Hoy hemos conocido los resultados de una prueba diseñada para que la superase todo el mundo: el 25% de los alumnos catalanes no entiende ni los enunciados de las preguntas.
Senyor Luri, no vull eludir la part de responsabilitat que els professors tenim amb el mal funcionament de l'educació -estaria bé que els pares també assumissin la seva-, però em semblaria just que es diguessin també amb claredat les condicions reals en les que hem de treballar a secundària. M'agradaria que tothom tingués clar, abans de emetre qualsevol judici sobre la nostra tasca, que la gran majoria d'aquest 25% d'alumnes que no entenen ni l'enunciat de les preguntes -associat la majoria de les vegades amb problemes de tipus conductual- no repeteixen ni un sol curs a primària. El perquè em sembla evident. Aquests alumnes que no entenen ni l'enunciat de les preguntes arriben a secundària amb quatre anys per endavant. Quatre anys durant els quals hem de perdre la major part de les nostres energies en gestionar aquest fracàs de primària – i en una etapa complicada de la vida que és l'adolescència-. Evidentment això repercuteix en la nostra tasca primordial que és la d'ensenyar i sobretot la de proporcionar als alumnes un clima ideal per l'aprenentatge.
No anem pas bé. Es indignante que un estudio oficial contemple un apartado sobre el "Percentatge d’alumnat situat en els nivells de competència matemàtica segons el sexe de l’alumnat". En cualquier caso, si por lo que fuera se hizo, coño, ¡el resultado se oculta!
Tens raó, a Catalunya els alumnes de primària són el que menys repeteixen d'Espanya, mentre que a secundària, ho són els que més. En aquesta desproporció alguna responsabilitat té, òbviament, la primària. En lloc de tractar a fons la prevenció, el que fem es posposar l'enfrontament amb la realitat. Em temo que aquesta tarda, analitzant les dades, no em sento especialment optimista.
Don àngel: créame usted, todos los estudios oficiales, desde los regionales hasta los de la OCDE lo hacen así. De ahí que se esté estimulando últimamente la tesis de la separación de sexos en los centros. Por cierto, muchas feministas europeas son fervientes partidarias de la medida.
Fuí auna escuela que admitiría muchos calificativos, pero no el de mantener un nivel didáctico especialmente exigente. Recuerdo que en lo que entonces llamábamos 'Ingreso', el curso previo al Bachillerato (hablo de 1962) se hacían casi a diario dictados. Pues bien, cuando alguien cometía alguna falta de ortografía que iba más allá de un acento, las risas, que no las burlas, eran generales. Entendíamos que era algo que a esa edad ya no podíamos hacer. Por lo que hace a las preguntas, no recuerdo que nadie tuviera problema en entenderlas. Igual eran muy simples. Lo que es seguro es que no erámos más listos que los chavales de ahora.
Yo también soy de los de ingreso. Curiosamente ayer mismo les hablaba a un grupo de maestros de que el talento es un mito y que las diferencias entre unos y otros se deben básicamente a la capacidad para mantener la atención concentrada en lo que se hace..
Huy, no quiero entrar en el tema de la ortografía porque cuando lo traté con el inspector (mostrándole las innumerables faltas que cometían los estudiantes recién llegados de la primaria), me informó que la ortografía es EVOLUTIVA. Me explicó amablemente que CON EL TIEMPO, chicos y chicas la llegarían a aprender. No supo responder cuando le pregunté si llegar a la conclusión de que dos y dos son cuatro se daría también (como proceso evolutivo), a los 16 ó 17 años, como la ortografía.
Gabriela: NO, por favor, ese tema, ni tocarlo. Por cierto: Que el mundo entero sepa qué gran profe de lengua es Gabriela Zayas y para muestra, dos botones: ESTE y ESTE otro
Gregorio, espero no importunarle si le pido su opinión. Parece extendida la opinión de que a la hora de lograr una mayor integración social y laboral es la primaria el ciclo crítico, y no la secundaria o la universidad. También lo es respecto a la trayectoria académica. Lo que me pregunto es si en este período es la educación institucional, formal y reglada, el aspecto crucial, o lo es más bien el ambiente social cotidiano en que se mueve el niño (familia, pares). Mi duda se origina en que, si bien es siempre aconsejable invertir para mejorar el sistema educativo, puede que políticas centradas en mejorar el referido ambiente cotidiano (integración laboral de los progenitores, mejora del entorno urbano, soluciones habitacionales, etc...) ofrecieran más retorno. ¿Usted qué opina?
Demócrito: Hay países que optan por subvencionar a las familias para que puedan tener a los niños en casa (Finlandia). Nosotros parece que consideramos más socialdemócrata subvencionar guarderías. En Finlandia la escolaridad obligatoria no comienza hasta los 7 años y si nosotros tenemos un 25% de alumnos con dificultades lectoras, ellos tienen un 4,8%. Ahora bien, en casa les enseñan a leer y a escribir, porque consideran que esta enseñanza forma parte de los deberes familiares. Mi opinión es que la primaria es efectivamente determinantes siempre que dispongamos de docentes capacitados técnicamente para prevenir las dificultades de aprendizaje en cuanto se manifiestan los primeros síntomas y dispongamos de recursos suficientes para corregirlas. El punto sensible del sistema es este. Aquí se deberían focalizar las inversiones en recursos. Algunos estudios sugieren que por cada euro que invertimos en detección precoz nos ahorramos ocho euros en recuperaciones (que por otra parte en su mayor parte, especialmente en secundaria, son bastante decepcionantes).
Nada, que sepa que atiendo al intercambio de pareceres, y a las consultas y respuestas, con particular interés. Cada vez entiendo menos porqué éste no es el problema central a debate. Me temo que porque es el que nos exigiría más responsabilidades en ámbitos y espacios en los que, efectivamente, podríamos actuar sin desplazar responsabilidades a otros. En fin, me ha motivado irrumpir de nuevo el contrafactual finlandés. Cuando lo esgrimo suelen aducir contraindicaciones climáticas, para simplificar.
"el talento es un mito y que las diferencias entre unos y otros se deben básicamente a la capacidad para mantener la atención concentrada en lo que se hace"
Discrepo. Algunos siempre estuvimos bien atentos porque nos gustaba aprender, y no teníamos reparo de estar cerca del profesor.
Con todo, compartí clases teóricas y prácticas, amén de amistad, con uno que atendía igual que yo, y estudiaba mucho menos!!! Acabó tercero de la promoción en una carrera extremadamente exigente en aquellos años, antes de la implantación de los créditos. Claro que era un genio y tenía una memoria increíble.
Recuerdo que las prácticas de programación en ensamblador (código máquina) las decidí hacerlas yo, escribiendo el programa, dejando que él finalmente lo revisase porque si no yo no iba a aprender!
En cambio su hermano menor sólo fue capaz de estudiar FP.
Por tanto, no todos nacemos con las mismas facultades, algunos les toca la lotería en la recombinación de genes
Lo cierto es que la cosa no funciona. No admito que las culpas sean del de 'abajo', en general creo que funciona 'todavía' mejor la primaria que la secundaria, donde se dan situaciones muy surrealistas, tengo amigos por todas partes. Precisamente uno de los problemas de primaria ha sido la 'secundarización' con tanto especialista... No estoy de acuerdo con la afirmación de alguien de que en secundaria hay que arreglar lo que no se ha hecho en primaria, yo también puedo decir que en secundaria se desmonta mucho de lo que se ha hecho en primaria. En general, a todos nos falta autocrítica y sobre todo un debate serio sobre el tema que tenga consecuencias 'administrativas'. Hoy también he tenido cierta polémica en mi blog.
Sobre las familias, es una tontería sacar el tema. Las familias son como son y la educación ha de trabajar bien más allá de las familias, que 'prou feina tenen'. Si colaboran, mejor. Si no es así, la cosa no debería servir de excusa. Nuestros pobres antepasados eran muchos de ellos analfabetos o poco estudiados y no iban a reuniones de aula ni a festivalitos escolares, dejaban hacer a los profes.
Los continuos cambios de planes han ido deteriorando el sistema, no creo en culpas colectivas porque existen muchos buenos profesionales a quienes no se les deja decidir nada.
Maty: Disponemos en los últimos años de estudios muy interesantes de Anders Ericsson, Geoff Colvin o Daniel Coyle sobre esta cuestión, pero como el tema es altamente interesante, te responderé como te mereces, con un apunte.
Demócrito, Fon, Ángel: Un ejercicio para evaluar nuestra situación: Imaginemos una escuela de cien alumnos que fuese perfectamente representativa de la media española. En esta escuela el 14% de los alumnos tendría padres sin ningún título académico. Pero más del 25% de los alumnos acabaría su enseñanza obligatoria sin haber conseguido un título. En esta desproporción nos movemos. ¿Estamos o no ante una emergencia nacional? Pues parece que no.
Claudio, hermano, yo aprendí a leer con mi madre y La Vang. Te lo juro. Me integré tarde al sistema escolar.
Hay unos textos magníficos, los buscaré y los colgaré por aquí, de Holderlin, al respecto, sobre la necesidad de dejar a la infancia tranquila. Cuando veo a mis sobrinos nietos ir a la guardería desde los tres meses, y a todos los niños a los tres años al cole... Me entristezco. Es un maltrato.
Los resultados no me sorprenden excesivamente, pero es evidente que hay un problema (o unos cuantos).
Por cierto, estoy de acuerdo con su lúcida teoría sobre los franceses de hoy. Aunque no sé si les resulta inconcebible el hecho de no gustarse (de hecho ellos mismos lo reconocen): el problema es más bien que no entienden por qué. A mí lo que más me ha sorprendido, en este país de la liberté, es que viven en permanente contradicción entre sus sueños de grandeza y la sobreabundancia de legislación en todos los ámbitos, la excesiva subdivisión de todas profesiones (especialmente en lo público). La vida francesa está tan "encadrée" que no hay lugar para la libertad. A veces tengo la impresión que este símbolo de la democracia moderna es el país de Europa más nostálgico del Antiguo Régimen, del niño de 3 años a Sarkozy, su "Nouveau Prince", la vida se ahoga en un mar de siglas, de grados y de papeleo.
Gregorio, en que es una emergencia nacional estoy de acuerdo sin siquiera estudiar las causas, agentes e instituciones implicadas. Sólo con observar los índices de fracaso escolar, el nivel ofrecido en las pruebas de selectividad o las pobres valoraciones que de los recién licenciados hacen los empresarios que los contratan creo que es suficiente para percibir que existe un grave problema. ¿Lo han hecho nuestras élites políticas?
Ahora bien, una vez atendido el hecho de que existe un problema, toca tratar de comprenderlo. Es necesario entonces analizar los actores, sus relaciones, los incentivos y estructuras que se generan. Lo digo porque en este problema, como en muchos, los diversos agentes y las relaciones que generan dan lugar a una estructura emergente donde los vínculos causales son múltiples y multidireccionales. Un sistema donde los subsistemas se imbrican y la mejora de uno de ellos puede dar resultados frustrantes, al no tomar en cuenta la relación coevolutiva que lo implica con el resto. De ahí mi pregunta anterior.
Con esto quiero decir que no podemos perder de vista factores no estrictamente educativos que influyen poderosamente en el ámbito académico. Mi hipótesis es que si no se mejoran éstos la mejora de las instituciones educativas se verá limitada o incluso fracasará. Los docentes han de tener a su disposición recursos auxiliares que permitan neutralizar el efecto negativo de subsistemas disfuncionales: psicólogos, trabajadores sociales, agencias de integración laboral y social, etc... que orientados por el profesor puedan localizar y solventar tales problemas.
El ejemplo de Finlandia es significativo al respecto de cómo los organismos oficiales educativos pueden delegar funciones en otros agentes, siempre y cuando éstos sean operativos. Una familia puede ser un agente magnífico en esa labor, pero también puede no serlo por muchos motivos, habría que estudiar cada caso y operar en consecuencia.
Vaya, que curiosidad tan bella (si me permiten): como Claudio y Lola, yo también aprendí a leer con La Vanguardia (empecé la escuela a los seis). En mi caso, el paciente y amoroso profe familiar fue mi abuelo ("unidad familiar" extensa, la de entonces), un pagès quizás atípico por lo de estar suscrito a La Vanguardia. Ah, y un día a la semana lo esperaba con más impaciencia, cuando regresava del Born a la masía familiar, porque me traía un regalo especial: el TBO, también buen cuaderno de ejercicios lectores. Perdonad la nota nostálgica, pero una va haciéndose vieja...
Ay... el TBO como ejercicio de lectura. A mi me lo leía mi padre -trabajador que apenas fue a la escuela una semana entera en toda su vida- con cambios de voz según fuera la abuela o el Sr. Ulises el protagonista del "bocadillo". Y sí: aprendí a leer en casa. Aún recuerdo el color de la sillita que hacía de pupitre, azul pastel. Qué pena de decadencia (la del ser socio-humano).
Esta mañana, mientras unos cuantos ancianos tomábamos el aperitivo, alguien sacó a colación la "Historia sagrada" de nuestra infancia comparándola con ese simulacro de literatura que recibe el nombre de literatura infantil. Nos hemos puesto melancólicos. Como mínimo aprendíamos palabras que te llenaban la boca de imágenes, como "filisteo", Nabucodonosor, Ur de Caldea, etc. En mi caso la Historia sagrada competía en su protagonismo docente con las canciones de Pepe Blanco: Cocidito madrileño, Ay, mi sombrero!, En La Rioja nací... De repente he descubierto que no crecimos con la obligación de ser los primeros del futuro, sino simplemente, con la invitación a estar bien aclimatados al presente.
Senyor Luri, no vull eludir la part de responsabilitat que els professors tenim amb el mal funcionament de l'educació -estaria bé que els pares també assumissin la seva-, però em semblaria just que es diguessin també amb claredat les condicions reals en les que hem de treballar a secundària. M'agradaria que tothom tingués clar, abans de emetre qualsevol judici sobre la nostra tasca, que la gran majoria d'aquest 25% d'alumnes que no entenen ni l'enunciat de les preguntes -associat la majoria de les vegades amb problemes de tipus conductual- no repeteixen ni un sol curs a primària. El perquè em sembla evident. Aquests alumnes que no entenen ni l'enunciat de les preguntes arriben a secundària amb quatre anys per endavant. Quatre anys durant els quals hem de perdre la major part de les nostres energies en gestionar aquest fracàs de primària – i en una etapa complicada de la vida que és l'adolescència-. Evidentment això repercuteix en la nostra tasca primordial que és la d'ensenyar i sobretot la de proporcionar als alumnes un clima ideal per l'aprenentatge.
ResponderEliminarNo anem pas bé. Es indignante que un estudio oficial contemple un apartado sobre el "Percentatge d’alumnat situat en els nivells de competència matemàtica segons el sexe de l’alumnat".
ResponderEliminarEn cualquier caso, si por lo que fuera se hizo, coño, ¡el resultado se oculta!
Tens raó, a Catalunya els alumnes de primària són el que menys repeteixen d'Espanya, mentre que a secundària, ho són els que més. En aquesta desproporció alguna responsabilitat té, òbviament, la primària. En lloc de tractar a fons la prevenció, el que fem es posposar l'enfrontament amb la realitat.
ResponderEliminarEm temo que aquesta tarda, analitzant les dades, no em sento especialment optimista.
Don àngel: créame usted, todos los estudios oficiales, desde los regionales hasta los de la OCDE lo hacen así. De ahí que se esté estimulando últimamente la tesis de la separación de sexos en los centros. Por cierto, muchas feministas europeas son fervientes partidarias de la medida.
ResponderEliminarFuí auna escuela que admitiría muchos calificativos, pero no el de mantener un nivel didáctico especialmente exigente.
ResponderEliminarRecuerdo que en lo que entonces llamábamos 'Ingreso', el curso previo al Bachillerato (hablo de 1962) se hacían casi a diario dictados. Pues bien, cuando alguien cometía alguna falta de ortografía que iba más allá de un acento, las risas, que no las burlas, eran generales. Entendíamos que era algo que a esa edad ya no podíamos hacer.
Por lo que hace a las preguntas, no recuerdo que nadie tuviera problema en entenderlas. Igual eran muy simples.
Lo que es seguro es que no erámos más listos que los chavales de ahora.
Yo también soy de los de ingreso. Curiosamente ayer mismo les hablaba a un grupo de maestros de que el talento es un mito y que las diferencias entre unos y otros se deben básicamente a la capacidad para mantener la atención concentrada en lo que se hace..
ResponderEliminarHuy, no quiero entrar en el tema de la ortografía porque cuando lo traté con el inspector (mostrándole las innumerables faltas que cometían los estudiantes recién llegados de la primaria), me informó que la ortografía es EVOLUTIVA. Me explicó amablemente que CON EL TIEMPO, chicos y chicas la llegarían a aprender. No supo responder cuando le pregunté si llegar a la conclusión de que dos y dos son cuatro se daría también (como proceso evolutivo), a los 16 ó 17 años, como la ortografía.
ResponderEliminarGabriela: NO, por favor, ese tema, ni tocarlo.
ResponderEliminarPor cierto: Que el mundo entero sepa qué gran profe de lengua es Gabriela Zayas y para muestra, dos botones: ESTE y ESTE otro
Gregorio, espero no importunarle si le pido su opinión. Parece extendida la opinión de que a la hora de lograr una mayor integración social y laboral es la primaria el ciclo crítico, y no la secundaria o la universidad. También lo es respecto a la trayectoria académica. Lo que me pregunto es si en este período es la educación institucional, formal y reglada, el aspecto crucial, o lo es más bien el ambiente social cotidiano en que se mueve el niño (familia, pares). Mi duda se origina en que, si bien es siempre aconsejable invertir para mejorar el sistema educativo, puede que políticas centradas en mejorar el referido ambiente cotidiano (integración laboral de los progenitores, mejora del entorno urbano, soluciones habitacionales, etc...) ofrecieran más retorno. ¿Usted qué opina?
ResponderEliminarDemócrito: Hay países que optan por subvencionar a las familias para que puedan tener a los niños en casa (Finlandia). Nosotros parece que consideramos más socialdemócrata subvencionar guarderías. En Finlandia la escolaridad obligatoria no comienza hasta los 7 años y si nosotros tenemos un 25% de alumnos con dificultades lectoras, ellos tienen un 4,8%. Ahora bien, en casa les enseñan a leer y a escribir, porque consideran que esta enseñanza forma parte de los deberes familiares.
ResponderEliminarMi opinión es que la primaria es efectivamente determinantes siempre que dispongamos de docentes capacitados técnicamente para prevenir las dificultades de aprendizaje en cuanto se manifiestan los primeros síntomas y dispongamos de recursos suficientes para corregirlas. El punto sensible del sistema es este. Aquí se deberían focalizar las inversiones en recursos.
Algunos estudios sugieren que por cada euro que invertimos en detección precoz nos ahorramos ocho euros en recuperaciones (que por otra parte en su mayor parte, especialmente en secundaria, son bastante decepcionantes).
Nada, que sepa que atiendo al intercambio de pareceres, y a las consultas y respuestas, con particular interés. Cada vez entiendo menos porqué éste no es el problema central a debate. Me temo que porque es el que nos exigiría más responsabilidades en ámbitos y espacios en los que, efectivamente, podríamos actuar sin desplazar responsabilidades a otros. En fin, me ha motivado irrumpir de nuevo el contrafactual finlandés. Cuando lo esgrimo suelen aducir contraindicaciones climáticas, para simplificar.
ResponderEliminarque bueno dentro de la tristeza de este triste país nuestro, españa, para que no haya confusiones
ResponderEliminarMuchas gracias por su respuesta, Gregorio. Me ha sido útil.
ResponderEliminarYo aprendí a leer con mi padre y La Vanguardia. A los dos nos pareció lo más natural del mundo.
ResponderEliminar¿Ignorancia psicopedagógica?¿Clasismo?
De eso sabes, mucho diría.
ResponderEliminarEl error esgeneral, y culpables todos, todos.
Hay que buscar soluciones, que existen.
"el talento es un mito y que las diferencias entre unos y otros se deben básicamente a la capacidad para mantener la atención concentrada en lo que se hace"
ResponderEliminarDiscrepo. Algunos siempre estuvimos bien atentos porque nos gustaba aprender, y no teníamos reparo de estar cerca del profesor.
Con todo, compartí clases teóricas y prácticas, amén de amistad, con uno que atendía igual que yo, y estudiaba mucho menos!!! Acabó tercero de la promoción en una carrera extremadamente exigente en aquellos años, antes de la implantación de los créditos. Claro que era un genio y tenía una memoria increíble.
Recuerdo que las prácticas de programación en ensamblador (código máquina) las decidí hacerlas yo, escribiendo el programa, dejando que él finalmente lo revisase porque si no yo no iba a aprender!
En cambio su hermano menor sólo fue capaz de estudiar FP.
Por tanto, no todos nacemos con las mismas facultades, algunos les toca la lotería en la recombinación de genes
Lo cierto es que la cosa no funciona. No admito que las culpas sean del de 'abajo', en general creo que funciona 'todavía' mejor la primaria que la secundaria, donde se dan situaciones muy surrealistas, tengo amigos por todas partes. Precisamente uno de los problemas de primaria ha sido la 'secundarización' con tanto especialista... No estoy de acuerdo con la afirmación de alguien de que en secundaria hay que arreglar lo que no se ha hecho en primaria, yo también puedo decir que en secundaria se desmonta mucho de lo que se ha hecho en primaria. En general, a todos nos falta autocrítica y sobre todo un debate serio sobre el tema que tenga consecuencias 'administrativas'. Hoy también he tenido cierta polémica en mi blog.
ResponderEliminarSobre las familias, es una tontería sacar el tema. Las familias son como son y la educación ha de trabajar bien más allá de las familias, que 'prou feina tenen'. Si colaboran, mejor. Si no es así, la cosa no debería servir de excusa. Nuestros pobres antepasados eran muchos de ellos analfabetos o poco estudiados y no iban a reuniones de aula ni a festivalitos escolares, dejaban hacer a los profes.
Los continuos cambios de planes han ido deteriorando el sistema, no creo en culpas colectivas porque existen muchos buenos profesionales a quienes no se les deja decidir nada.
Júlia: Lo incontestable es que esos resultados son de final de primaria. Parece que no hay paraísos en nuestro sistema educativo.
ResponderEliminarMaty: Disponemos en los últimos años de estudios muy interesantes de Anders Ericsson, Geoff Colvin o Daniel Coyle sobre esta cuestión, pero como el tema es altamente interesante, te responderé como te mereces, con un apunte.
ResponderEliminarJavier: Llevo un tiempo leyendo mucho y, sobre todo, discutiendo mucho sobre la enseñanza.
ResponderEliminarClaudio: Es usted un finés de tomo y lomo,
ResponderEliminarDemócrito, Fon, Ángel: Un ejercicio para evaluar nuestra situación: Imaginemos una escuela de cien alumnos que fuese perfectamente representativa de la media española.
ResponderEliminarEn esta escuela el 14% de los alumnos tendría padres sin ningún título académico. Pero más del 25% de los alumnos acabaría su enseñanza obligatoria sin haber conseguido un título. En esta desproporción nos movemos. ¿Estamos o no ante una emergencia nacional?
Pues parece que no.
Claudio, hermano, yo aprendí a leer con mi madre y La Vang. Te lo juro. Me integré tarde al sistema escolar.
ResponderEliminarHay unos textos magníficos, los buscaré y los colgaré por aquí, de Holderlin, al respecto, sobre la necesidad de dejar a la infancia tranquila. Cuando veo a mis sobrinos nietos ir a la guardería desde los tres meses, y a todos los niños a los tres años al cole... Me entristezco. Es un maltrato.
¿En qué podemos ayudar, Gregorio?
ResponderEliminarLos resultados no me sorprenden excesivamente, pero es evidente que hay un problema (o unos cuantos).
Por cierto, estoy de acuerdo con su lúcida teoría sobre los franceses de hoy. Aunque no sé si les resulta inconcebible el hecho de no gustarse (de hecho ellos mismos lo reconocen): el problema es más bien que no entienden por qué. A mí lo que más me ha sorprendido, en este país de la liberté, es que viven en permanente contradicción entre sus sueños de grandeza y la sobreabundancia de legislación en todos los ámbitos, la excesiva subdivisión de todas profesiones (especialmente en lo público). La vida francesa está tan "encadrée" que no hay lugar para la libertad. A veces tengo la impresión que este símbolo de la democracia moderna es el país de Europa más nostálgico del Antiguo Régimen, del niño de 3 años a Sarkozy, su "Nouveau Prince", la vida se ahoga en un mar de siglas, de grados y de papeleo.
Gregorio, en que es una emergencia nacional estoy de acuerdo sin siquiera estudiar las causas, agentes e instituciones implicadas. Sólo con observar los índices de fracaso escolar, el nivel ofrecido en las pruebas de selectividad o las pobres valoraciones que de los recién licenciados hacen los empresarios que los contratan creo que es suficiente para percibir que existe un grave problema. ¿Lo han hecho nuestras élites políticas?
ResponderEliminarAhora bien, una vez atendido el hecho de que existe un problema, toca tratar de comprenderlo. Es necesario entonces analizar los actores, sus relaciones, los incentivos y estructuras que se generan. Lo digo porque en este problema, como en muchos, los diversos agentes y las relaciones que generan dan lugar a una estructura emergente donde los vínculos causales son múltiples y multidireccionales. Un sistema donde los subsistemas se imbrican y la mejora de uno de ellos puede dar resultados frustrantes, al no tomar en cuenta la relación coevolutiva que lo implica con el resto. De ahí mi pregunta anterior.
Con esto quiero decir que no podemos perder de vista factores no estrictamente educativos que influyen poderosamente en el ámbito académico. Mi hipótesis es que si no se mejoran éstos la mejora de las instituciones educativas se verá limitada o incluso fracasará. Los docentes han de tener a su disposición recursos auxiliares que permitan neutralizar el efecto negativo de subsistemas disfuncionales: psicólogos, trabajadores sociales, agencias de integración laboral y social, etc... que orientados por el profesor puedan localizar y solventar tales problemas.
El ejemplo de Finlandia es significativo al respecto de cómo los organismos oficiales educativos pueden delegar funciones en otros agentes, siempre y cuando éstos sean operativos. Una familia puede ser un agente magnífico en esa labor, pero también puede no serlo por muchos motivos, habría que estudiar cada caso y operar en consecuencia.
Saludos.
Desde luego está estupendo el chiste.
ResponderEliminarVaya, que curiosidad tan bella (si me permiten): como Claudio y Lola, yo también aprendí a leer con La Vanguardia (empecé la escuela a los seis). En mi caso, el paciente y amoroso profe familiar fue mi abuelo ("unidad familiar" extensa, la de entonces), un pagès quizás atípico por lo de estar suscrito a La Vanguardia. Ah, y un día a la semana lo esperaba con más impaciencia, cuando regresava del Born a la masía familiar, porque me traía un regalo especial: el TBO, también buen cuaderno de ejercicios lectores.
ResponderEliminarPerdonad la nota nostálgica, pero una va haciéndose vieja...
Ay... el TBO como ejercicio de lectura. A mi me lo leía mi padre -trabajador que apenas fue a la escuela una semana entera en toda su vida- con cambios de voz según fuera la abuela o el Sr. Ulises el protagonista del "bocadillo". Y sí: aprendí a leer en casa. Aún recuerdo el color de la sillita que hacía de pupitre, azul pastel. Qué pena de decadencia (la del ser socio-humano).
ResponderEliminarEsta mañana, mientras unos cuantos ancianos tomábamos el aperitivo, alguien sacó a colación la "Historia sagrada" de nuestra infancia comparándola con ese simulacro de literatura que recibe el nombre de literatura infantil. Nos hemos puesto melancólicos. Como mínimo aprendíamos palabras que te llenaban la boca de imágenes, como "filisteo", Nabucodonosor, Ur de Caldea, etc.
ResponderEliminarEn mi caso la Historia sagrada competía en su protagonismo docente con las canciones de Pepe Blanco: Cocidito madrileño, Ay, mi sombrero!, En La Rioja nací...
De repente he descubierto que no crecimos con la obligación de ser los primeros del futuro, sino simplemente, con la invitación a estar bien aclimatados al presente.
Me acaba de dar un ataque de melancolía tras una comida postmoderna: COCIDITO MADRILEÑO
ResponderEliminarCalculas mal algunos porcentajes. Las cifras reales tampoco son tan diferentes y te felicito por el post, pero corrige eso :)
ResponderEliminarTom: Te agradeceré cualquier aclaración que me quieras hacer.
ResponderEliminarSoy una madre anacrónica, me temo. Aunque visto lo visto, creo que no debería sentirlo, sino celebrarlo.
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