sábado, 25 de noviembre de 2017

El viejo y la muerte


Entre montes, por áspero camino,
tropezando con una y otra peña,
iba un viejo cargado con su leña,
maldiciendo su mísero destino.
Al fin cayó, y viéndose de suerte
que apenas levantarse ya podía,
llamaba con colérica porfía
una, dos y tres veces a la muerte.
Armada de guadaña, en esqueleto
la Parca se le ofrece en aquel punto;
pero el viejo, temiendo ser difunto,
lleno más de temor que de respeto,
trémulo la decía. y balbuciente:
"¡Yo..., señora.., os llamé desesperado;
pero..." "Acaba; ¿qué quieres, desdichado?"
"Que me carguéis la leña solamente."

Félix María de Samaniego

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Los matices no dan votos

Los matices no dan votos. Los matices no ayudan, no reducen la complejidad del mundo, no movilizan, no gritan, no pueden ser utilizados como...