Las argucias del Espíritu son de lo más divertido. Y es que ha resultado ser mucho más caprichoso de lo que Hegel creía. Tiene, de hecho, algo de tahúr o, al menos de niño que juega con las ideas construyendo castillos de naipes. De ahí que no sea nada infrecuente que una idea surgida en un contexto histórico y cultural muy determinado acabe siendo heredada por quienes, de saber su origen, inmediatamente renegarían de ella.
Este es el caso de una idea que últimamente encuentro por Barcelona entre ambientes digamos que ultra-hiper-rojos (algún amigo tengo por ahí): la de "sociedad terapéutica". En estos ambientes se utiliza para describir la última mutación del virus capitalista, que tras explotarnos económicamente ahora se empeña en modelar nuestra salud a su antojo, despojándonos de toda capacidad de decidir autónomamente qué es estar sano y qué estar enfermo. El capitalismo tardío nos ha impuesto de forma fascista -dicen- un modelo comercial de lo sano.
Yo utilicé esta idea en mi libro "L'escola contra el món", para describir la "deriva terapéutica de la escuela" (lo que, por cierto, me ha creado algún que otro problemilla con pedagogos terapeutas y psicólogos), siendo perfectamente consciente de la deuda que contraía con el que para mí es el sociólogo norteamericano más importante del siglo XX, Philip Rieff (1922-2006).
Rieff teorizó el concepto de “sociedad terapéutica", en su importantísimo ensayo “The Triumph of the Terapeutic: Uses of Faith After Freud” (1966). La tesis principal del mismo es que la disolución de la cultura cristiana (algo de lo que como judío él está muy lejos de lamentar) ha permitido la emergencia del "hombre psicológico", que es un hombre al que -aunque los psicólogos no lo sepan- se le ha extirpado el alma (y esto sí que a Rieff le parece lamentable, aunque difícilmente subsanable). El "ethos" nacido con la terapia freudiana puede permitirse el lujo de renunciar a la "vida buena" en busca de la manera de "vivir mejor", o de sustituir la virtud por los valores, porque la verdad y el valor se reducen, para el hombre terapéutico, al nombre que recibe el final de la terapia.
Hoy todo el mundo dice que quiere afirmarse moralmente (nadie se atreve a presentarse como un ser inmoral), pero nadie está dispuesto a someterse a una disciplina externa e institucional, con lo cual asumimos un proyecto personal inviable. Según Rieff, las culturas sobreviven solamente por la fuerza de sus instituciones y esta fuerza se mide por su capacidad para ayudar a los hombres a tomar decisiones de manera natural y espontánea. Cuando una cultura comienza a plantearse por qué hace lo que hace y por qué no hace lo contrario, es porque ya no existen instituciones con suficiente fuerza como para afirmar que ésta y no otra es la mejor manera de hacer las cosas. Este es el primer síntoma de una cultura en declive.
Vivimos en un mundo en el que cualquier invocación al idealismo resulta sospechosa. Si Dostoevski se preguntaba si el hombre civilizado es capaz de creer, ahora cabe preguntarse -y es una pregunta mucho más apremiante- si un increyente puede ser civilizado. No está hablando Rieff necesariamente de la fe en Dios, sino de la fe en verdades objetivas formuladas de manera clara, con valor de autoridad. Esta cuestión puede plantearse también de esta manera: ¿Se puede tener cultura sin culto?
En los Estados Unidos Rieff es una de las figuras de referencia de los "Pomocons" (Postmodern conservatives) (¡gracias, Claudio, por la pista!). Curiosamente en Barcelona está proporcionando argumentos para los revolucionarios postmodernos. ¡Y ellos sin saberlo!
La filología como una de las Bellas Artes.
ResponderEliminarDe nuevo, olé!!!
Y gracias, por la parte que le toca, a Claudio
Gracias por incitarnos de nuevo a pensar, ¿o a pensar de nuevo?
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Y además se casó con la Sontag el muy c........!
ResponderEliminar(uno de mis obscuros objetos, malgré liberal que fué)
Efectivamente, 17 añitos -creo- tenía ella. Y parece que fue un amor tórrido, que es como tienen que ser los amores.
ResponderEliminarPor cierto, Claudio, tu que sabes cosas de estas, ¿sabes dónde escribe el hijo de ambos, que creo que es periodista?
Rieff es también el autor de una expresión especialmente mordaz, la de "psychosocialism" (en "Fellow Teachers", 1973), que seria el proyecto de sustituir el valor de la herencia cultural por terapias permanentes.
ResponderEliminarDe David Rieff conozco su libro (One bed for the night, traducido al español creo recordar que con otro título) y he leído ocasionalmente artículos en publicaciones varias (Atlantic y quizás Opendemocracy), pero no sé si publica regularmente en ningún sitio. Por lo que recuerdo, parece más centrado que la madre.
ResponderEliminarAún me funciona alguna sinapsis. Recordaba haber léido esto:
ResponderEliminarhttp://www.cceia.org/resources/transcripts/5164.html
Por cierto, ¿cuándo una calle en Barcelona para Sergio Vieira de Mello?
Discúlpeme, don Gregorio, por no haberme presentado. Me llamo Flaminio, y soy profundamente inmoral.
ResponderEliminarDon Claudio: Este café nos ería lo mismo sin usted. ¡Ande va'parar! (que dirían en mi pueblo)
ResponderEliminarFlaminio: No hace falta ser redundante, ya sabemos que es usted alejandrino.
ResponderEliminar¿De qué incrédulos nos estamos preguntando si pueden ser civilizados?
ResponderEliminarSoy un ignorante. No había oído hablar de ese hombre hasta hoy. Pero dos cosas me gustaría decir: un sociólogo de los sesenta da mucho para desconfiar;
ResponderEliminarQuerer presentar al psicoanálisis como distinto del cristianismo, en su estructura ontoepitemológica de la realidad es erra de pleno. Nada hay tan cercano, nodal, nuclear y común al Cristianismo y al Psicoanálisis como la noción de culpa.
O bien este señor no ha entendido nada del pensamiento posmoderno contra el psicoanálisis o bien no ha leído a Canetti.
Pues mire, Luri, ya que le ha gustado, le dejo un enlace muy relacionado con Rieff jr. y los temas del humanitarismo.
ResponderEliminarhttp://www.theonion.com/content/video/human_rights_group_campaigns_to
Flaminio: De os que creen, de verdad de verdad, en la muerte de Dios.
ResponderEliminarHenri: No se olvide que para el cristianismo hay salvación precisamente en la mala conciencia, mientras que para el psicoanálisis la mala concienca es el infierno.
ResponderEliminarDon Claudio: Es usted una enciclopedia, el enlace de El Café de Ocata con el mundo.
ResponderEliminarO sea, ¿a los cristianos?
ResponderEliminarMuy bueno.
ResponderEliminarY me alegro de la sorpresa en Alicante.
Gregorio, aceptaría su tesis solo si se me permitiera un matiz bicéfalo:
ResponderEliminar1.- que el infierno al que usted alude ya es un término cristiano. Es decir, que en sus propias palabras ya se nota una cristianización del psicoanálisis.
2.- que la mala conciencia como culpa cristiana se torna en "buen inconsciente" como represión freudiana.
En fin, que son hijos del mismo esquema trascendental de la conciencia de la temporalización.
¿Qué significa trascendental?
ResponderEliminarTumbaíto: Le doy una respuesta sabiendo el alud de interrogantes que provoca: lo inmanente no tematizable.
ResponderEliminar"lo immanente no tematizable"
ResponderEliminarUauhhh !!!! Esto si que mola...
Meditar, meditar...
La realidad....
" el tao que se puede nombrar no es el tao "
Despues de tanta estridencia, el silencio serà muy interesante, mas aun, serà lo interesante
Pero entonces los trascendentes serían inmanentes (aunque no tematizados). No sé si hace justicia a la trascendencia.
ResponderEliminarPero si ser inmanente es ser tematizado, entonces los trascendentes serían temas atemáticos. O siguiendo, sus tendencias constructivistas progres, tematizados atematizados.
Pero entonces los trascendentes serían inmanentes (aunque no tematizados). No sé si hace justicia a la trascendencia.
ResponderEliminarPero si ser inmanente es ser tematizado, entonces los trascendentes serían temas atemáticos. O siguiendo sus tendencias constructivistas progres tematizados atematizados.
Por si es de interés.
ResponderEliminarhttp://www.elimparcial.es/cultura/hallado-un-esqueleto-del-siglo-v-ac-en-macedonia-cubierto-con-piezas-de-oro-44360.html
Pero entonces los trascendentes serían inmanentes (aunque no tematizados). No sé si hace justicia a la trascendencia.
ResponderEliminarPero si ser inmanente es ser tematizado, entonces los trascendentes serían temas atemáticos (o, siguiendo sus tendencias constructivistas progres, tematizados atematizados).
(Sus tendencias contructivistas progres me dan problemas. ¿También a usted?)
Gracias, Claudio, me parece sumamente interesante, especialmente por la presencia de ámbar, que confirma las hipótesis sobre el comercio de las tribus balcánicas con las estepas.
ResponderEliminarTumbaíto: No me reconozco a mi mismo como constructivista progre, pero eso, óbviamente, no significa que no pueda serlo, pero a mi lo queme da problemas es comprender la superficie de las cosas. Y es en ella donde encuentro permanentemente enlazado lo inmanente y lo trascendente.
ResponderEliminarXavier: En la propia experiencia carnal del mero sentirse tocado o de tocar a alguien que se siente tocado, se encuentra la presencia real de una vivencia a la vez inmanente y trascendente. Eso inmanente que no cabe en las costuras del lenguaje por inefable, pero sin embargo completamente presente, está ahí, sin ningún misterio para la vida, aunque constituya un problema para la filosofía.
ResponderEliminarAmen
ResponderEliminarLa meditacion es una forma de conocimiento que apunta en esta direccion...
ResponderEliminarAlgo muy revolucionario entre nosotros : conocimiento sin palabras...
Alguien que no sabe meditar, puede decir que es culto ? ( La frase no és mia pero la asumo porque la escoji yo ) :
Que es como decir alguien que no esta profundamente en contacto con si mismo, puede decirlo ?
"quien se conoce a si mismo conoce todas las cosas"
"parts pro toto"
Alguién preguntó que era Trascedental.
ResponderEliminarYo lo usé en el sentido no de mediador entre lo inteligible y lo sensible, sinó como el chasis, el esqueleto con el que viene dado nuestro cerebro y sobre el cual podemos hacer brotar frutos y pensamientos o sistemas filosoficos o creencias religiosas que pueden ser en sí mismos (en tanto sistemas filosoficos o mera ideas) o trascendentes o inmanentes.
Siendo Trascedental (nada que ver con trascendente) el término usado para hablar o significar un metalenguaje-de-la-temporización que debe explicar y hablar del porqué de los pensamientos trascendentes y también del por qué de los inmanentes.
Me tengo que acostumbrar a preguntar sólo a escolásticos.
ResponderEliminarY para mantenerme en tan sana disciplina no preguntaré qué es la temporización.
Estimado Tumbaíto, no sé si usted es escolático o viscoelástico, pero siempre tiene usted la última palabra. Etimológicamente, yo le considero un Vacante. Lo que me extrañó de veras, fue cómo que preguntó antes acerca del "trascendental" que acerca del "temporización". Pero eso es uno de los muchos misterios que esconde su personalidad.
ResponderEliminarBuenas noches a todos.
ResponderEliminarMe gustaría destacar que me parece débil el expresarse tan ligeramente (lo cual implica, con toda seguridad, una antipatía) hacia el concepto de sociedad terapeútica de esos "revolucionarios postmodernos" o "ultra-hiper-rojos", como los define. Si algo es de alabar en su blog es el conocimiento que despliega en sus entradas. no entiendo, entonces, como se deja llevar por esa ligereza que denota banalidad crítica en esos planteamientos que no comparte. Si el tema no le motiva lo suficiente, no veo lógico que aluda a él con cierto desprecio cariñoso; eso denota que algo le mueve. No sé el qué. Es por ello que, desde mi más sincera humildad, le reto a que se planteé elaborar un post que eleve la ligera crítica que ha dejado caer por aquí. Dado que tiene algún amigo de Espai en Blanc, el colectivo desde dónde se promueve el pensamiento activo entorno a la sociedad terapeútica, no le será difícil obtener el material para ello. En cualquier caso, le aconsejo (si no lo ha hecho ya) leer a Santiago López-Petit pues él es el motor de dicho colectivo. No sé, quizá le sorprenda.
Negentropico: Le confieso que con Santiago López Petit mantengo una deuda de gratitud que no olvidaré nunca, lo cual no evita que pueda mantener distancias considerables con sus planteamientos políticos. En cualquier caso, sean cuales sean nuestras distancias, siempre me alegra encontrarme con él.
ResponderEliminarRespecto a la sociedad terapéutica, lo que quise resaltar es que el origen del término es claramente conservador. Lamento que le haya parecido banal.
No me pareció banal que hiciera una pequeña genealogía del concepto. Lo banal es que haya utilizado esa genealogía para dar un pequeño revés a Espai en Blanc por sus planteamientos sin haber entrado siquiera a hablar de los mismos con cierto rigor. Y más me sorprende que haya caído en esa forma de proceder conociendo a Santiago López-Petit pues a poco que se le conozca, esté uno de acuerdo o no con sus tesis, se le debe reconocer como una de las mentes pensantes más importantes de este país.
ResponderEliminarPero no quería, ni quiero, quedarme en una especie de reproche. Le instaba a Ud. hablar del aparato conceptual que desarrolla Espai en Blanc porque me parece interesante ver una opinión fundamentada al respecto. Dado que Santi y Espai en Blanc son normalmente ignorados y, por tanto, no hay un discurso crítico contra ellos, me hubiera gustado que, por fin, alguien elevara sus propuestas a discusión conceptual.
Negentropico: Tienes razón. Y recojo el guante.
ResponderEliminar¿No hay un discurso crítico contra ellos?
ResponderEliminarSupongo que se referirá a un discurso "Crítico con el pensamiento crítico".
Siendo que la Negación de (la negación-de-lo-metafísico) es igual a "lo metafísico".
Curioso discurso sería ese, que criticara-al-crítico para volver al punto de origen de los principios de la Metafísica.
Eso sería caer en la trampa del propio discurso crítico. Cosa que no tengo intención por mi parte.
Luego..., oiga (perdonen que suelte una carcajada) "que nadie hace caso o cae en la cuenta de ese discurso"...mire es como si uno se pone a buscar las gafas revolviendo todas las habitaciones de la casa y no se da cuenta que las lentes la llevaba en el bolsillo de la camisa.
Ah! gracias a usted me dado cuenta del equívoco a que da lugar la exposición del texto. Así que el problema esta en confundir la teoría freudiana del psicoanálisis con la teoría postmoderna de el concepto de sociedad terapeútica de esos "revolucionarios postmodernos". Si el profesor y el sociólogo de marras, hubieran eludido cualquier referencia al psicoanálisis de Freud, seguramente los habría comprendido.
De todas formas eso de "Sociedad Terapéutica" (o Psicológica) es del todo desafortunado, impreciso y confuso. Mejor sería hablar de Sociedad Psiquiatrica. Los postmodernos nunca irían a la consulta de un psicólogo pero si aceptarían de buena gana las recetas de un psiquiatra.
ResponderEliminarSr. Ambrossat, no creo que proceda mezclar la lógica con discusiones conceptuales. Se puede ser crítico con un discurso crítico. De hecho Ud. es crítico contra mi discurso que también era crítico con el post. El mundo, para nuestra suerte, es suficientemente complejo como para no tener que callar por ceñirnos a lo que supondría una doble negación sin que todo pierda su sentido.
ResponderEliminarTampoco he dicho que nadie caiga en la cuenta de ese discurso, lo dicho es que se le ignora de un modo consciente. Y lo digo porque el caso que nos ocupa, Santiago López-Petit con Espai en Blanc y Dinero Gratis, es una de las fuentes más potentes de pensamiento en este país. Que lo sea no implica que diga verdades a las que todos tengamos que asentir, significa que su aparato conceptual incide de forma profunda en el mundo que nos ha tocado vivir como pocos lo hacen.
Y perdone que le saque de su error, en ningún momento he dicho que el Sr. Luri errara en lo expuesto. Lo que he querido expresar es que hay una intención deslegitimadora contra ese discurso sin haberse puesto de manifiesto lo que dice el discurso. Y, precisamente, lo que le pedía es que fuese crítico con él pero sin caer en la superficialidad. Ud. ha hecho lo propio, a saber, ha elevado una crítica contra los "postmodernos" quedando absolutamente difuso a qué se refiere. Me lo podría tomar en serio si esa crítica se hiciera desde una exposición con cierto grado de profundidad acerca de concepto y no de generalidades banales como la suposición acerca de los psiquiatras.
Tiene usted toda la razón. Pero compréndame como voy a ser profundamente crítico con alguien que tuvo la osadía de ponerme matrícula de honor.
ResponderEliminarAhora me he perdido ¿quién le puso una matrícula? Fuese quién fuese, sería merecida, aunque seguramente no se prestó en trabajos o exámenes a discusiones filosóficas o políticas en términos tan de forofo. Con estos posicionamientos en contra de ideas, teorías, movimientos o lo que sea, veo demasiado a menudo invectivas prefabricadas como las que veo en el furgol o en política. Si uno tiene que poner a caldo algo, que demuestre que lo conoce lo suficientemente bien como para ponerlo a caldo porque si no se pasa de las discusiones conceptuales a las discusiones forofas con clichés aburridos. Por ejemplo, con el uso despectivo de la palabra "postmodernos" aplcada a Santi cuando él mismo dice: "1) La postmodernidad es nuestra época, en ella pensamos y (mal)vivimos. La postmodernidad radicaliza las lógicas y las aporías de la modernidad. En particular, el sujeto se convierte en engranaje del sistema y en función de orden. Pero si la modernidad era una mediación que no conseguía mediarse a sí misma, la postmodernidad gira aún más en el vacío, sin capacidad alguna de autojustificarse."
ResponderEliminarRememorando lo dicho.
ResponderEliminar"Soy un ignorante....Querer presentar al psicoanálisis como distinto del cristianismo, en su estructura ontoepitemológica de la realidad es erra de pleno. Nada hay tan cercano, nodal, nuclear y común al Cristianismo..."
Luego recuerdo habe dicho..."el infierno al que usted alude ya es un término cristiano...que la mala conciencia como culpa cristiana se torna en "buen inconsciente" como represión freudiana.
En fin, que son hijos del mismo esquema trascendental de la conciencia de la temporalización."
Renovando la cuestión, aunque me cueste malhumor estar de acuerdo con el Huevón Sloterdijk quién parece que se manifieste en términos parecidos a los que aludía anteriormente:
(Entrevista a) Peter SLOTERDIJK: "El nuevo discurso sobre la utopía me parece que refleja también un cambio importante que se ha producido en el interior de la comunidad psicoanalítica o de la que se interesa por la psicología llamada "de las profundidades": nos comenzamos a dar cuenta de que, finalmente, no es el inconsciente quien va a salvarnos. Ésta ha sido, en efecto, una de las grandes utopías de nuestro siglo, pensar que el descenso a los infiernos de nuestros deseos escondidos podría liberar un flujo de energías productivas que nos llevaría hacia un porvenir más claro..."
Y disculpen por mi tozudez.
Disculpado queda por mi parte. Santiago López-Petit, en entrevista concedida a un diario argentino, dice lo siguiente al respecto de la sociedad terapeutica:
ResponderEliminar"Es importante aclarar que el poder terapéutico no es solamente la medicalización generalizada. En la escuela al niño hiperactivo se le dan medicamentos para calmarlo; tomamos somníferos para poder dormir e ir a trabajar; tomamos antidepresivos cuando estamos sencillamente tristes. El poder terapéutico gestiona, como ya hemos dicho, nuestra vulnerabilidad. Hace que nuestra vida privada no nos ahogue, hace que sea más soportable. Esto en el mejor de los casos. A menudo, el poder terapéutico es el mero reciclaje de las vidas que sobran. El poder terapéutico, no es en absoluto un poder blando si bien su modo de reprimir es distinto. Incluso en ocasiones podemos hablar de un verdadero estado de excepción terapéutico. ¿Qué es si no lo sucedido en México y Argentina con la gripe A?"
Así que Espai en Blanc o Santiago no defienden ningún tipo de psicoanálisis, ni de psiquiatría ni de cualquier forma de dominio mediante el "cuidado" del sistema. Y mucho menos apuestan por el utopismo, ni nuevo ni antiguo. El concepto de sociedad terapéutica sólo alude a un análisis de una realidad social que es cada vez más visible: frente al dominio mediante la represión se está dando el dominio mediante el tratamiento terapéutico en un sentido muy amplio. Es decir, somos tratados como enfermos para mantener el mismo dominio y control que se establece en una relación médico-paciente.
Negentrópico