Ayer acabé Memoria, ficción y poesía, de Aquilino Duque, y me quedé con ganas de más. Como no tenía otro Duque a mano, anduve escarabajeando entre Zambrano y Ortega, sin poder concentrarme en ninguno de los dos y, finalmente, cansado, me fui a la cama.
Esta mañana me ha sorprendido la cartera trayéndome un libro pequeño que, inicialmente, he supuesto que sería de alguna de alguna editorial amiga o de algún amigo escritor, pero al abrirlo me he encontrado con queAquilino Duque me enviaba repuestos. He comenzado a leer Mano en candela inmediatamente y ya no he podido abandonarlo. ¡Qué prosa! Este es un libro de pura literatura, un festín narrativo, una fiesta, un viaje que te va adentrando más que en un mundo, en una música, en un ritmo, en una sintaxis, en una cadencia. ¡Este es un libro andaluz, luminoso, fresco, y muy divertido!
Gracias, Aquilino.
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