Aun nos falta para llegar a Indonesia. Y que el exceso de saber deja vacíos los cuadrantes de la felicidad. No se puede servir a dos dioses.
La placidez de la tarde invitaba a salir de casa, sacudirse la comodidad del sofá y subir a la montaña. Hacía tiempo que no lo hacía. La inv...
Aun nos falta para llegar a Indonesia. Y que el exceso de saber deja vacíos los cuadrantes de la felicidad. No se puede servir a dos dioses.
ResponderEliminar