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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Jo ja no entenc res

Cambó dijo en cierta ocasión que "nuestra política", es decir, la española, "tiene horror a los problemas".  Es una observación certera y vigente. A nosotros nos gustan las soluciones. "Como a todo el mundo", me objetará alguno, pero no exactamente, porque a nosotros nos gustaría vivir en un mundo de soluciones sin problemas. Y si, por desgracia, vemos o creemos ver un problema en algún sitio, inmediatamente nos sumamos al cortejo de quien nos promete una solución que nos haga olvidar el problema... hasta que descubrimos que las supuestas soluciones son tan supuestas que traen aparejadas problemas más grandes que los que pretendían resolver. Entonces ha llegado el momento de la espantada. Se trata de correr para apartar el nuevo problema de la vista.

La forma catalana de esta espantada es ese "Jo ja no entenc res" que ya ha comenzado a oírse.

Añado a lo anterior, más que nada por la pereza de abrir un nuevo apunte, un par de reflexiones de Adolfo Posada tal como aparecen en su España en crisis. Son de 1919 y no las recojo como argumentos de autoridad, sino como ejemplos de una música lejana:

  • "Habría que ver si el movimiento regionalista, incorporado en serio al proceso institucional de España, entrañaría o no una reforma de la Constitución"
  • "En cuanto al argumento de que la Constitución no ha sido nunca obstáculo para cosa alguna..., es de tal fuerza, que apenas si se nos ocurre un reparo 'serio' que oponer. Quizá esté ahí la clave del escepticismo de los hombres prácticos. ¿Para qué reformar la Constitución, cuando es tan fácil infringirla siempre que hace falta?"

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