Me envían el cuaderno escolar de un niño francés de once años del curso 1959-1960. La primera página está dedicada a la moral y la encabeza el siguiente texto manuscrito: "La escuela desarrolla nuestra inteligencia, forma nuestra conciencia y nuestro carácter y hace de nosotros hombres de bien". Casi lloro de emoción. Encuentro a lo largo del cuaderno algunas perlas -no olviden que hablamos de la escuela republicana francesa- que no me resisto a copiarles:
- "Trabajo, esfuerzo, disciplina. Estas son las virtudes del buen escolar".
- "Hay que hacer cada día un esfuerzo para ser un poco mejor que el día anterior. Coraje".
- "La escuela es una segunda familia y los escolares deben ser como hermanos".
- "Vete a donde quieras, que allí te encontrarás con tu conciencia".
- "El bien no tiene siempre recompensa. Hay que hacer el bien por el bien, no por la recompensa."
- "Todo en la vida está sujeto a deberes. Serles fiel: aquí está el honor. No respetarlos: aquí está la vergüenza".
- "Es un deber común vencer el miedo y aprender el coraje."
Ese niño tendría casi 20 años en 1968: ¿que pasó para perderse así por el camino?
ResponderEliminarBuena pregunta. Habría que preguntárselo a Bourdieu y Passeron.
EliminarEl Concilio Vaticano II.
EliminarFirmo
ResponderEliminarPero entonces, ¿se trata de esgrimir sólo buenas intenciones? ¿De la tiranía de las buenas intenciones? ¿Tenemos alguna prueba de la escuela republicana francesa de aquellos tiempos? Quizá sea un mito, muy útil y necesario como mito colectivo, eso sí.
ResponderEliminarA mediados de años noventa del siglo pasado se encontraron en el departamento de Somme, en el norte de Francia, casi diez mil exámenes corregidos del «certificado de études» de los años 1923, 1924 y 1925. Se trataba de unas pruebas de madurez que evaluaba a los alumnos de doce años al acabar la educación primaria. El ministro de educación, François Bayrou, decidió aprovechar esos datos para evaluar el nivel de los alumnos franceses con el rasero de esta prueba, introduciendo las correcciones pertinentes para garantizar la fiabilidad de los resultados. Lo que el nuevo examen puso de manifiesto fue un alarmante descenso del nivel académico. 75 años después, los alumnos franceses hacían muchas más faltas de ortografía y presentaban muchas más dificultades para resolver problemas de matemáticas. Hoy sólo el 33% de los alumnos franceses es capaz de resolver problemas que el 80% de los chicos de comienzo de siglo resolvía perfectamente.
ResponderEliminarMuchas gracias! Una buena respuesta a la provocación de tono luriano. De todas formas, tengo mis reservas sobre la escuela republicana francesa, pero se trata de un prejuicio (qué le vamos a hacer).
ResponderEliminarQuizás exista el preceptor perfecto; lo que es seguro que nunca ha existido es la escuela perfecta. Es importante entender, creo, que la escuela moderna hunde sus raíces en la filosofía del idealismo alemán. Pero no es lo mismo tener como referente a Hegel (el caso de la escuelarepublicana) que a Fichte (el caso de Dewey).
ResponderEliminarEste post y sus seis puntos encajan bien con el de ayer de Patocka.
ResponderEliminarPodriamos llamarles el camino de Patocka. O tal vez, exagero.
ens hauriem de preguntar quin tant per cent de nens i nenes anaven a l'escola en aquells anys i quants i quantes n'hi van ara, no? També la 2a. guerra mundial, no? També ...........
ResponderEliminarLs escolarización era total. Lo que nos hemos de preguntar es por qué con la Ley General de Educación España era uno de los países del mundo que más estaba progresando educativamente y por qué con la LOGSE la tendencia cambió. Se ha preguntado usted cuántos alumnos la LOGSE incorporó al sistema?
EliminarBuena pregunta !!!
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