Más de un buen amigo progre me ha escrito echándome en cara, con más o menos amabilidad, que intente recuperar en La imaginación conservadora a pensadores como Maeztu o Vázquez de Mella. Siempre suelo contestar lo mismo. Lo que intento recuperar es la transmisión, con sus luces y sombras. Por otra parte, si Marcelino Domingo era capaz de dialogar con Vázquez de Mella, ¿por qué me tengo que reprimir yo? Y si Antonio Machado escribía cartas como la que siguen a Maeztu, ¿por qué no tengo que escribir yo sobre esta correspondencia? De hecho es este diálogo el que me interesa transmitir por encima de cualquier otra cosa. Ya sé que no tendré éxito. No hay manera de convencer a los prejuiciosos de que, por ejemplo, Menéndez Pelayo, era más complejo de lo que ellos afirman dogmáticamente. Pero me queda el consuelo de cartas como esta:
No hay comentarios:
Publicar un comentario