado objetivo. Nadie conoce el valor de sus buenas intenciones si no las pone a prueba. No hay nada detestable, neoliberal o retrógrado en el conocimiento de uno mismo mediante sus actos.
- Porque debemos ser capaces de visualizar nuestras posibilidades más altas y la distancia que nos separa de las mismas.
- Porque la peor evaluación es la que no se hace. No parece coherente criticar las evaluaciones que se hacen porque son imperfectas y negarnos a ver las imperfecciones derivadas de la falta de evaluaciones.
- Porque la evaluación continua no niega la objetivación del resultado. De hecho, lo que hace es objetivar el proceso.
- Porque si se está fomentando la autonomía de los centros y, por lo tanto, su heterogeneidad, nada parece más lógico que acompañar esa autonomía con la libertad de elección por parte de las familias.
- Porque como observa la gran Catherine L'Ecuyer, ya existen rankings de colegios privados, pero basados en criterios pseudocientíficos.
Hay demasiadas evaluaciones? Esto depende. Si no queremos aprender nada de los resultados, toda evaluación es excesiva.
No sé, don Gregorio, pero me parece que en esto de los rankings hay una especie de ¿paralogismo? Una cosa son los datos de la medición (no es fácil idear una manera más rigurosa de evaluar) y otra elaborar rankings. Estos ya no son datos, sino calificaciones de los datos, cuando establecen jerarquías en términos de mayor calidad... Que sirven a la libertad de elección de los padres. Pero en los rankings ya se ha olvidado que los datos de rendimiento corresponden a múltiples factores. Como usted bien dice: no basta con incrementar los presupuestos. Pero mucho menos bastará con publicar rankings (o top ten educativos). Ahora, eso sí, una evaluación estandarizada sí que resultará muy útil. Si los datos se gestionan con prudencia y rigor, y si las políticas corresponden a esos valores, que no se ve claro. Y tampoco está la cosa para sacralizarlo la opinión y el criterio en la libertad de una ciudadanía que es productora, tanto como víctima, de un modo de entender la escuela. Se puede decir esto?
ResponderEliminarLo que plantea usted me parece muy sensato. Debatir qué información se ofrece para que sea fiable me parece más sensato que negarse a dar información.
ResponderEliminarBien. Me gusta. De hecho no conozco a un sistema educativo fuera de España que no haga eso, ¿me equivoco Gregorio? Así cambiaríamos los pseudo rankings actuales de colegios privados y concertados basados en criterios pseudo educativo científicos (ej. comedor propio = 3 puntos; instalaciones deportivas = 3 puntos; dotación tecnológica = 3 puntos) por rankings más objetivos. La objetividad perfecta no existe y no se puede medir todo, hay que reconocerlo, pero mejor criterios sensatos que criterios arbitrarios y pseudo educativo científicos como los de ahora.
ResponderEliminarCatherine, me acabas de proporcionar el argumento 16. Gracias
EliminarSensatas reflexiones. En particular me quedo con dos:
ResponderEliminarLa 4ª ("Porque si queremos conocernos a nosotros mismos debemos entender nuestras trayectorias, saber de dónde venimos y a dónde vamos y, especialmente, saber si nos dirigimos o no hacia donde decimos que queremos ir. Las trayectorias son educativamente más valiosas que la acumulación de experiencias puntuales porque sólo las trayectorias crean hábitos. Si no hay evaluación no hay conciencia del progreso".) y el corolario final: "Si no queremos aprender nada de los resultados, toda evaluación es excesiva".
Gracias
Completamente de acuerdo con las evaluaciones externas.
ResponderEliminar¿"...pánico de los profesores a la difusión pública de los resultados académicos de los alumnos..."?
Desde una pequeña asociación de profesores andaluces, Piensa, siempre hemos defendido las evaluaciones. UGT, CCOO y Ustea se oponen, es cierto.
Las 16 razones que nos presenta me parecen impecables.
Gracias por el artículo.
El 17, quiero decir. Ahora lo añado a la lista
EliminarEn una ocasion que estaba yo muy estupendo me invente el teorema de Elliot Ness. Basado en un momento de la pelicula, cuando el Sr. Ness -Kevin Costner - cansado que le toreen le pide a su compañero veterano - Sean Connery - que le diga como hay que hacerlo. Y le lleva de redada a un centrico hotel de Chicago. Cuando llegan Elliot le pregunta "aquí vamos ? " Sorprendico que sea en el cnetro de la ciudad en un hotel de lujo. La respuesta fue " La cuestion no es donde esta el alcohol, que eso lo sabemos todos, sino si quieres enfrentarte Al Capone." El teorema dice "Queremos o no ? Asumimos las consecuencias. "
ResponderEliminarPorque lo que pasa ya lo sabemos. A proposito del corolorio de su escrito.
Ya hay evaluaciones de resultados, la PAEG lo es y los resultados son públicos. El contexto social es el que determina esas diferencias fundamentales. Eso es algo que conoce cualquier padre cuando va a escolarizar a su hijo, quiénes son sus compañeros por encima de quiénes son sus profesores.
ResponderEliminarEl peligro está en que esto se convierta en una carrera, como al parecer sucede en USA, para obtener buenos resultados orientando el proceso hacia la prueba como pasa en la PAEG. La prueba determina la metodología.
Más que nada por hacer de abogado del diablo acerca de esto de las pruebas.
A mi me parece relevante obtener información precisa sobre cómo acaban nuestros alumnos la educación primaria y la secundaria. Otra cosa es si estamos de acuerdo o no con lo que se ha de evaluar. Respecto al contexto social, lo que yo veo es que en Barcelona centros que de un mismo barrio que recogen familias aparentemente similares pueden tener resultados muy diversos.
EliminarMe da la sensación que no nos están explicando bien las pruebas externas. A mi no me dan más, sinceramente, pero después de leer tu artículo las entiendo algo mejor. Aunque lo de publicar los datos...Debe ser porque en las Evaluaciones de diagnóstico que se hicieron en Asturias mi cole no quedó muy bien. Alumnos de etnia, de NEE, repetidores, a los que si suspendes por no llegar a mínimos de mínimos te puede venir el inspector diciéndote que no pones los apoyos necesarios. Y piensas están como para hacer una prueba... Lo que si procuro es que mis alumnos no se estresen por la prueba.
ResponderEliminarLo dicho interesante artículo para reflexionar
Yo creo que esos datos son importantes también para tratar d manera diferente a los centros que tienen necesidades diferentes. Un centro inserto en lo que yo llamo un medio social sustantivo no puede ser tratado por la administración de la misma manera que un medio de un medio social sumativo. Precisamente porque a mi me obsesionan las dificultades objetivas de la escuela para compensar los déficits familiares, creo imprescindible poner todas las cartas (los resultados) sobre la mesa.
EliminarExacto, siempre que se tengan en cuentan esas diferencia. Y que sea para el bien del colegio no una excusa para hacer más recortes o convertir a ciertos colegios en guetos. Gracias por contestar. Un placer leerle como siempre.
Eliminar"...el 92% de los profesores cree que el comportamiento de los alumnos ha empeorado en las últimas décadas. En el año 2010 fueron hospitalizados 44 profesores agredidos por sus alumnos. El 43% de los profesores abandona la profesión en los primeros 5 años de docencia".
ResponderEliminarEstas tres lineas dicen muy claramente que primero hay que arreglar otras cosas que no incumben al proceso enseñanza-aprendizaje: la disciplina, el respeto, el ambiente de trabajo, ponserse cada uno en su sitio. Después nos pondremos a evaluar si los alumnos han aprendido bien o no. Pero antes que nada, por favor, sepan que la escuela es un lugar de trabajo, no un campo de tiro.
Good for You ,Peter. Los psicopedagos entrarán- si hubiere evaluaciones externas - a la lucha por mantener su poder. Sé de lo que hablo. He administrado pruebas en EEUU.
ResponderEliminarLos centros no tienen autonomia.
ResponderEliminarEl equipo directivo se elige a dedo y luego montan un chiringuito junto a los psicopedagogos para no hacerse mal mutuamente.
El profesor tan a solas como en la decada de los 70 y 80; o peor... porque tiene que batallar contra unos incompetentes e INSOLIDARIOS.
Ay, Jordi, qué razón tienes ..Y cuánto duele...
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