Buscar este blog

domingo, 19 de julio de 2009

48 horas en la vida de Sócrates

Situémonos en Atenas en un día de primavera del año 399 antes de Cristo. A Sócrates le han comunicado oficialmente que se ha presentado una acusación muy seria contra él y se dirige a conocer su contenido exacto. Sin embargo como Platón se encarga de poner claramente de manifiesto, no es esta su principal prioridad.

Camino del Pórtico del Rey, donde se halla depositada la acusación, se encuentra con un joven geómetra, Teeteto, e inmediatamente pospone todo lo relacionado con la denuncia. Tras varias horas de intenso diálogo, se despide de Teeteto proponiéndole continuar la discusión al día siguiente. Poco antes de llegar al Pórtico del Rey se cruza con Eutifrón y de nuevo al interponerse la filosofía en su camino, subordina a ella cualquier otra cosa.

Al día siguiente, estando ya perfectamente al corriente de los detalles de la acusación y de la gravedad de la misma, tienen lugar los diálogos recogidos en el Sofista y el Político. Pero Sócrates asiste a los mismos sin protagonismo, en un silencio que ha hecho correr ríos de tinta.

Probablemente Platón escribió en primer lugar el Eutifrón y bastantes años después concibió la estructura del conjunto, añadiéndole la trilogía del Teeteto, el Sofista y el Político. Pero este proyecto está plagado de enigmas. En primer lugar en el Político la figura de Sócrates está duplicada, pues el Sócrates adulto aparece junto a un enigmático "joven Sócrates"; en segundo lugar, el joven Sócrates del Político está sustituido en el Sofista por un extraño Extranjero. Además, en el prólogo del Sofista Platón anuncia un diálogo futuro dedicado al examen de la figura del filósofo que, sin embargo, nunca escribió.

¿Podría pensarse que si, como se lee en el Teeteto, el pensamiento es el diálogo del alma consigo misma, en la obra dedicada al filósofo Platón se había imaginado al joven Sócrates hablando con el Sócrates adulto?

No lo sé.

En todo caso en estos cuatro diálogos Platón nos ha descrito cuarenta y ocho horas de la vida de Sócrates sin hacer apenas mención del acontecimiento que lo conducirá pronto a la muerte: la denuncia de Meleto.

5 comentarios:

  1. ¿Conoces el cuento de Borges, El otro?
    En él, dialogan dos Borges: el joven y el viejo, ya ciego.
    Habría sido extraordinario oír dialogar al joven Sócrates con el viejo Sócrates, que sabe ya que va a morir en breve.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Don Javier: ¿No sabe usted que el órgano más eréctil de un hombre es su ego?

    ResponderEliminar
  3. Gabriela: No había caído en lo que dices de Borges. La analogía es inevitable. Borges era un magnífico lector de Platón.

    ResponderEliminar
  4. Hoy he encontrado, sin buscarlo, este fragmento ( en Quignard, Vida secreta) :

    "El silencio está ligado a la cámara de resonancia del lenguaje inherente al otro mundo.
    El psicótico abandonando la voz del Otro.
    Como Jesús, como Sócrates. Obediens usque ad mortem. Obediente a la voz hasta la muerte.
    El místico se abandona a la voz del Otro y no puede olvidar al Otro.
    El imposible olvido. La memoria punzante del Otro. "

    ResponderEliminar

22 de diciembre

 I Se mire como se mire: el 22 de diciembre debiera ser la fiesta nacional de España. Nada nos une más que la lotería de navidad. II Esa ale...