Según la última entrega del Education at a glance, de la OCDE, tenemos en educación primaria una ratio de 14 alumnos por profesor y en la primera etapa de secundaria, de 12.
Yo no dudo que esta es una verdad estadística. Pero la realidad fáctica y la verdad estadística se relacionan de tal forma que con frecuencia dejan fuera de juego a la experiencia individual del ciudadano normal y corriente.
Cuando vea estos datos un profesor de primaria o de secundaria inmediatamente nos dirá que su clase está muy lejos de esos números. Cosa que es verdad. ¿Pero entonces, de dónde surge esta disparidad entre la estadística y la experiencia?
Cuando se suma el total de profesores para dividirlo por el total de alumnos, hay que tener en cuenta que entre los primeros incluimos a todos aquellos que, en número creciente, se dedican a tareas burocráticas y a los sustitutos que cubren bajas de profesores.
Pues, ahí tenemos un buen ejemplo de conocimiento (o al menos de información) inútil; pues no sólo no interpreta correctamente la realidad, sino que, además, la tergiversa.
ResponderEliminarinteresante
ResponderEliminarhttps://es.wikipedia.org/wiki/Mentiras,_malditas_mentiras_y_estad%C3%ADsticas
ResponderEliminarNo sólo los que se dedican a las tareas burocráticas: los profesores de religión que con frecuencia, en los centros públicos, tienen tres o cuatro alumnos por clase; algunas optativas en las que hay cuatro gatos; los profesores de griego que tienen poquísimos alumnos; los del aula de acogida de que tienen cinco o seis; los psicólogos, que van recibiendo a los alumnos de uno en uno... Mientras tanto, en las comunes o troncales o como se llamen: mates, historia, inglés..., 30 alumnos por aula. Un sistema delirante.
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