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miércoles, 14 de octubre de 2009

Torben Drewes

Defiende Torben Drewes, un economista de la canadiense Trent University, que visto que se está ampliando la diferencia académica ("the perfomance gap") entre hombres y mujeres a favor de las mujeres, debemos comenzar a ver a los estudiantes varones como en un grupo desfavorecido ("a disavantaged group").

Según Drewes las chicas canadienses de secundaria estudian un promedio de 6.4 horas por semana, mientras que los chicos se quedan en 4.7 h. Añade que si los chicos estudiasen tanto como las chicas podría reducirse a la mitad la diferencia académica entre ambos. La otra mitad no puede ser compensada solamente con esfuerzo, porque tiene que ver con lo que los pedagogos actuales llaman "el curriculum oculto" del sistema que, en estos momentos favorecería claramente a las chicas. "La estructura de la enseñanza media premia más a las chicas", afirma Drewes y añade que el resultado es que los varones están abandonando la universidad.

Más allá de las tesis de Drewes lo relevante es la diferencia entre chicos y chicas. He comenzado a preocuparme por esta cuestión hace poco y lo primero que me ha llamado la atención es que mientras en España consideramos la coeducación como un dogma que la izquierda está dispuesta a defender con uñas y dientes (de nuevo nos aparece la fe), en Alemania el debate fue fomentado por las mujeres socialistas. No faltan, en absoluto, feministas en Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos que se muestran partidarias de la educación diferenciada.

He conocido recientemente un estudio llevado a cabo en Australia que concluye que en las escuelas mixtas los chicos rinden por debajo de las chicas, mientras que en las diferenciadas rinden por encima.

Confieso que no tengo una opinión completamente formada sobre esta cuestión, pero visto el aumento de la educación diferenciada en todo el mundo, me parece que debe ser estudiada sin confundir los fines (la noble aspiración a la igualdad de oportunidades) con los medios (la coeducación).

15 comentarios:

  1. D. Gregorio:

    la distancia que señalas está empezando a ser notable, de tal manera que, no sólo los resultados y aprovechamiento de las chicas son mucho mejores -me refiero a mi experiencia en educación secundaria- sino que es sensible ya la desaparición de los varones de los cursos en los que no existe obligatoriedad. Los chicos empiezan a ser especímenes raros y valiosos en un mundo, el de las aulas, crecientemente femenino. QUizás es el momento de crear reservas educativas masculinas y promover la protección y cuidado del macho.

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  2. Visto desde fuera (del sistema educativo y de la paternidad) me resulta, si me lo permiten, un poco desenfocado el asunto. Siempre había creído que la razón principal y casi única de escolarizar juntos a chicos y chicas era de carácter social, una manera de echarlos con naturalidad a dar sus primeros pasos por un mundo exterior que se compone de hombres y mujeres mezclados (y que, en justa correspondencia, la objeción más grave y casi única contra la segregación por sexos era la artificialidad de ese medio con respecto al mundo).

    Me pregunto ahora si las consideraciones de rendimiento pueden llegar a ser tan graves que primen sobre lo anterior.

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  3. Ignacio: En realidad las cosas son un poco más prosaicas. La coeducación se impuso en Europa por razones estrictamente económicas. Cuando el boom demográfico llegó a las escuelas, no había dinero suficiente para seguir construyendo escuelas separadas. En Francia la escuela republicana es una escuela claramente diferenciada. La defensa de los valores igualitarios de la coeducación vino después.
    Los problemas no se presentan en "los primeros pasos" porque, de hecho en primaria niños y niñas acostumbran a ser mundos aparte. Los problemas, reales, aparecen en secundaria. Y lo que está por ver es si la educación mixta en secundaria contribuye o no a la igualdad entre los sexos. Ese es el problema que están planteando las feministas alemanas. Hay que ver si no estamos confundiendo los fines con los medios.

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  4. Borja: La UNESCO ya ha dicho que la educación diferenciada no es discriminatoria ni atenta contra ningún valor fundamental.
    Lo cierto es que nos guste o no en este pequeño rincón del mundo que es España, la educación diferenciada está creciendo en todas partes.

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  5. Personalmente viví la educación diferenciada en una escuela concertada en plena etapa de declive. Junto con mis problemas de adolescente (quién no los ha tenido?) que se manifestaban en un aislamiento en relación a las chicas, la combinación resultante fue, para mí, claramente negativa... Por eso siempre he apostado por la coeducación...
    Entiendo los argumentos a favor de la educación diferenciada, pero creo que no son la raíz del problema de la educación actual... Por este camino, después diferenciaremos en base a más criterios, y sin darnos cuenta habremos colocado el péndulo en el otro extremo... O no... Intento ser provocador, pero lo planteo así... En ningún caso des de una órbita "beata de izquierdas"...

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  6. Ramon: Entiendo perfectamente su postura. Yo, que quede claro, no tengo una opinión formada sobre este tema. Lo que ocurre es que tiendo a pensar que ninguna de nuestras buenas intenciones está exenta de efectos secundarios y que hay que estar atentos a estos últimos.

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  7. Tambien es sorprendente el rendimiento femenino en las oposiciones , mayoritariamente acaparadas por el sector femenino .Razones para justificar las causas no faltan , mas constancia femenina , menos asuncion de riesgos fuera del estudio etc....quizas nuestra "mochila biologica " al final sea la explicacion .

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  8. Querido Gregorio, creo que entiendo su planteamiento. De hecho este blog es una ventana de aire fresco en el encorsetado mundo de la educación "bienintencionada".

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  9. No entraré en consideraciones pedagógicas, educativas, filosóficas, morales ni políticas, pero cuando se vuelva -como todo vuelve- a la educación diferenciada generalizada pediré el reingreso, era una plácida delicia dar clase sólo a niñas... Esa es la realidad. Mejor si no hubiese escuelas y todo funcionase sin ellas, pero si las hay, sólo de chicas...

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  10. Por último, otra consideración para la reflexión: seguro que en un contexto realmente favorable para la educación (!), un porcentaje significativo de alumnos masculinos se verían favorecidos claramente en un sistema de coeducación. ¿Cómo lo ven?

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  11. Es necesario ir a los extremos? Podríamos separar chicos y chicas según la asignatura.

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  12. rA: Eso es lo que están haciendo en algunos sitios, parece que con buenos resultados. Las caza usted al vuelo, don rA.

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  13. Júlia: La verdad es que las hormonas adolescentes bulliciosas son más molestas que las moscas. Especialmente las masculinas, que parecen más primitivas.

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  14. Ramon: Yo creo que allá donde la educación funciona, bienvenida sea, a mantenerla; pero donde es obvio que no funciona hay que hacer algo más que poner velas a los santos del cielo pedagógico. Ese algo más puede consistir, por ejemplo, como apunta rA, en ensayar a ver que pasa proponiendo algunas clases diferenciadas en secundaria. Por otra parte, ¿cuantas chicas se matriculan en automoción? ¿cuántos chicos en imagen personal?

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  15. En mi modesta opinión, los perjuicios de la enseñanza separada son claros desde un punto de vista social y personal. Los hombres tendremos que espabilar, como han hecho las mujeres; ellas han cubierto un "gap" mucho mayor.

    Un abrazo.

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