"Most animals portrayed in children’s books, songs and on clothing send a bad message, according to academics Nora Timmerman and Julia Ostertag: That animals only exist for human use, that humans are better than animals, that animals don’t have their own stories to tell, that it’s fine to “demean” them by cooing over their cuteness. Perhaps worst of all, they say, animals are anthropomorphized to reinforce “socially dominant norms” like nuclear families and gender stereotypes".
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Corríjame si me equivoco pero... vendría a ser como "Para leer al Pato Donald" de Mattelart, sólo que vaciado de propósito y contenido...
ResponderEliminar¡Mattelart!
EliminarYa me había olvidado de él...
Pues me parece que sí, que tiene usted razón.
Los departamentos universitarios de humanidades y ciencias sociales son una inagotable cantera de ideólogos perrofláuticos, siempre alerta ante cualquier manifestación sospechosa de heteropatriarcado o de cualquier otra desviación del pensamiento correcto, que es el suyo.
ResponderEliminarEl otro día en las noticias (BBC) hablaban de un estudio (sí, otro, ya lo sé, yo también) según el cual se están empezando a preocupar porque las series de dibujos animados para niños presentan de forma regular al padre como tonto, gandul, inútil, etc. y de cómo esto podría afectar la educación de los niños.
ResponderEliminarDe las tramas para adultos, para qué vamos a hablar. Igual, con el tiempo, nos declaran especie protegida y entramos en lo del Gran Simio. Sería un mejora, sin duda.
¡Reforzaremos las trincheras!
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