Es esa de la risa que no respeta nada, porque no encuentra nada más sagrado que su propio ja-ja-já. Pone de manifiesto un masoquismo al que ya nos hemos habituado, completamente inconscientes del precio que pagamos por estar siempre dispuestos a picotear en nuestro propio hígado, buitres de nosotros mismos. Claro que el masoquismo es la manifestación de un desmesurado narcisismo que tiene los pies de barro. España o nos duele o nos da risa. Para que nos duela no nos importa darnos un tiro en el pie; para reirnos, vestiríamos de payasa a nuestra propia madre. Esto es lo que por aquí entendemos por pensamiento crítico.
Por lo tanto este vídeo se podría titular "El corruptor"...
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=0eq-VOSEFQs&feature=youtu.be
Un abrazo, Gregorio!
por no hablar del dogma secularizado, un dogma de todas formas
ResponderEliminarAnna C
(Acabo de ver el vídeo) El problema es que estas acciones contagiosas no son desencadenadas por lo artístico, cultural de brillantez. El vídeo quisiera ser catártico (creo) sin saber a que se le llamaba catarsis. Pero en fin, ir sonriendo por la calle a veces cuesta menos que todos serios.
ResponderEliminarAnna C
recomiendo el programa "mundo babel" de radio 3 del pasado sábado del amigo juan pablo silvestre. http://www.rtve.es/alacarta/audios/mundo-babel/ VIAJE AL INTERIOR DE LA CULTURA, con poca corrupción y muchas luces.
ResponderEliminarLi agradi o no aquest és el resultat d'unes gestions patètiques dels partits polítics espanyols, la gent del carrer no es esquinça les vestidures, i molt menys es parla de la corrupció d'un partit, es parla a tot arreu de la corrupció general. Per cert Espanya no fa riure a ningú amb dos dits de front, fa patir i molt. Ara no és moment neoconservadurismes, és un moment per una seriosa reflexió. Aquest article parla amb molta claredat.
ResponderEliminarhttp://www.ara.cat/premium/opinio/del-bipartidisme-espanyol_0_860913903.html
Esta idea es un principio fundamental de Strauss, si no lo estoy leyendo mal. Pero a mí me parece que los límites de la chacota los marcan quienes se ríen, no quienes quieren provocar la risa, y mucho menos aún instancias gubernativas, judiciales o religiosas. La falta de respuesta a la provocación soez es la más severa de las prohibiciones. No podemos, en consecuencia, hacer una clasificación de las materias sujetas a la ridiculización y de las intocables. Lo habitual es que las declaradas "inobjetables" se acaben convirtiendo en la materia prima por excelencia de las provocaciones, porque el humor tiene una vertiente transgresora a la que no podemos renunciar. Como lector de La Codorniz, de Hermano Lobo y de Por Favor,entre otras, el humor me ha parecido una de las manifestaciones más preclaras de la inteligencia, y que nada tiene que ver con la chabacanería, lo soez o la vulgaridad propias de ese pseudohumor del brochazo gordo que tanto éxito popular tiene. A pesar de los pesares, y ahí está nuestro acreditado "humor negro" como prueba, nada ha de quedar excluido de ser tratado desde la perspectiva humorística. A lo que no estamos acostumbrados es a no seguir en público la corriente a quienes lo usan para denigrar y en defensa de actitudes crueles, inhumanas. Hemos de reconocer que las sociedades cambian y que los tiempos marcan, a través incluso de las leyes, los límites de lo permisible y lo prohibido para el humor. ¡Cuantísimos chistes que hemos reído en la primera juventud sobre maricones nos parecen ahora insoportablemente injuriosos!, por ejemplo. Pues eso. Lo que ocurre también es que, siendo el ingenio el fundamento del humor, parece que haya desaparecido, a juzgar por el poco de él que observamos en las creaciones humorísticas. Recordemos que en To be or not to be se construía el humor nada menos que sobre el nazismo...
ResponderEliminarPues a mi, me ha hecho sonreir, aunque gracia gracia de reirme pues no.
ResponderEliminarY sonreir hoy en dia, ya es mucho. Si la burla es zafia, la realidad aún más.
Y encuentro de peor gusto y más infantiloide, ese programa tan y más visto por los catalanes en Tv3 (no recuerdo ahora el nombre...polonia?). Eso da la imagen de lo que es el pueblo igual y llano, tan llano como un encefalograma plano.
H. Ambossat.
El exceso humorístico provoca empacho, como todos. Me pasa también con el Polònia que menciona el anterior comentarista, al principio me reía y ahora ya ni me lo miro.
ResponderEliminarYa mi abuelo decía que costaba mucho más hacer reir que no hacer llorar y he visto quemarse muchos humoristas a base de empachos. En lo que se refiere al humor político actual, hay poca cosa inteligente, si es que hay alguna.
Me asustan también las colas que veo ante ese engendro teatral de La irreal família o algo así... Uf.