Llegué a México siguiendo las huellas de Carmen Brufau. Allí supe que había veraneado en una casa llamada Mar Blau que era propiedad de la madre de Carlos Lazo. Siguiendo a Carlos Lazo entré en contacto con Yolanda, su hija. Gracias a Yolanda he conocido a Carlos Moctezuma, que está pasando unos días en Barcelona y asistió a la presentación de El cielo prometido con un sobre que Yolanda le había dado para mi. Gracias a Carlos me entero de la relación de Mireya Cueto con Grandizo Munis. Ambos se conocieron en la casa de Trotsky. A Carlos le hablé en Els 4 gats de un cuadro que pintó Diego Rivera titulado Retrato de Montserrat. Cuando lo pintó creía estar retratando a la hermana de Ramón Mercader. Yo tengo otra hipótesis. Carlos me da direcciones de varias personas relevantes en México y comienza de nuevo el erotismo de la búsqueda. Resulta que conoce al nieto de Diego Rivera. Esta tarde he quedado de nuevo con Carlos. El cuadro, por cierto, parece que ha desaparecido.
No sé si Mireya Cueto puede considerarse pedagoga. Yo creo que sí, pero eso no importa. Lo relevante es que fue una de las grandes escritoras mexicanas de teatro para niños y una de las mayores dinamizadoras del teatro de títeres. Animo, sinceramente, a todos los maestros a informarse de su vida y de su obra y si, además, pueden leer esta joya, miel sobre hojuelas.
No hay nada más fascinante que llamar a una puerta cerrada. Nunca sabes a dónde te llevará.
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