sábado, 6 de junio de 2009

De los Chichos a Kafka

Después de la pequeña excursión por la excentricidad del apunte anterior, vuelvo a casa. Que conste, en todo caso, que a mi lo que me gustaría ser de mayor es nacionalista europeo, pero van pasando los años y, no sé, me da que debo ser el único europeo de a pie con esa pretensión hiperbólica.

Mientras escuchaba a los Chichos leía la correspondencia entre Benjamin y Scholem y de repente me saltó este párrafo de Benjamín a los ojos:
"De todo esto estaba Kafka absolutamente seguro: primero, de que alguien debe de ser un estúpido si ayuda; segundo, que sólo la ayuda de un estúpido es una ayuda verdadera. Lo único inseguro es: ¿Puede no obstante esa ayuda servir de algo a un ser humano?"

Steiner, comentando esta carta, anota inteligentemente:
"Obsérvese -y esto es típico de las alegorías de la lectura de Benjamin- cómo el análisis mismo deviene una parábola a la manera de Kafka".

¿Si os confesara que esas seguridades e inseguridades de Kafka son las mías, qué pensaríais de mi?

12 comentarios:

  1. Que es usted un pesimista irremediable. Cree que o estamos solos o mal acompañados.

    ResponderEliminar
  2. A ver si va a ser que los que ayudan son considerados estúpidos...

    ResponderEliminar
  3. ¿Se le ha aparecido ZP en sus sueños, pidiéndole ayuda para derrotar a la extrema derecha?

    ResponderEliminar
  4. Partiendo de que mi nacionalismo catalán es básicamente miedo a perder lo que me es querido (lo llamaré nacionalismo negativo), me considero un ferviente nacionalista europeo, esta vez con un nacionalismo positivo, o sease: con ideal. Ayer mientras cenaba (selecto momento para la reflexión, la cena en solitario) me convencí de la necesidad de una unión europea fuerte. El mar de fondo de mi humilde reflexión sobre Europa es aquella bonita idea de una Europa de los caminos, de la Europa del peregrino, del caminante, del promeneur, del wanderer. "Europa es pot fer a peu". Mi idea de Europa debe mucho a "Una idea d'Europa" de Steiner (supongo que el mismo que comenta a Benjamin). Hay tantas ideas de Europa en esta "una" que la digestión puede durar años, por lo que por ahora, "en gros", me basta con sus apenas 20 páginas.

    ResponderEliminar
  5. Pensaríamos, con perdón, que o ha sido usted estúpido o va a serlo pronto y que ya gustaría a muchos ser tan estúpidos como usted.

    P.S. Pido perdón por lo feo de mi frase en caso de que lo haya entendido todo al revés y de que se me entienda aun peor.

    Sin malícia,

    Lluís

    ResponderEliminar
  6. Que te vas centrando tardíamente pero en buena hora.

    ResponderEliminar
  7. Primero: Ayudar a otro puede ser muy poco inteligente. Fue Wittgenstein quien nos lanzo esta pregunta: ¿Por qué debemos decir la verdad si nos puede ser más provechoso decir una mentira?

    Segundo: Sólo una ayuda desprendida, que no tenga en cuenta estos cálculos, es decir, que acceda inmeditamente a echarme una mano, sin intereses utilitaristas es una ayuda verdadera.

    Tercero: Pero de esta manera reconocemos nuestra ignorancia sobre los efectos imprevistos de nuestras más nobles acciones. Con lo cual de lo único que estamos seguros es de que desconcoemos lo que ponemos en marcha con nuestra conducta.

    ResponderEliminar
  8. LLEVO TIEMPO YA PIDIENDO SELECCIONES DEPORTIVAS EUROPEAS, como concepto de Europa unida, però es perder el tiempo, no soy nacionalista de ningun sitio, però si creo soy ciudadano europeo. Sigue siendo Europa un conjunto de nacionalidades unidas tan sólo por el carbón y el acero.

    ResponderEliminar
  9. A ver si le entiendo.... Pues hablando sobre el consejo de la conveniencia por no-decir-la verdad, se está presuponiendo que debe haber una "verdad-por-no ser dicha". Esto es, que hay en realidad "una verdad" aunque ésta no pueda ser dicha. Se parte pues de un enunciado metafísico propio y exclusivo de la Filosofía de la Identidad: hay una verdad...que puede ser Conocida (aunque luego no pueda ser dicha). Entonces ¿que verdad es esa? Esa verdad, sigo, es la "verdad-del-regalo"...la que se dice sin esperar nada a cambio. Esa verdad-como-regalo, puede entonces provocar efectos intempestivos en el que recibe dicho don. ¿Un regalo que produce dolor en el que lo recibe? Entonces la Verdad de la Metafísica es un "regalo doliente". ¿Cual es esa Verdad-una, en tanto Regalo doliente? y ¿porque se supone que hay dadores de verdad y receptores de verdad?

    ResponderEliminar
  10. Enrri: Imaginemos que la naturaleza misma se nos escapa en su ser y sólo se nos muestra poéticamente (en explicaciones que la con-forman literariamente). Esto seria verdad y también sería verdad la dificultad de expresar la verdad. Pienso en Heidegger, que prefiere hablar del Ser y no de la naturaleza.
    Respecto a los regalos dolientes (¡me gusta esta imagen!) tienen que ver con la pobre finitud del hombre. ¿No se ha descubierto nunca a sí mismo en esta situación, sea como donador o como receptor de regalos dolientes?

    ResponderEliminar
  11. Sí, muchas veces, cuando me miro al espejo. O cuando, en Navidad, surge el juego del "amigo invisible".

    Bueno, en serio,... sobre la naturaleza-que-se-escapa-en-su-ser y tan solo aparece poéticamente, puede ser entonces que de ser así, no haga falta filosofar, ni tampoco entonces sistematizar...renunciemos entonces a la pregunta abierta por Kant...y dejemos de hacer filosofemas que otros ya los harán por nosotros.
    En fin, me parece contranatura esa tesis proviniendo de un pensar filosófico desnudo de cualquier vocación teológica.

    ResponderEliminar

Sé que estoy vivo

 I "No sé a quién votar", me dice alguien que fue un importante político catalán. No le contesto nada. ¿Qué he de decirle yo? Creo...