¡La de vueltas y revueltas que me has costado, M. G.! Y justo cuando estaba a punto de tirar la toalla recibo tres páginas con los detalles que tanto me intrigaban. Confirmado: fuiste la primera novia de Ramón Mercader. Y si no fuisteis más lejos se debió a que Caridad se interpuso. Te consideraba poca cosa. ¡Ay, el elitismo de algunos comunistas! Para mi, M.G., fuiste la sonrisa del régimen.
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