Mi amigo Jordi Nadal, alma, corazón y vida de Plataforma Editorial, es un hombre bueno, entusiasta, sentimental y generoso con el que no hay manera humana de dejar de estar en deuda. Me envía con frecuencias algunos libros que yo disfruto según sienten a mi paladar. En la última entrega he encontrado uno especialmente sabroso: Los placeres ocultos de la vida, de Theodore Zeldin.
Es un libro ameno y erudito, de lectura fácil y digestión lenta (hay que pararse de vez en cuando a rumiar), plagado de ideas luminosas y retos intelectuales. Si estuviera a mi alcance, es el libro que les regalaría a todos ustedes estas navidades.
Ens acabes de regalar una bona idea! Gràcies Gregòrio!
ResponderEliminarGràcies a tu, Anna.
EliminarYo también me apunto.
ResponderEliminarRecuerdo la lectura de su "Historia íntima de la Humanidad",hace casi veinte años: un libro hermoso, aunque ya entonces me pareció un poquito demasiado roussoniano...
Hay libros que hay que leer -me parece a mi- aunque sólo sea por lo higiénico de su prosa. No nos hacen pensar distinto cuando los hemos acabado, pero uno se siente satisfecho.
EliminarPrecisamente ayer lo comencé. Ahora las expectativas son más altas. Ya le contaré.
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