lunes, 25 de marzo de 2019

¡México, cuánto te quiero!

Los mexicanos tienen razón: hay que agradecerle al cielo lo divino y lo humano. Aquí tienen ustedes una muestra de la religión popular mexicana que he descubierto esta mañana por casualidad y me ha tenido entretenido -muy entretenido- durante horas.


Tupir: Atacar, agredir.
Petatear: Morirse.


Calzonear: Defecar.


La pulcata es la pulquería, donde se bebe el pulque. 
No por casualidad hay una pulquería en la Ciudad de México que se llama "Los duelistas".


Una chichi: Un pecho.


Gallo: Serenata.



Tupir: Atacar, agredir.
Coscolino: Mujeriego.



Cates: Golpes.



Coscolino: Mujeriego


Se le quitó lo menso: Dejó de ser objeto de burla.


Tupir: Atacar, agredir
Petatear: morirse

6 comentarios:

  1. Supongo que, al menos en principio, se trata de exvotos, a los que por allí llaman "retablos", y, si no me equivoco, deberían estar colgados en las paredes de alguna iglesia, santuario o hermita. Sin embargo, estos que don Gregorio nos presenta aquí parecen más bien proceder de una tienda de "souvenirs" (a uno hasta se le ve el precio), por lo que no sé hasta qué punto son o no representativos de los "retablos" reales. Buscando en Internet he encontrado muchísimos cuyo tema es la violencia familiar, la infidelidad conyugal, los prostíbulos o la homosexualidad, pero sigo sin saber si todo esto representa la "normalidad" de esa manifestación popular, o si es la versión caricaturesca que les gusta a los turistas (de la misma forma que son incontables los extranjeros "cultos" que se creen que España es como la pinta Almodovar).

    Athini Glaucopis

    ResponderEliminar
  2. Los encontré en un mercado de objetos antiguos. Hay reproducciones y algún original. Mi presupuesto me dio para uno de los segundos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Acabo de ver en su twitter el del que vio el ánima del orcado, se le bajo asta el cuete, al final sólo le dio chorrillo jajajaja qué bárbaro

      Eliminar
  3. gregorio, que actualidad tiene esto de aparisi guijarro

    Como corolario de esta cuestión plantea la necesidad de declarar
    incompatible la condición de diputado y de empleado público.

    ResponderEliminar

El guionista caprichoso

 I A eso de las cuatro de la tarde ha sonado el teléfono. Era una de esas llamadas que esperas que nunca lleguen y que cuando llegan, siempr...