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lunes, 9 de junio de 2008

Derecho a la diferencia y/o a la ciudadanía

Apunta Pascal Bruckner en su último libro (La tiranía de la penitencia) una idea relativa a la protección de los derechos de las minorías que me parece sugerente y, por ello mismo, digna de polémica. Esta cuestión de los derechos de las minorías me parece apasionante por la de contradicciones que acumula. Por ejemplo es digna de ver la actitud con que las minorías de todo tipo se dirigen al poder en demanda de reconocimiento, con lo cual juegan un papel que no carece de similitud con el que desempeñaron la burguesía y la monarquía en la edad moderna. Esta alianza tuvo como enemigo común a la aristocracia, la nueva alianza entre minorías y poder parece tener como enemigo a batir el concepto republicano de la política. Esta es mi visión general del asunto, pero Bruckner propone un análisis diferente.

La idea que esboza es que la protección de los derechos de las minorías debe abarcar también a aquellos de sus miembros que quieren dejar de ser minoría, que, por los motivos que sean, desean liberarse de los lazos de fidelidad que los ligan a su micropcrosmos para convertirse en alguien que no depende de sus raíces y que, por lo tanto, al liberarse de las mismas, está autónomamente en condiciones de darle a su vida el sentido que se le antoje. A esto Bruckner le da el nombre de “emancipación republicana”.

Me gusta la idea en lo que tiene de protesta contra esas políticas tan en boga de sufragar la diferencia con ese subterfugio llamado discriminación positiva. Se trataría de animar a los miembros de las minorías a reconocerse también en la unidad común de los ciudadanos.

Me gusta la idea, pero me temo que no vamos por aquí, sino en la dirección opuesta.

8 comentarios:

  1. Mañana entrego un trabajo sobre eso, precisamente. Me molesta tener que traducir mis ideas (quizá más bien filosóficas, pero no suelo separar mucho filosofía de pedagogía, ni de psicología; y como pre-pedagoga y pre-filósofa ignorante, más o menos me lo permiten) en términos de "académicos" tales como "interculturalidad", "interacción positiva" o "deconstrucción de estereotipos". Supongo que el ser humano siempre debe tener alguna cultura, que lo interesante no está tanto en considerarlo despojado de su cultura (como "ser humano" pero sin cultura... me cuesta de concebir alguin así) sino en considerarlo precisamente como persona CON su cultura, con sus diferencias, y uno mismo con las propias, sin dejar que eso impida que verlo como persona. Alguna lectura hablaba de despojar a la gente de su cultura, yo me niego. ¿Que la cultura de uno puede cambiar? Claro. ¿La diferencia es un hecho, un derecho o un deber? Tengo que pensarlo. Puede que sea todo eso... ¿hoy en día no está de moda ser diferente? Mi hermana se enfada cuando quiere comprarse una pieza de ropa que ya tiene una amiga suya, porque "ya no se la puede comprar". Pero ¿no nos hace eso ser iguales? Si "el orden del discurso de hoy en día incluye la anormalidad como normalidad", ¿las minorías que reclaman reconocimiento al sistema "son" el sistema y hacen que siga así, con minorías que reclaman reconocimiento pero no adhesión a un sistema donde ya están adheridas? ¿Qué sentido tiene todo eso? ¿Y qué se debe hacer: trabajar para integrar a un alumno "diferente" o convencer al resto que todos son "igual de diferentes"?

    ¿Es bueno que divague de esta manera, sin decir nada ni llegar a ninguna parte (se me está pegando esa costumbre de la universidad)? Será por la época de exámenes. No me lo tenga en cuenta. Mis dudas son muchísimas. Publico el comentario porque soy un poco sinvergüenza. Espero no molestar mucho. Un saludo de parte del drac.

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  2. En Chiapas me estuvo contando un taxista las presiones insoportables a que eran sometidos los miembros de las llamadas comunidades indígenas que decidían cambiar de religión (del sincretismo católico-indígena al protestantismo evangelista predicado por norteamericanos).

    Una comunidad que no permite a los miembros salirse de ella es para mí el infierno. Que tantos conciudadanos míos, mientras disfrutan de pertenecer a sociedades abiertas, contemplen a estos grupos cerrados y opresivos como una supervivencia del edén es algo que escapa a mi comprensión.

    (Esto, claro, es sólo una cara de la moneda: cómo rechazar, por otra parte, el comunitarismo en su faceta defensiva, de arma única y tristemente endeble contra explotaciones y horrores sin cuento, cómo negar derechos comunitarios a quienes no tienen otra cosa para agarrarse)

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  3. D. Gregorio: es verdad que hoy en día se amparan muchos despropósitos bajo la denominación de "minoría". Lo cierto es que el término no es únicamente un nombre, sino que incluye de por sí una valoración. El problema de estas valoraciones apriorísticas es que no se juzgan contenidos, sino meras cuestiones formales: resulta que caulquier cosa, por el hecho de representar a una "minoría cultural" (o, a menudo, una "cultura" a secas) merece aprecio, comprensión y apoyo. Claro, esto, aparte de ser un disparate, desbarata toda crítica intelectual y promociona sólo la mansedumbre.

    Uno de los objetivos de la nueva asignatura de "Educación Contra la Ciudadanía" es, precisamente, la "tolerancia y comprensión hacia las minorías". Así, sin más. ¡Olé!

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  4. Yo soy una minoría
    en mi misma
    lo peor es que nunca llego a la unanimidad completa
    en mis microcongresos
    personales (llámese ying-yang, bien-mal, demonio-angelito, prudencia-insensatez...)

    He llegado a la conclusión
    de que soy un peligro en sí,
    al poder defender una postura y la otra, o una excelente comercial, todavía no lo tengo claro.

    ¿Alguien me protege?
    ¿Acaso soy consuetudinariamnemte "Mi" sistema en sí misma?
    ¿Alguna asignatura comprensiva
    para mi solitaria autodeterminación?

    ¿Algún punch-ball anárquico
    que quiera pelear conmigo,
    visto como está el patio?

    Para valorar mi propuesta
    enviar un sms al 7557
    enviando a:
    "código" + "capullo" + ".com"

    jaja
    Lo siento
    tengo un día muy dadá.
    perdonen corra un tupido velo.

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  5. Las minorias son cada vez más necesarias para que el poder de turno tenga a mano una quinta columna. Abrazos.

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  6. Desde luego, vamos en la dirección opuesta, pero la tesis de Bruckner la comparto totalmente. El fondo de estas tesis de reconocimiento de la diferencia es que se quedan en lo colectivo, dejando de lado, cuando no reprimiendo, lo individual. Por tanto, en sociedades libres como las democracias occidentales, la prioridad es individual antes que colectiva, y hay que dar medios a aquellos individuos que quieran emanciparse de las colectividades que les han tpcado en suerte.

    saludos

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  7. Un problema de las minorías (y es claro que generalizar a nivel mundial entraña la necesidad de obviar los casos particulares) es que cuando se organizan como tales, en democracia, olvidan que son minoría y su comportamiento tiende a la imposición de sus tesis: defensivas y aspiracionales.

    La democracia es el único sistema político que entrega a la minoría el acceso al campo de juego. Debe estar en la naturaleza de ella el considerarse con el derecho a forzar la actividad de la mayoría en su beneficio, sea por el convencimiento o por la coacción. Bien por lo primero, dudas por lo segundo.

    Ejemplo actual: el 20% de los transportistas, integrados en dos organizaciones patronales, para la totalidad del tráfico rodado en carretera en el país. El 80% restante ya ha aceptado las condiciones propuestas por el gobierno, o simplemente, no han ido al paro.

    ¿Se trata de un problema de comprensión de la minoría? ¿Se trata de un problema de orden público?

    Naturalmente que ele jemplo está lejos del contenido de tu post, Luri, pero creo que es válido.

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  8. Entonces...el minoritario cuando "se levanta en armas" no vindica el ser reconocido como uno más, sino...¿el ser reconocido como uno mejor? Y si cree que debe reconocérsele como individuo ¿cómo terminó militando en la minoría? ¿Y el que no se "levanta en armas cómo escapa a la trampa? Si cuando menos se identificará a sí mismo como "el que no vive ni piensa como ese grupito de iguales a él". Dentro de una democracia ¿qué constituye una minoría?

    Si el ser persevera en sí mismo las pequeñas comunidades también. Sin los miembros ni las relaciones de siempre, sus pequeñas identidades se diluirían en el sin sentido y a duras penas alcanzarían a definirse en contraste con la pequeña comunidad de al lado...

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