Así como es propio de amigos verdaderos (verae amicitiae) reprender y ser reprendidos, haciendo lo primero con franqueza (libere), pero sin acritud (non aspere), y recibiendo la reprensión con paciencia y sin resentimiento (non repugnanter), del mismo modo se ha de tener presente que no hay en la amistad peste (pestem) mayor que la adulación (adulationem), el halago (blanditiam) y la excesiva condescendencia (assentationem). Es difícil exagerar al criticar ese vicio (vitium) de los hombres frívolos (levium) y pérfidos (fallacium), que siempre tratan de agradar con sus palabras, pero nunca dicen la verdad (ad voluntatem loquentium omnia, nihil ad veritatem).Aprovecho la ocasión para hacerme eco del eco de Pedrals:Cicerón, De amicitia
En Le Cool
Desejo também que tenha amigos, que mesmo maus e inconseqüentes,
ResponderEliminarsejam corajosos e fiéis, e que em pelo menos num deles você possa confiar sem duvidar,
E porque a vida é assim, desejo ainda que você tenha inimigos;
Nem muitos, nem poucos, mas na medida exata para que, algumas vezes,
você se interpele a respeito de suas próprias certezas.
Sergio Jockymann
Sí, un enemigo inteligente es un don del cielo.
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