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martes, 27 de octubre de 2009

Una partida de póquer

Cuenta Josep Maria Espinàs en su A peu per Mallorca una anécdota bien sabrosa que os resumo a continuación:

Un grupo de ingleses está jugando al póquer. Uno de ellos se atreve a poner en duda el misterio de la Santísima Trinidad y el hecho llega hasta el pastor, que toma buena nota del despropósito. En el oficio del domingo se dirige a los fieles con la máxima dignidad y la más contundente vehemencia: "Me han explicado que uno de nuestros estimados vecinos, durante una partida de cartas, ha puesto en duda el misterio de la Santísima Trinidad. Sólo tengo que recordar una cosa: ¡Cuando se juega al póquer, no se habla!

6 comentarios:

  1. ¿No sería un farol de despiste, con una mano regular?

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  2. Es que... ¡Habrase visto qué falta de respeto! ¡Al póquer no se habla ni jugando con lentejas! Sin duda era una insinuación a un posible trío de ases.

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  3. Se parece a aquello de T. De Quincey de (paráfrasis) " se empieza por un asesinato y acaba uno faltando el respeto a las visitas"

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  4. Jajajajaa, genial! No me esperaba ese remate.

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