Hasta en libro más liviano se encuentran cosas para pensar.
Pero sólo si se sabe leer.
Hay días en que uno se levanta perezoso y acude a sus columnistas favoritos para ver qué dicen sobre un tema en concreto porque no hay ganas para formarse una opinión propia. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Digamos que con frecuencia todos leemos para ver confirmados nuestros prejuicios en una figura de (supuesta) autoridad.
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Hasta el muy socarrón Voltaire tiene sus momentos de ternura. Aparecen en los pasajes más insospechados de su obra. Por ejemplo en el Diccio...
Hasta en libro más liviano se encuentran cosas para pensar.
ResponderEliminarPero sólo si se sabe leer.
EliminarHay días en que uno se levanta perezoso y acude a sus columnistas favoritos para ver qué dicen sobre un tema en concreto porque no hay ganas para formarse una opinión propia. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
ResponderEliminarDigamos que con frecuencia todos leemos para ver confirmados nuestros prejuicios en una figura de (supuesta) autoridad.
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