Recordaba en el post anterior la introducción de Lionel Trilling a Homenaje a Cataluña de Orwell. El editor de The moral obligation to be intelligent la ha recuperado con buen criterio. La he vuelto a leer y me ha parecido que continuaba plenamente vigente, por su capacidad para seguir iluminando los problemas del presente.
Trilling, que leyó con sumo interés la Rebelión de las masas de Ortega, sabía que Europa había renunciado a mandar en el mundo. Pero sabía también que en política no existe el vacío. La abstención política es una forma de actividad y, por lo tanto, no nos exonera de responsabilidades sobre la marcha del mundo. Esta es una de las ideas que resalta del Homenaje a Cataluña.
Orwell fue muy crítico con lo que llamaba "the English left-wing intelligentsia". Ironizaba con cierta crueldad sobre ella afirmando que toda su ideología, que cabía en media docena de artículos de periódico, no mostraba sino una contundente incapacidad para ofrecer alternativas reales a los problemas reales. "Hay poca sustancia en ella, excepto la irresponsable crítica de la gente que nunca se ha encontrado y nunca se encontrará en una posición de gobierno".
El último Orwell estuvo especialmente interesado en preservar el sentido común de la gente corriente de la erosión apostólica de los ilustradores de las masas. Más aún: estaba convencido de que la ingenuidad con que la gente corriente se aferra a sus valores es una vacuna contra la influencia de las ideas abstractas y su potencial nihilismo. En los prejuicios cotidianos podría intuirse una voluntad inconsciente (y no por ello menos natural) de salud. Si esto era así, si la vida política nos muestra en su superficie una verdad profunda, los intelectuales empeñados en liberar al pueblo pese a quien pese podrían ser menos amantes de la verdad de lo que ellos orgullosa y bienintencionadamente suponían.
Vaya temita nos propone señor Luri !!!
ResponderEliminarUn reto para mi que he conocido la política desde 4ª o 5ª fila.
Contestaré però necessito pensar-lo un rato.
Orgullosos sí. Respecto a lo de bien-intencionados, obligaría a declarar que,en la mayoría de los casos, esos libertadores, previamente, se han dado para sí una noción de bien "ad hoc", que los "libera" primero a ellos de las comunes obligaciones morales del resto de los mortales.Ése es el secreto mejor guardado de la Izquierda, fuente inextinguible de su chulería moral.En los Demonios se explica muy bien, por cierto, y en ello siguen porque es su Código Máquina, que quedó completamente desarrollado y pulido, lista para todos los demás combates del siglo en la Revolución Francesa.
ResponderEliminarCierto sr Dhavar,
ResponderEliminarlo màs insoportable de la izquierda és su chuleria moral, se creen que la lucha por la dignidad humana és patrimonio suyo. Y como les seria dificil sostener que somos de derechas o fascistas - su descalificativo preferido - nos van a acusar de anarquistas. Otra caracteristica de esta gente és tener respuestas programadas para todo.
Lujo de blog, lujo de entrada y lujo de comentarios.
ResponderEliminarSubrayo, y me quedo tan a gusto: "El último Orwell estuvo especialmente interesado en preservar el sentido común de la gente corriente de la erosión apostólica de los ilustradores de las masas. Más aún: estaba convencido de que la ingenuidad con que la gente corriente se aferra a sus valores es una vacuna contra la influencia de las ideas abstractas y su potencial nihilismo. En los prejuicios cotidianos podría intuirse una voluntad inconsciente (y no por ello menos natural) de salud."
Orwell, especialmente el último Orwell, sigue dándonos motivos y motivos para pensar el presente. Con razón dice Trilling que "Homenaje a Cataluña" es, además de uno de los grandes documentos de nuestro tiempo, un testimonio de la actual naturaleza de las cosas políticas.
ResponderEliminarY sobre esta naturaleza, la página 4 de La Vanguardia de hoy no tiene desperdicio. Tras reconocer en el titular que "las fuerzas parlamentarias de Berlín se manifiestan en favor de Israel", pone esta guida sobre el pastel: "El complejo de culpa pr el nazismo hace que la crítica a Israel sea tabú, pese a un latente antisemitismo".
O sea que, según como se mire, ¿el antisemitismo sería algo así como la manifestación desacomplejada del alma alemana?
¿Se puede estar a favor de Israel (de la causa imperfecta que representa Israel) sin ser un acomplejado?
Añado otra pregunta: ¿Qué complejos profundos puede tener una persona que -como es mi caso- se niega a aceptar a Saramago como la estrella de occidente?
ResponderEliminarMe permito recurrir al mencionado sentido común para responder "sí" a su primera pregunta y "ninguno" a la segunda.
ResponderEliminarY, aunque, efectivamente, en política no hay vacíos, a veces sí hay silencios que no son del que "otorga", sino de aquellos que prefieren sacrificar su derecho a la opinión a favor de su derecho a la reflexión.
"Guay! cuando el amares [tonto] favla [cita] leshon hakodesh [el texto sagrado]."
{refrán sefardita}
Aurora, el ciudadano puede permitirse la pausa reflexiva y el pensador debe incluso exigírsela. No estoy seguro de que esa sea una potestad que puedan autootorgarse impunemente los gobiernos. Entre la sabiduría práctica y la teoría están los compromisos inevitables con los otros.
ResponderEliminarSr. Luri, pensaba en Moratinos paseando con Arafat cogidos del meñique y viajando ahora a Tel Aviv para proponerse como mediador.
ResponderEliminarCierto que ellos son el Poder Ejecutivo, pero, si sus cabezas pensantes son el mencionado Saramago, Manuel Rivas o Miguel Bosé, creo modestamente que podrían -¿deberían?- pararse a reflexionar antes de mover la enésima ficha de parchís sobre un tablero de ajedrez.
Ya ve... no he estado a la altura de su sagacidad. Si, tiene usted razón.
ResponderEliminarEl primer día de este año recién estrenado, este señor pidió justicia HUMANA en contraposición a la justicia DIVINA que reclaman los fanáticos de uno y otro lado. Ya podía haber más como él.
ResponderEliminarSaludos.
http://es.youtube.com/watch?v=4UaJe_qdiFI&feature=related
No puedo estar más de acuerdo con usted y con Orwell, Sr. Luri.
ResponderEliminarQue a gusto se está aqui. Son ustedes una buena compañía.
ResponderEliminarCon agradecimieto,
Jorge Martín
Ese imperativo ético, digamos, que enuncia Orwell -que es preciso resguardar ciertas valoraciones tradicionales, que denominamos en su conjunto "sentido común", de la obsesión reformadora de de los intelectuales "de vanguardia"- m eparece muy acertada cuando observo la alineación de nuestras más conspicuos profesionales de la cultura con lo más aberrante de la política mundial, como es hoy la causa fanática de Hamás (identificada, eso sí, por una especie de metonimia perversa, con la del "pueblo palestino"). Vale más un gramo de desconfianza hacia la casta intelectual que toda la gloria de la fama académica. ¿No fue quizás la adoración de la clase profesoral y de la ciencia vanguardista la que facilitó los "avances" del nacionalsocialismo en eugenesia y eutanasia forzosa? ¿Quizás sólo escepticismo puede y ha podido librar a las sociedades libres de la tentación totalitaria?
ResponderEliminar“Si esto era así, si la vida política nos muestra en su superficie una verdad profunda, los intelectuales empeñados en liberar al pueblo pese a quien pese podrían ser menos amantes de la verdad de lo que ellos orgullosa y bienintencionadamente suponían.”
ResponderEliminar¿A qué me recuerda esta oración? No caigo, no caigo…
Ya recuerdo: exactamente lo mismo que dice Pio Moa sobre Ortega, Unamuno, Marañon etc en relación a su crítica al régimen de la Restauración.
Pero usted, Don Gregorio, se refiere a otra cosa ¿no es así?
No hace mucho he vuelto a leer "La Rebelión de las masas". Es lo mejor de Ortega, o que le he leído a Ortega. Es de lectura indispensable, porque el hombre-masa a tener en cuenta, el verdaderamente peligroso, es el intelectual y el científico; la mediocridad, entiendo que moral sobre todo, de las élites.
ResponderEliminarOrwell tiene tanta razón... Sólo el sentido común puede contrarestar con eficacia -con una simple ironía, por ejemplo- tanta aberración ideológica. Lo malo es que hemos llegado a un punto en que el sentido común se ahoga entre tantas y tan variadas "opciones de vida". Quiero decir que es aquí, en la cotidianidad, en el interior de las casas, en dónde debería encontrarse esa sensatez propia de la tradición... es aquí justo dónde todo anda patas arriba. Y ya no hay ni superficie para la verdad.
Lola: "The Revolt of the Masses" apareció en Estados Unidos en 1932. Desde entonces está siempre presente en las listas de las obras más influyentes del siglo XX. "National Review" encabeza esta lista con Winston Churchil, al que siguen Solzhenitsyn, George orwell, F.A. Hayek, Karl R. Popper, C. S. Lewis y Ortega. "The Federalist" la incluye también en los primeros lugares. "The Revolt of the Masses" causó un profundo impacto en los círculos de "Partisan Review" y "Commentary". Daniel Bell la leyó con sumo interés. En "The Liberal Imagination" (1953) de Trilling, las referencias a Ortega son claras, así como en su posterior "Beyond Culture" (1964). "The Revolts of de masses" se sigue estudiando en las universidades (en las de los Estados Unidos, no en las nuestras) y es objeto de seminarios y debates. Recientemente fue el centro de un debate organizado por el "I.S.I." (Intercollegiate Studies Institute). El objetivo del I.S.I. es la selección de los "future leaders the American ideal of ordered liberty”.
ResponderEliminarRespecto al sentido común perdido, que refleja, a mi modo de ver, una visión falsa de la naturaleza,quizás tenga razón Leo Strauss cuando dice que vivimos hoy en una segunda caverna, en los subterráneos de la caverna platónica y que el único acceso al sentido del sentido común sea el trazado por los grandes libros.
Me encanta el debate, es una delicia pasear por aquí. Por cierto, me pregunto cuantos libros de 'casa' se estudian en otras universidades y no aquí, ay, ay, ay. Una alegría comprobar que Ortega aún existe.
ResponderEliminar"¿Qué complejos profundos puede tener una persona que -como es mi caso- se niega a aceptar a Saramago como la estrella de occidente?"
ResponderEliminarPues precisamente que sus complejos son PROFUNDOS y ya habrá salido victoriosos de batallas contra someros.
¿Se puede estar a favor de Israel (de la causa imperfecta que representa Israel) y precisamente por ello denunciar su sistemático abuso de poder y contravención de las disposiciones de la ONU?
ResponderEliminarClaro que se puede. Como se puede admirar profundamente a Saramago, sentir que Bosé no nos gusta un pimiento, gustar de la lectura de Rivas y declararse como yo lo hago votante de izquierda.
Y todo ello unido a mi afición diaria de leer este blog y aprender. Por contra algunos de sus lectores me aburren porque parece que no aprenden: solo pontifican.
Será porque no son someros jaja.
Israel y su sistemático abuso de poder. Algo parcial el resumen ¿no?
ResponderEliminarSaramago y la admiración profunda. Profunda. Bueno, es cosa suya. Usted verá.
Muchos pontifican aqui, usted Patricia, aprende.
A mi no me gusta el papel que Saramago se ha otorgado a sí mismo (un alma bella que nos sobrevuela)con la bendición editorial y mediática (produce mucho dinero Saramago, cualquiera prescinde de él, el idealismo tiene sus límites) y estoy seguro de que Hamás practica un sistemático abuso del crimen.
Jorge Martín
Patricia: ¡Claro que se puede!
ResponderEliminarGracias por pasarse por aquí.
El sentido común es en sí un problema, el del aislamiento de aquel que lo ejerce, o cuando menos el limitado acercamiento de los que en él coinciden, cuando es coincidente, claro.
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