Pues la verdad es que lo pensé. Ahora que todo el mundo está tan serio con don Eugenio, pensé contar un chascarrillo, pero me pareció que no era el momento. También pensé en comentar algo sobre su faceta como teórico de la música, porque la música era uno de los límites desde los que filosofó, pero ando sin tiempo. Era un hombre complejo, don Eugenio, a quien le sobraban admiradores que no lo habían leído; casi tanto como enemigos que tampoco. Era muy incómodo para muchos, especialmente aquí, en Cataluña. Mi sensación es que en pocos días nos habremos olvidado de él y, lamentablemente, también de su filosofía, porque no es fácil de resumir. A Trías hay que leerlo entero y pausadamente. No hay en él ni un atajo. La reflexión sobre el límite es ineludible para cualquiera que quiera entender un poco de qué va esto de la filosofía. Hay que agradecerle a Trías el haberse atrevido a pensar lo importante.
La música. Lo que nos propone Nietzsche es entender la forma desde la música, no desde la escultura, la pintura o la arquitectura; lo cual significa entenderla en su con-formación. Mientras en la escultura la forma se nos presneta como un todo inmediato, en la música lo inmediato es el proceso que avanza en busca de una forma, enlazando la memoria y la expectativa. En la música se hace presente el dios que sabe bailar.
A ese baile que reverenciaba Zaratustra se le asemeja, creo yo, el que parece en The master, magistralmente interpretada por Phoenix y Hoffman. Con todo, hay algo de obligada mente ajedrecística a la inversa en el oyente de la música clasica para poder "atrapar" una forma en la que el pasado se ha de rescatar desde el presente que no cesa...
Imprimir al devenir el carácter del ser, quería y decía Nietzsche. He escuchado música clásica con pasión y obsesión. Entra en juego la inteligencia más lógica, que busca y resigue la forma, pero os aseguro que yo no habrá dedicado tantas horas a ello (me conozco) si la emoción y la pasión no entrasen también en juego.
Y apoyos locales, que el martes no nos perdemos el combinado.
ResponderEliminarLo siento, pero no puedo reprimir el comentario fácil: Espero que, si viene, se encuentre usted en su tinta.
EliminarA propósito, he descubierto que los calamares vuelan.
ResponderEliminarhttp://fransiscup.blogspot.com.es/2013/02/un-drone-un-avion-un-pajaro-no-un.html
ooohh quina descoberta! m'ha fet molt feliç, sr FP, si no l'importa el compartiré més endavant al meu blog. Gràcies!
EliminarD. Gregorio:
ResponderEliminarApuesto a que está preparando una entrada sobre Eugenio Trías (DEP). ¿Me equivoco?
Pues la verdad es que lo pensé. Ahora que todo el mundo está tan serio con don Eugenio, pensé contar un chascarrillo, pero me pareció que no era el momento. También pensé en comentar algo sobre su faceta como teórico de la música, porque la música era uno de los límites desde los que filosofó, pero ando sin tiempo.
EliminarEra un hombre complejo, don Eugenio, a quien le sobraban admiradores que no lo habían leído; casi tanto como enemigos que tampoco. Era muy incómodo para muchos, especialmente aquí, en Cataluña.
Mi sensación es que en pocos días nos habremos olvidado de él y, lamentablemente, también de su filosofía, porque no es fácil de resumir. A Trías hay que leerlo entero y pausadamente. No hay en él ni un atajo.
La reflexión sobre el límite es ineludible para cualquiera que quiera entender un poco de qué va esto de la filosofía. Hay que agradecerle a Trías el haberse atrevido a pensar lo importante.
¿La música o el ritmo? La música es demasiado compleja. El ritmo lo lleva la naturaleza de fábrica...
ResponderEliminar¿La música o el ritmo? La música es demasiado compleja. El ritmo lo lleva la naturaleza de fábrica...
ResponderEliminarLa música. Lo que nos propone Nietzsche es entender la forma desde la música, no desde la escultura, la pintura o la arquitectura; lo cual significa entenderla en su con-formación. Mientras en la escultura la forma se nos presneta como un todo inmediato, en la música lo inmediato es el proceso que avanza en busca de una forma, enlazando la memoria y la expectativa. En la música se hace presente el dios que sabe bailar.
EliminarA ese baile que reverenciaba Zaratustra se le asemeja, creo yo, el que parece en The master, magistralmente interpretada por Phoenix y Hoffman. Con todo, hay algo de obligada mente ajedrecística a la inversa en el oyente de la música clasica para poder "atrapar" una forma en la que el pasado se ha de rescatar desde el presente que no cesa...
ResponderEliminarImprimir al devenir el carácter del ser, quería y decía Nietzsche.
ResponderEliminarHe escuchado música clásica con pasión y obsesión. Entra en juego la inteligencia más lógica, que busca y resigue la forma, pero os aseguro que yo no habrá dedicado tantas horas a ello (me conozco) si la emoción y la pasión no entrasen también en juego.
Efectivamente, Lola, todo eso cabe en el ser de la música, que sólo se da en gerundio.
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