Ernst Haas. Vienna. 1946
La gracia de la vida está en que no se deja atrapar por ninguna teoría. Por eso mismo deja perplejos a los que la quieren pensar como la parte práctica de su teoría, es decir, a catedráticos de ética, políticos, jugadores de lotería, economistas, predicadores, vendedores a domicilio y programadores de televisión. Las teorías no son sino perspectivas parciales sobre la vida. Y lo que salva a la vida es siempre lo que no cabe en la teoría.
El destino y las decisiones en su conjunto son las que deciden cómo será la vida.
ResponderEliminarcoño! Grégory y entre ellos se ha dejado ¿inconscientemente a los Philósophos?
ResponderEliminarCoyote urbano
Se supone que un filósofo sabe alguna cosa de la especificidad de las cosas humanas.
EliminarPorque claro está, que un Catedrático de Ética es el ser más ajeno a la Filosofía.
ResponderEliminarcoyote urbano