Max Ernst: Mujer con libro y dragón
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Las hay que lo tienen todo y aun así no parecen contentas.
ResponderEliminarHay gente pa tó.
Eliminar¡Un gravado cargado de simbología!
ResponderEliminarAhora que tanto se habla de desarrollar la creatividad hay que reivindicar la inagotable fuente de creatividad que es la historia del arte.
Eliminar¿El dragón de S. Jordi? ¡Ya entiendo lo del libro, pero ¿y la flor?.
ResponderEliminarBromas aparte, una imagen surrealista que da para mucho, ¡Max Ernst!
Una historia acerca de Max y su papá.
ResponderEliminarhttp://www.elboomeran.com/blog-post/661/13586/eduardo-gil-bera/el-arbol-que-estropea-el-cuadro/
Hace algunos años tuve la oportunidad de ver una exposición de Max Ernst en la Fundación Mapfre de Madrid: "Une semaine de bonté. Los collages originales". Utilizaba con profusión grabados decimonónicos (Ernst no era grabador) y creaba imágenes surrealistas con ellos, recortando y pegando con un instinto artístico notable.
ResponderEliminarCreo que aquí ha puesto un dragón donde no lo había. Si uno cayera en la tentación de echar mano de la interpretación más obvia y banal, diría que representa a una burguesita que recurre a lecturas piadosas (un devocionario, ¿tal vez?) para alejar al pecado que la acecha, en forma de dragón. Pero es un error interpretar la obra de Ernst según esas claves.
Tal solo fíjense en que la mera presencia del dragón da un significado muy diferente al resto de la escena. Este es un ejercicio creativo que hoy en día resulta muy común gracias al Photoshop. Lo que ya no resulta tan común es el talento de Ernst.