En la historia de la literatura infantil española hay un librito que, por las singulares circunstancias en que fue escrito, merece un capítulo aparte. Se titula ¡Miau! Historia del gatito Misceláneo. Lo escribió Joaquín Maurín, el dirigente del POUM, en la cárcel de Jaca donde estaba detenido, pero aún no había sido identificado como quien realmente era.
Un día los presos descubrieron que un gatito se había colado en la prisión de la que ellos tanto desearían salir, y se había quedado a vivir con ellos. Inmediatamente se ganó el cariño de todos. Comenzaron a llamarlo Misceláneo, pero él sólo obedecía a una persona:
"Los demás presos le llamaban ¡Misceláneo! ¡Misceláneo!, pero Misceláneo no hacía caso. Pero si era yo quien decía ¡Misceláneo! venía a mí, se dejaba acariciar y se ponía a ronronear. Por la noche, cuando estábamos acostados, saltaba por encima de los demás hasta que me encontraba a mí...".
Maurín decidió escribir la biografía del gato y dedicársela a su hijo Mario, a quien no sabía si alguna vez volvería a ver.
"Escribí la biografía. la ilustró Julio Sánchez, pintor de brocha gorda; fue puesta a máquina y encuadernada. Título: ¡Miau! Historia del gatito Misceláneo."
Hay más de un detalle sorprendente en su biografía, detalles de esos que llaman la atención del lector atento, haciéndole ver que hay cosas que no son como nos las han contado.
ResponderEliminarEfectivamente, hay más de un detalle sorprendente, como dice usted. Creo que aún falta por escribir una buena biografía de Maurín. La de Luis Rourera Farré contiene mucha información interesante, pero le falta, creo yo, el ojo crítico. Consulte con gran interés su correspondencia con Victor Alba en el Arxivo de Cataluña y allí se entrevé más de una cosa.
EliminarPor resaltar algo, me parece más que interesante la crítica feroz que dirige a sus antiguos camaradas del POUM cuando se entera de cómo han ido las cosas durante la guerra. Cuando estos le objetan que habían estado siguiendo sus directrices al pie de la letra, aún se enfada más y los critica por esto mismo.
Tiempos muy difíciles, donde el amigo podía ser peor que el enemigo
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