Aun nos falta para llegar a Indonesia. Y que el exceso de saber deja vacíos los cuadrantes de la felicidad. No se puede servir a dos dioses.
I Leído a primer ahora de la mañana (¿cómo hubiese reaccionado aquel dormilón que fui si alguien le hubiese dicho que las horas en las que m...
Aun nos falta para llegar a Indonesia. Y que el exceso de saber deja vacíos los cuadrantes de la felicidad. No se puede servir a dos dioses.
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