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sábado, 20 de mayo de 2017

Oración de un perro en una pared del Albaicín


Oh Señor de las criaturas, haz que el hombre, mi amo, sea fiel para otros hombres como lo soy para él.

Haz que ame su familia y sus hijos como yo les amo. Haz que honestamente guarde los bienes que tú has concedido como honestamente guardo yo los suyos.

Dale, Señor, una sonrisa fácil y espontánea, como fácil y espontáneo es el jugueteo de mi rabo. Conserva en él mi juventud de corazón y mi alegría de pensamientos.

Oh Señor de todas las criaturas, del mismo modo que yo soy siempre verdadero perro, haz que mi amo sea siempre verdadero hombre y recoja mis excrementos en la calle.

1 comentario:

  1. Buenas noches, al leer esta oración he recordado a Whitman en uno de sus poemas cuando dice: que las criaturas no lloran por sus pecados, ni se arrodillan ante los dioses.
    De acuerdo estoy con la oración, en que los perros son leales que no fieles, aman a su familia humana, y guardan la casa que también es suya.
    Son honestos, sinceros, alegres y jóvenes toda su vida canina, y además no tienen prejuicios, ni clasismo ni racismo y vivirán en cualquier parte y cualquier condición contigo.
    También estoy de acuerdo con lo de los excremento,s pero con lo de amo... que paradoja que esa palabra, que tanto puede ser un verbo hermoso como un sinónimo aún más cruel que dueño.
    No me parece que los perros piensen en nosotros como sus amos sino como su familia a la que quiere, protege y cuida.

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