Los primeros rumores sobre los ladrones de sexo aparecieron en Nigeria en los años 70 y poco a poco se han ido extendiendo por todo el continente africano. En el año 2001 apareció el siguiente titular en un diario de Gabón: "Los ladrones de sexo sumen en la psicosis a Port-Gentil". Efectivamente, un hombre había sido linchado por la multitud por haber hecho desaparecer el sexo de tres personas a las que acababa de saludar. Al mismo tiempo en la comisaría un joven se quejaba de que no podía tener erecciones debido a un "robo de sexo". A partir de este momento los habitantes de la ciudad dejaron de saludarse estrechándose las manos y si lo hacían, inmediatamente comprobaban que sus genitales continuaban estando en su sitio.
En Sudán un hombre sintió cómo desaparecía su pene tras peinarse con el peine de un desconocido. "¡Qué idiota! -exclamaba el periodista que recogía la noticia- ¿Cómo puede peinarse con el peine de un desconocido si hasta los parientes evitan compartir un mismo peine?"
Leído en Le Monde des Livres, en una reseña de "Les Voleurs de sexe",
ensayo del antropólogo Julien Bonhomme.
ensayo del antropólogo Julien Bonhomme.
Oh.
ResponderEliminarSaludos
¿Pero no es un ensayo ficticio?
ResponderEliminar¿Es de verdad?
Ay. Estamos metidos en un bucle de cuentos y de cuadros surrealistas.
Creo que, para asegurarme, empezaré por no mirar a nadie a los ojos. ¡Qué tal que me lo roben con mal de ojo!
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