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miércoles, 29 de julio de 2009

Futesas de una noche de verano

Ayer lunes inolvidable cena en casa: Josep Maria Espinàs, Isabel Martí, Pau Ramis, mi mujer y un servidor de ustedes. Pimientos del cristal (a mi modo de ver el producto cumbre de la huerta de la ribera del Ebro), espárragos de Navarra, foie con reducción de Pedro Ximénez y bacalao al ajoarriero; fruta y tarta helada. Vino blanco (un Mount Nelson 2007, de Nueva Zelanda, que me ha parecido perfecto para el bacalao) y, para los postres, un "Dolç de Mataró" (que en realidad es un vino de Alella). Hemos hablado del viaje que Espinàs acaba de hacer por la Burunda, un hermoso valle de Navarra, por donde entraron las tropas castellanas a conquistar el Reyno. Su próximo libro recojerá sus andanzas por los pueblos del valle. Y, por supuesto, hemos hablado de mil cosas más. La cena, realmente, muy rica.

Sigo adelante con mi proyecto secreto de conseguir la integración de Cataluña en Navarra. Tengo que concretar los detalles del maquiavélico plan con Ferran Sáez, una de las inteligencias más finas del país. Quizás nos veamos en Pamplona a finales de agosto y tracemos la linea ideal que unirá Viana con el Monasterio de Poblet.

¡Cosas más difíciles se han visto en la historia!

lunes, 27 de julio de 2009

Así habló...

Este apunte va dedicado a mi hijo Guillem, que esta tarde me ha echado la bronca. Dice que tengo El Café de Ocata abandonado y que las imágenes bajadas de internet no valen como entradas. Como reacción defensiva a sus acervas palabras, hablaré sobre el elogio. Ya he elogiado en otros momentos a la negligencia, al vago, al elogiador, etc. hoy me limitaré a recoger una reflexión de Aulio Gelio en sus Noches áticas.

¿Cuál es el máximo elogio?, se pregunta. ¿Cómo se expresa? ¿Qué palabras lo dicen?

Para Gelio, la admiración máxima no engendra palabras, sino silencio. Y como ejemplo de lo que quiere decir apunta, remitiéndose a unas certeras palabras del filósofo Musonio Rufo, a una conducta sobrecogedora:

"El más sabio de los poetas -dice Musonio- a aquellos que escuchaban a Ulises narrar espléndidamente sus trabajos, cuando puso fin a su relato no los hace salar, ni gritar, ni vociferar, sino dice que callaron todos a la vez, como atónitos y estupefactos, por haberse filtrado hasta los orígenes de la voz el encantamiento de los oídos:

Así habló; y entonces ellos, quietamente permanecieron todos en silencio,
y quedaron apresados por el arrobamiento, a lo largo de las umbrosas salas"

Yo sólo añado mi mudez a la de este ejército silencioso inmovilizado por los versos de Homero (Odisea XIII, 1-2).

martes, 21 de julio de 2009

Philip Rieff de incógnito en Barcelona

Las argucias del Espíritu son de lo más divertido. Y es que ha resultado ser mucho más caprichoso de lo que Hegel creía. Tiene, de hecho, algo de tahúr o, al menos de niño que juega con las ideas construyendo castillos de naipes. De ahí que no sea nada infrecuente que una idea surgida en un contexto histórico y cultural muy determinado acabe siendo heredada por quienes, de saber su origen, inmediatamente renegarían de ella.

Este es el caso de una idea que últimamente encuentro por Barcelona entre ambientes digamos que ultra-hiper-rojos (algún amigo tengo por ahí): la de "sociedad terapéutica". En estos ambientes se utiliza para describir la última mutación del virus capitalista, que tras explotarnos económicamente ahora se empeña en modelar nuestra salud a su antojo, despojándonos de toda capacidad de decidir autónomamente qué es estar sano y qué estar enfermo. El capitalismo tardío nos ha impuesto de forma fascista -dicen- un modelo comercial de lo sano.

Yo utilicé esta idea en mi libro "L'escola contra el món", para describir la "deriva terapéutica de la escuela" (lo que, por cierto, me ha creado algún que otro problemilla con pedagogos terapeutas y psicólogos), siendo perfectamente consciente de la deuda que contraía con el que para mí es el sociólogo norteamericano más importante del siglo XX, Philip Rieff (1922-2006).

Rieff teorizó el concepto de “sociedad terapéutica", en su importantísimo ensayo “The Triumph of the Terapeutic: Uses of Faith After Freud” (1966). La tesis principal del mismo es que la disolución de la cultura cristiana (algo de lo que como judío él está muy lejos de lamentar) ha permitido la emergencia del "hombre psicológico", que es un hombre al que -aunque los psicólogos no lo sepan- se le ha extirpado el alma (y esto sí que a Rieff le parece lamentable, aunque difícilmente subsanable). El "ethos" nacido con la terapia freudiana puede permitirse el lujo de renunciar a la "vida buena" en busca de la manera de "vivir mejor", o de sustituir la virtud por los valores, porque la verdad y el valor se reducen, para el hombre terapéutico, al nombre que recibe el final de la terapia.

Hoy todo el mundo dice que quiere afirmarse moralmente (nadie se atreve a presentarse como un ser inmoral), pero nadie está dispuesto a someterse a una disciplina externa e institucional, con lo cual asumimos un proyecto personal inviable. Según Rieff, las culturas sobreviven solamente por la fuerza de sus instituciones y esta fuerza se mide por su capacidad para ayudar a los hombres a tomar decisiones de manera natural y espontánea. Cuando una cultura comienza a plantearse por qué hace lo que hace y por qué no hace lo contrario, es porque ya no existen instituciones con suficiente fuerza como para afirmar que ésta y no otra es la mejor manera de hacer las cosas. Este es el primer síntoma de una cultura en declive.

Vivimos en un mundo en el que cualquier invocación al idealismo resulta sospechosa. Si Dostoevski se preguntaba si el hombre civilizado es capaz de creer, ahora cabe preguntarse -y es una pregunta mucho más apremiante- si un increyente puede ser civilizado. No está hablando Rieff necesariamente de la fe en Dios, sino de la fe en verdades objetivas formuladas de manera clara, con valor de autoridad. Esta cuestión puede plantearse también de esta manera: ¿Se puede tener cultura sin culto?

En los Estados Unidos Rieff es una de las figuras de referencia de los "Pomocons" (Postmodern conservatives) (¡gracias, Claudio, por la pista!). Curiosamente en Barcelona está proporcionando argumentos para los revolucionarios postmodernos. ¡Y ellos sin saberlo!

domingo, 19 de julio de 2009

48 horas en la vida de Sócrates

Situémonos en Atenas en un día de primavera del año 399 antes de Cristo. A Sócrates le han comunicado oficialmente que se ha presentado una acusación muy seria contra él y se dirige a conocer su contenido exacto. Sin embargo como Platón se encarga de poner claramente de manifiesto, no es esta su principal prioridad.

Camino del Pórtico del Rey, donde se halla depositada la acusación, se encuentra con un joven geómetra, Teeteto, e inmediatamente pospone todo lo relacionado con la denuncia. Tras varias horas de intenso diálogo, se despide de Teeteto proponiéndole continuar la discusión al día siguiente. Poco antes de llegar al Pórtico del Rey se cruza con Eutifrón y de nuevo al interponerse la filosofía en su camino, subordina a ella cualquier otra cosa.

Al día siguiente, estando ya perfectamente al corriente de los detalles de la acusación y de la gravedad de la misma, tienen lugar los diálogos recogidos en el Sofista y el Político. Pero Sócrates asiste a los mismos sin protagonismo, en un silencio que ha hecho correr ríos de tinta.

Probablemente Platón escribió en primer lugar el Eutifrón y bastantes años después concibió la estructura del conjunto, añadiéndole la trilogía del Teeteto, el Sofista y el Político. Pero este proyecto está plagado de enigmas. En primer lugar en el Político la figura de Sócrates está duplicada, pues el Sócrates adulto aparece junto a un enigmático "joven Sócrates"; en segundo lugar, el joven Sócrates del Político está sustituido en el Sofista por un extraño Extranjero. Además, en el prólogo del Sofista Platón anuncia un diálogo futuro dedicado al examen de la figura del filósofo que, sin embargo, nunca escribió.

¿Podría pensarse que si, como se lee en el Teeteto, el pensamiento es el diálogo del alma consigo misma, en la obra dedicada al filósofo Platón se había imaginado al joven Sócrates hablando con el Sócrates adulto?

No lo sé.

En todo caso en estos cuatro diálogos Platón nos ha descrito cuarenta y ocho horas de la vida de Sócrates sin hacer apenas mención del acontecimiento que lo conducirá pronto a la muerte: la denuncia de Meleto.

viernes, 17 de julio de 2009

Paseo por el Raval

Bajo por la calle Joaquín Costa hasta la del Carme. Lo conveniente sería torcer a la derecha, pero tengo enfrente la entrada a un callejón con un nombre provocador, Carrer del Mal Nom. Se trata de un callejón umbrío al que no se le ve la salida, porque tiene forma de “L”, que me lleva a través de un arco, que no carece de cierta gracia, hasta el Carrer de Picalqués. Me detengo junto al número 9 a tomar cuatro notas, pero apenas me da tiempo a comenzar a escribir. Desde algún balcón de los pisos más altos han arrojado un cubo de agua, sin avisar, que me ha dado de lleno. Aunque quiero creer que es agua, no es éste un lugar adecuado para dejar constancia de mis improperios. Me alejo intentando secarme como puedo, mirando los balcones abiertos y vacíos. El propietario de “McFavour. Afro/European Alimentation” me ve pasar sin inmutarse. Atravieso un segundo arco y alcanzo la Riera Baja. Un vagabundo se me echa encima nada más verme. Como creo reconocer en sus palabras el acento búlgaro, lo saludo con las dos palabras que sé en este idioma, que las recibe con una sonrisa tan agradecida que casi vale por el remojón que cabo de pasar. El hombre me acompaña hasta la Calle Hospital hablándome de Plovdiv, los montes Rodope y la raquía, la bebida nacional de Bulgaria. En la Calle Hospital no hay ropa secando en los balcones, sino pancartas que proclaman a los cuatro vientos “Volem un barri digne”. Me detengo un momento en el número 133. “Joseph Afro-Caribe. Import-Export. Alimentació general i tropical. Cosmètics”. Un cartel del escaparate me llama poderosamente la atención. “Jesus Faithful Ministries. Present Historical program. Deliverance and Miracle Service. 13th July 2009 - 19th July 2009. Theme: The enemy summit. Host: Pastor Francis Adabanka. Guest Speaker: Pastor Austin Okadiram”. Tomo nota y sigo mi camino hasta la Calle de la Cera. Las pancartas han sido sustituidas por ropa tendida. Dejó atrás un local de Internet, “Ali-Ali”, y una Asesoría laboral y fiscal con la persiana bajada desde hace bastante tiempo.
Al pasar junto a la Calle Botella no puedo por menos de acercarme al numero 7, para rendir tributo a mi memoria frente a la puerta de uno de los lugares musicalmente más vivos de toda la ciudad, el Big Band. A cuatro pasos se encuentra uno de los refugios gastronómicos de la transición barcelonesa, Can Lluis, que anuncia el “Menú MVM” (Manuel Vázquez Montalbán): “Primer, Olleta d’Alcoi; segon, cabrit al forn; postres, Xines de Can Lluis. Café. 24,90 euros més IVA”.

miércoles, 15 de julio de 2009

No hagáis mucho caso de Sócrates

"No hagáis mucho caso de Sócrates. Haced mucho más caso de la verdad"
Platón, Fedón 91 a


Estas palabras del Sócrates del Fedón resumen mi pretensión en el curso que acabo de concluir sobre el vocabulario platónico. En realidad, como sabemos, no son de Sócrates, sino de Platón, que es el autor de un diálogo en el que no estuvo presente, como él mismo reconoce en el inicio. La ausencia, de ser cierta, es algo más que anecdótica, porque lo narrado en este diálogo son las últimas palabras de Sócrates antes de beber la cicuta.

Inmediatamente antes de decir esto Sócrates ha resaltado que el filósofo no debe preocuparse por la victoria de sus tesis en una disputa. Estas pretensiones se las deja a los sofistas. Al filósofo no le quita el sueño si sus palabras parecen o no verdaderas a los demás, sino si se lo parecen a sí mismo. ¿Hay entonces en Sócrates una diferencia entre lo que parecen significar sus palabras y lo que realmente significan para él?

En todo caso para el filósofo sólo un reto parece incondicional: No mentirse nunca a sí mismo.

martes, 14 de julio de 2009

Busco mujer

"Busco mujer bisexual que sepa cocinar comida macrobiótica".

Leo varias veces el anuncio sin estar seguro de comprenderlo. ¿Qué extraña relación puede haber entre la bisexualidad y la macrobiótica? El texto está escrito con rotulador de punta gruesa en el interior de la puerta de un servicio unisex de una institución oficial seria, lo cual no hace sino añadir oscuridad a mi perplejidad. Mientras me seco las manos pienso que esto debe ser hacerse viejo: no entender los mensajes que las gentes escriben por las puertas de los váteres... ir haciéndose extranjero en los urinarios de tu país.

jueves, 9 de julio de 2009

Otros mundos

Llevo todo el día en el tren, de aquí para allá. Y como RENFE es un ente más difícil de comprender que el de Parménides, no he podido evitar recordar a aquel hombre que despertó una súbita corriente de piedad colectiva en el Mercat de la Boquería de Barcelona.
Vamos por partes.
Los hechos inmediatos: Que RENFE se retrasa, se avería, ofrece instrucciones contradictorias a los pasajeros (cuando las ofrece), etc, etc.
Los hechos rememorados: Una mañana de hace unos años, cuando los problemas con la RENFE eran la desesperación nuestra de cada día en Barcelona. Había ido yo a comprar unos chuletones de ternera a la Boquería (seis euros el kilo más baratos que en Ocata, créanme) y de paso aproveché para comprar también el pan en un puesto cercano. Había mucha gente arremolinada y su número se iba incrementando porque las dependientas no eran capaces de atender con orden las demandas de la clientela (a veces formuladas de forma críptica por los turistas, todo hay que decirlo). Como, además, unos teníamos número y otros no, se acabó organizando un considerable guirigay. Una de las dependientas se iba poniendo de forma bien visible cada vez más nerviosa y, finalmente, se arrancó a gritos lamentándose del desorden de su trabajo y de las impertinencias que tenía que soportar. No había en el mundo -insistía una y otra vez- trabajo más esclavo que el suyo.
- No esté usted tan segura -le dijo un señor de mediana edad.
- ¿Qué no? ¿No me dirá que es usted enterrador o algo así? ¡Ahora mismo le cambio el trabajo, tenga usted el que tenga.
- ¡No se atreverá!.
- ¡Peor que el mío no será! ¡Mire como está el patio!
- ¡Mucho peor!
Estas palabras provocaron inmediatamente un silencio expectante. Todos esperábamos impacientemente la continuación.
- ¡Trabajo en información al cliente en la RENFE!
Un arrebato de solidaridad instantánea nos unió a todos con aquel pobre hombre. De manera automática nos echamos atrás un paso y le cedimos la vez, para que pidiera lo que le diera la real gana pedir.
Hay, efectivamente, otros mundos, y en ellos viven muchos extraños con los que nos cruzamos cada día.
En la estación de Mataró alguien ha escrito: "Mataró corrupta: Especulación hurbanística". Me imagino que se propone combatir la especulación urbanística con la ortográfica. Si es así... ¡quién sabe a dónde conducirá esta aventura reivindicativa que acaba de iniciar este ciudadano anónimo!
Para poner todo en su sitio tengo que añadir que hay algo que detesto infinitamente más que los retrasos de la RENFE: la gente que aprovecha el trayecto para hablar a gritos por el móvil. ¡Si al menos tuviesen algo interesante que decir! En la lista de mis manías tengo inmediatamente a continuación a los que ponen los pies en los asientos de delante (sin olvidar a los cantantes).

martes, 7 de julio de 2009

Pla....tón

4 de noviembre de 1918: “Por la noche, en la cama, vuelvo a los Diálogos de Platón.¡Qué maravilla! Por la madrugada cantan cincuenta gallos desorbitados, indecentes, pero no puedo apagar la luz. La fuerza de sugestión es tan viva, tan fascinante, que a veces pienso que un día, fatalmente, encontraré a Sócrates por la calle. Esto, quizá, no pasa con ninguna otra figura de la historia de la cultura. ¿Cómo es posible sugerir tantas cosas en tan pocas palabras, de una manera aparentemente tan simple?

Josep Pla, El cuaderno gris

domingo, 5 de julio de 2009

Dios, tras el chaparrón

Cuando el hombre se despertó, Dios ya estaba allí.

De hecho parece ser que la sospecha de que alguien estaba observando su sueño le hizo ponerse en pie y sacar con un gesto mecánico la espada de la vaina. De un golpe seco le cortó la cabeza a una sombra.

Desde aquel día la conciencia de haber matado a Dios le permitió añorarlo y fue el mantenimiento de esta añoranza a lo largo de los siglos lo que hizo de él, cabalmente, un hombre.

Por eso, si yo fuese alcalde de Ocata, levantaría con mucha pompa y mucha circunstancia un monumento a Dios -a un Dios, quizás, sin cabeza- en el mismísimo centro de la plaza en la que desayuno diariamente, con esta inscripción: "En agradecimiento por habernos creado".

(Hoy ha caído un buen chaparrón. Un chaparrón mediterráneo, contundente, con mucho aspaviento, pero que ha pasado rápido dejándome empapado frente a un arcoiris de escándalo que nacía en Sant Mateu y se hundía en el mar. Había ido con mi mujer a pasear al Pancho y nos ha pillado en un descampado. Mientras me secaba, me ha dado como un arrebato teológico).

jueves, 2 de julio de 2009

Exabruptos de una tarde de verano

I
Anda una cierta izquierda empeñada en justificarse a sí misma ante el presente alegando que la actual es una crisis provocada por la derecha de la que sólo se puede salir con soluciones de izquierda.

II
Encuentro en este argumento el sabor de un curioso revisionismo.

III
Si la culpa es de la derecha, ¿no quiero decir esto que se exonera de responsabilidad al sistema para cargarla sobre las espaldas de algunos de sus gestores? En el fondo, por lo tanto, se está insinuando algo así como que el capitalismo es bueno, pero está mal practicado, que es lo que se decía del socialismo realmente existente hace tan sólo cuatro días.

IV
Esta tarde me he encontrado con una memorable variante de este argumento: el cambio climático está provocado por la derecha y, por lo tanto, la derecha no puede gestionar una respuesta creíble al mismo.

En resumen: que el clima en sí es bueno, sólo que ha caído en malas manos.

V
Juro que en Ocata hace un calor de derechas.

Vehemencia

 I Tras tres días sin poder separarme de Benjamin Labatut y su Maniac , pero ya he cerrado la última página. Y como suele ocurrir cuando has...