lunes, 27 de julio de 2009

Así habló...

Este apunte va dedicado a mi hijo Guillem, que esta tarde me ha echado la bronca. Dice que tengo El Café de Ocata abandonado y que las imágenes bajadas de internet no valen como entradas. Como reacción defensiva a sus acervas palabras, hablaré sobre el elogio. Ya he elogiado en otros momentos a la negligencia, al vago, al elogiador, etc. hoy me limitaré a recoger una reflexión de Aulio Gelio en sus Noches áticas.

¿Cuál es el máximo elogio?, se pregunta. ¿Cómo se expresa? ¿Qué palabras lo dicen?

Para Gelio, la admiración máxima no engendra palabras, sino silencio. Y como ejemplo de lo que quiere decir apunta, remitiéndose a unas certeras palabras del filósofo Musonio Rufo, a una conducta sobrecogedora:

"El más sabio de los poetas -dice Musonio- a aquellos que escuchaban a Ulises narrar espléndidamente sus trabajos, cuando puso fin a su relato no los hace salar, ni gritar, ni vociferar, sino dice que callaron todos a la vez, como atónitos y estupefactos, por haberse filtrado hasta los orígenes de la voz el encantamiento de los oídos:

Así habló; y entonces ellos, quietamente permanecieron todos en silencio,
y quedaron apresados por el arrobamiento, a lo largo de las umbrosas salas"

Yo sólo añado mi mudez a la de este ejército silencioso inmovilizado por los versos de Homero (Odisea XIII, 1-2).

11 comentarios:

  1. Vaya un critico que tiene, son los que mas duelen. A los psicologos se les dice... Mierda de psicologo que arregla la vida de los demás menos los que estan en casa. Por aquello de que en casa del herrero... Tengo el honor y el privilegio de conocer a su hijo. Buena gente, la critica sin lugar a dudas con todo el cariño,y adivino alguna revancha por alguna clase de filosofia atrasada.

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  2. La admiración máxima es ese silencio sobrecogedor que sigue a una magistral interpretación de, pongamos, un Réquiem de Mozart. Ese silencio que deja reposar las últimas notas sobre la platea y precede a la ovación.

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  3. El silencio no implica en la Galaxia pasividad no lectura o falta de atencion, pero explícale al vástago que algunoss respetamos los tempos y ritmos del bloger, faltaría más: que no se preocupe, que los de siempre seguimos estando aquí.
    Los elogios siempre son evanescentes y falsos, la admiración y el respeto, la consideración siempre es callada pero perceptible.

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  4. Hay sentimientos inexpresables que pertenecen al reino de lo prelingüístico, por ejemplo, el amor. La admiración es una forma de amor y cuando es máxima, es callando como mejor se expresa. En cuanto a la música, yo siento que, a veces, el aplauso es una profanación, pero al mismo tiempo, hay algo que nos lleva a exteriorizar los sentimientos para compartirlos.
    El lector es un admirador callado y la lectura es un ejercicio silencioso. Lo es porque hay cosas indecibles. Yo creo que para sentir es necesario callarse. La belleza o la verdad no pueden ser asumidas en medio del ruido o de un discurso. La paradoja de la palabra es que expresa y traiciona lo sentido en un solo movimiento. Nada importante puede ser expresado con palabras, y sin embargo, sólo existe (para otros) si se dice.
    Abrazos.

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  5. Pre-vacaciones

    ¿salar? Viene de ¿sala?, es decir que el poeta no los hace entrar en una sala para cantarles; o viene da ¿sal?, y significa que no los deja macerar en salmuera, como si el poema tuviera la virtud de conservar para siempre la atención del oyente, habiendo éste, gracias a la audición de las sabias palabras del vate, alcanzado algo así como la inmortalidad; o ¿es un "simple" error tipográfico -causado por la vagancia denunciada?. ¡Cómo lo lea Guillem...!

    Un hartado del calor pedro

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  6. Don Pedro: "...no los hace salTar,". Reconozco que hay algo más que un matiz entre salar y saltar.

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  7. «Multo quam ferro língua atrocior ferit»

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  8. Criar hijos y leer los versos de Homero. Lo que no puede ser, no puede ser...

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  9. No basta con una ecografía para comer huevo.

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