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jueves, 4 de abril de 2013

Barcelona. 1938


Me he pasado el día en la Biblioteca de Catalunya devorando con una profunda emoción dos manuscritos. Son dos diarios de la guerra civil que poseen un extraordinario valor documental y que, además, están maravillosamente bien escritos, mucho mejor que la inmensa mayoría de memorias de la guerra que circulan por ahí. A medida que iba pasando las páginas iba sintiendo más próxima la presencia de los autores. Tanto es así que, al final, me ha dominado una extraña sensación de despedida al devolverlos a la bibliotecaria.

El primero es el diario de un abogado católico barcelonés que se inicia el 1 de enero de 1938. Por él  transcurren con una naturalidad asombrosa los desastres de la guerra, las incertidumbres amorosas del protagonista, sus relaciones sociales y su trabajo en los tribunales. Las bombas son reales, pero no menos reales que esa morena asomada al balcón o a la preocupación por saber si esta tarde ha reñido o no con su novia. Cree que la quiere, pero esos días en que la encuentra fea, prematuramente envejecida y vulgar…  no pondría la mano en el fuego. Intenta ser sincero con ella, pero ella se lo toma a broma. A medida que se incrementan los bombardeos aumentan las detenciones de sospechosos de quintacolumnistas. No son menos temidos que los bombarderos enemigos los coches desconocidos que se paran ante las puertas de las casas cargados de sospechas imposibles de rebatir. En el 38 en Barcelona una sospecha es una condena a muerte… si es que se sale vivo de la checa. Su propio hermano ha sido detenido acusado de falangista. Quizás esté en la checa de la calle Vallmajor. Corre con su cuñada a llevarle ropa limpia sin saber si lo encontrarán aún con vida o si estará allí. "Vuelva usted la semana que viene", es la respuesta que reciben. En medio de la guerra el autor del diario va descubriendo las extrañezas de su propia personalidad. ¿Cómo dejar a una novia a la que ya no quieres en medio de una guerra civil? En los detenidos que tiene que defender son evidentes las huellas de los malos tratos. El fiscal pide para su hermano la pena de muerte. Lo defenderá él. Consigue 30 años de internamiento. Aumentan los acusados de espionaje. Las cosas pueden ir mejor o peor según el juez y el fiscal que te toque. Hay un fiscal especialmente cruel con los acusados. Se burla de una mujer de más de sesenta años diciéndole que por las noches se sube a una escoba y se va a dormir con Franco, pero que lo que a ella le gustan son los "curitas". Un día compra 25 gramos de tabaco por 40 pesetas. Es un precio exageradamente alto. Tiene mala conciencia, pero sabe que lo volverá a hacer. Le gusta estar con su cuñada. Se siente a su lado mejor que con su novia. El fiscal impertinente se dirige a una mujer acusada de haber robado en la fábrica en la que trabaja: "¿Pero mujer, si querías tener algo en la mano, por qué no te buscas un novio?”. En enero del 39 tiene lugar el hundimiento de Cataluña. Descubre que ha sido su novia quien lo ha dejado a él e, inesperadamente, se siente triste por haber perdido “esa chica que era tan mía”. Siguen los bombardeos pero la gente parece acostumbrada. Lunes 23 de enero: Barcelona, una ciudad muerta. Martes 24: llegan noticias de que ha caído Sant Boi. Hay mucha gente que carga con todo lo que puede y abandona la ciudad precipitadamente. Miércoles 25: Saqueo de las tiendas. Jueves 26: Barcelona liberada. “Toda la vida recordaré con emoción este día”. Se apunta como voluntario en el ejército de Franco y viaja a Castellón. El 18 de marzo viendo a su alrededor el comportamiento de las tropas del ejército en cuyas filas combate, se pregunta: "¿Y con gente así es posible hacer una nueva España?" 

8 comentarios:

  1. Me ha recordado lo que me contaba una maestra de mis primeros tiempos, familia muy religiosa, quintacolumnista jovencísima dispuesta a morir por Dios, novio muerto -o asesinado-, el día más feliz de su vida, al acabar la guerra, y que después se hacía la misma pregunta, a partir de unos cursillos con la sección femenina. Añado más, hijos pesuqueros y vuelta a empezar. Lástima que no dejó memorias.

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    1. Los dos manuscritos son realmente muy buenos, pero parece que hoy la guerra civil no despierta mucho interés, y sería difícil publicarlos.

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    2. A veces lo escrito pierde mucho en relación a lo oral. Pero tiene usted razón: seguramente estos manuscritos son inpublicables.

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  2. De cara a una publicación "no comercial" está la posibilidad de editoriales de Intenet que te permiten editar el escrito y luego realizan impresciones sobre pedido, de modo que no tiene coste para el autor. (Por ejemplo, lulu.com). Lo digo porque hay escritos, como el diario objeto de esta entrada, que tienen interés para no poca gente y que corren el riesgo de quedar sepultados en un archivo, por los que una editorial convencional igual no apostaría por su dificultad de promoción y limitado público objetivo, pero que serían del agrado de no poca gente.

    Un saludo.

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  3. Nos hace falta alguien como Ai Weiwei

    http://www.youtube.com/watch?v=F4ody9cQp5k

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  4. curioso paìs D Gregorio saludos Juan Viejo

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  5. Creo que no es que no despierte interés, salen novelitas sobre la guerra a menudo, lo que no despierta interés es escapar del tópico de buenos y malos.

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