lunes, 5 de octubre de 2015

Una preguntilla de nada

“Dígame, eminente señor, si hubiera de morir mañana, ¿preferiría morir como idiota o como sabio?”

Erasmo, El abad y la mujer ilustrada

3 comentarios:

  1. ¿Importa, de verdad, más allá la diferencia?

    ResponderEliminar
  2. Creo que no importaría si fuéramos suficientemente sabios como para morir como idiotas.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por el consuelo. Después de haber vivido toda una vida como un idiota, no creo que vaya ahora a emborronar un expediente tan trabajosamente maculado, aunque en ese "último trance" ni se sabe de qué traiciones es uno capaz...

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

La edad del paciente

Cuando Philip Rieff escribió The Triumph of the Therapeutic: Uses of Faith After Freud  (1966), intuía que el animal político aristotélico e...